Eibar y Valladolid empatan para seguir igual
Ambos conjuntos siguen en apuros despu¨¦s de un partido equilibrado en Ipur¨²a
El campeonato comienza a medir el estado de nervios de los equipos, sobre todo de aquellos que se mueven por el filo de la navaja. Cuando LaLiga discurre inexorable para atravesar la frontera entre la percepci¨®n de que todav¨ªa quedan muchas jornadas por consumir y la de que ya se ha superado el punto de no retorno. Eibar y Valladolid est¨¢n en esa tesitura. Acostumbrados ambos a los agobios de la clasificaci¨®n temporada tras temporada, su misi¨®n a estas altu...
El campeonato comienza a medir el estado de nervios de los equipos, sobre todo de aquellos que se mueven por el filo de la navaja. Cuando LaLiga discurre inexorable para atravesar la frontera entre la percepci¨®n de que todav¨ªa quedan muchas jornadas por consumir y la de que ya se ha superado el punto de no retorno. Eibar y Valladolid est¨¢n en esa tesitura. Acostumbrados ambos a los agobios de la clasificaci¨®n temporada tras temporada, su misi¨®n a estas alturas es controlar esos nervios cuando las cosas salen mal o regular. Y tambi¨¦n cuando salen bien, claro.
Los dos jugaron a eso en Ipurua, a controlar el juego rival y los propios nervios. La consecuencia fue que el partido acab¨® en empate, que no saca de pobres a ninguno de los dos, que siguen mirando con desconfianza el abismo que se abre cerca de sus pies. Para el Eibar lo bueno fue que en Pucela consigui¨® ganar, y por tanto supera a su rival en el gol average particular; para el Valladolid, que sum¨® un punto a domicilio. A estas alturas, siempre es mejor hacer lecturas positivas.
Empez¨® el choque con el Eibar despistado ante el despliegue ostentoso de su contrincante, que apareci¨® mejor por el c¨¦sped de Ipurua, y que a los seis minutos ya se hab¨ªa adelantado en el marcador con un penalti que resolvi¨® Roque Mesa. Lo provoc¨® Arbilla, ante el amago de Guardiola. El toque fue leve, pero tan claro que el jugador azulgrana ni protest¨®, algo inusual en estos casos. Sab¨ªa que cualquier revisi¨®n iba a dar la raz¨®n al ¨¢rbitro.
Durante algunos minutos, el Eibar no encontr¨® el camino, cerrada la conexi¨®n del medio campo con Bryan Gil e Inui, las bandas por las que acostumbra a generar las ocasiones, pero poco a poco fue perdiendo vigor el f¨²tbol pucelano, mientras crec¨ªa la marea eibarresa. A los 20 minutos, Soares le puso un buen bal¨®n a Enrich, que lleg¨® apurado al remate de cabeza que se march¨® alto, pero poco despu¨¦s, en una de las primeras acciones de Bryan Gil, su segundo regate le dej¨® en buena posici¨®n para colocar un centro templado y preciso que Kike Garc¨ªa empalm¨® de cabeza, a la escuadra, dejando paralizado a Masip.
El Eibar comenz¨® a sentirse a gusto. La presi¨®n alta empezaba a funcionarle mientras el Valladolid reculaba. Bryan tuvo en su bota el segundo gol local en un centro de Inui al que lleg¨® algo forzado. Eran los mejores minutos de los hombres de casa, y a los blanquivioletas les tocaba bajar las pulsaciones al partido para evitar una tragedia. Lo hicieron poco a poco. Sergio ajust¨® las l¨ªneas, que se hicieron impermeables a partir de la media hora de partido. Sus hombres olvidaron, tal vez, buscar con m¨¢s ah¨ªnco la porter¨ªa de Dmitrovic, pero taponaron la sangr¨ªa que estaban sufriendo por las bandas. Orellana, que regresaba a Ipurua, que fue su casa, dedicaba sus esfuerzos m¨¢s a defender que a crear. Cuando le tocaba desplegarse le faltaba fuelle.
As¨ª acab¨® la primera mitad, y as¨ª sigui¨® la segunda. Pese a las apreturas del Valladolid para frenar las desbocadas acometidas del Eibar en los minutos finales, el marcador no se volvi¨® a mover. La lluvia de centros desde las bandas no generaron remates y el partido acab¨® en un empate que no beneficia a ninguno, pero tampoco les incomoda demasiado.