Un estadio de lujo en la sexta divisi¨®n
El York City FC, un equipo modesto, se ha dejado 40 millones de libras en el nuevo campo
Dicen que para disfrutar realmente de la tur¨ªstica York hay que visitarla con la mirada hacia el cielo para apreciar los detalles de las g¨¢rgolas, los relojes, los escudos de armas, las veletas o las linternas que adornan sus edificios centenarios. York, en el norte de Inglaterra, es famosa sobre todo por su inmensa catedral (tras la de Colonia, la segunda m¨¢s grande del norte de Europa) conocida como York Minster, el t¨ªtulo honor¨ªfico que designa a las iglesias de origen mon¨¢stico de la ¨¦poca anglosajona, que se empez¨® a con...
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Dicen que para disfrutar realmente de la tur¨ªstica York hay que visitarla con la mirada hacia el cielo para apreciar los detalles de las g¨¢rgolas, los relojes, los escudos de armas, las veletas o las linternas que adornan sus edificios centenarios. York, en el norte de Inglaterra, es famosa sobre todo por su inmensa catedral (tras la de Colonia, la segunda m¨¢s grande del norte de Europa) conocida como York Minster, el t¨ªtulo honor¨ªfico que designa a las iglesias de origen mon¨¢stico de la ¨¦poca anglosajona, que se empez¨® a construir en el a?o 1220.
Fundada como fortaleza romana hace casi 2.200 a?os, York es ahora una ciudad de 200.000 habitantes que presume de tener las murallas m¨¢s largas y mejor conservadas de Inglaterra, de ser la ciudad con m¨¢s fantasmas del pa¨ªs, la que tiene el mejor circuito de carreras de caballos (los romanos ya organizaban carreras a principios del siglo III), la calle comercial m¨¢s antigua de Europa (The Shambles) y el convento cat¨®lico de monjas todav¨ªa en funcionamiento m¨¢s antiguo de Inglaterra, en el que hay tambi¨¦n un Bed & Breakfast, The Bar Convent.
Quiz¨¢ la rareza m¨¢s rara de la que presumen los locales son los fantasmas de legionarios romanos avistados varias veces desde 1920 en una mansi¨®n llamada Treasury House, levantada sobre una antigua calzada romana y que lleg¨® a entrar en el Libro Guinness de los R¨¦cords por tener ¡°los fantasmas m¨¢s longevos del mundo¡±.
Quiz¨¢s la ciudad vuelva al Guinness con la reciente inauguraci¨®n del nuevo estadio de su equipo de f¨²tbol, el York City FC, un proyecto que ha tardado 20 a?os en fructificar y ha costado 40 millones de libras (46,2 millones de euros al cambio actual). No es una cantidad peque?a para un equipo que milita en la Liga Nacional Norte, el sexto nivel del f¨²tbol ingl¨¦s. En Espa?a juegan a ese nivel equipos como el Folgueroles CF, el CD Villanueva de la Ca?ada, el CD Otxarkoaga y la UDC Torredonjimeno B.
El estadio, que dispone de 8.500 asientos distribuidos en cuatro grader¨ªas, puede parecer caro, pero hay que tener en cuenta que es de car¨¢cter municipal, que es a compartir con el equipo local de rugby, los York City Knights (que juegan en la segunda divisi¨®n del rugby a 15 y con los que ya compart¨ªa el vetusto campo de Bootham Crescent) y que cuenta con una serie de instalaciones complementarias, desde una biblioteca p¨²blica a un centro comunitario, una consulta del servicio p¨²blico de salud, una tienda de acci¨®n contra el c¨¢ncer, un gimnasio, un centro deportivo comunitario y hasta una piscina p¨²blica, adem¨¢s de una zona social para sus seguidores.
Para el York City es mucho m¨¢s que un estadio: es s¨ªmbolo del renacimiento de un club que llevaba 75 a?os jugando en las ligas nacionales hasta que descendi¨® al f¨²tbol regional en 2002 y estuvo a un paso de desaparecer. Fue entonces cuando se puso a la venta el antiguo estadio y empez¨® un tortuoso proceso de casi 20 a?os.
El nuevo LNER Community Stadium se inaugur¨® el pasado 16 de febrero con un partido a puerta vac¨ªa: el York City perdi¨® (1-3) ante el AFC Flyde. El defensa visitante Alex Withmore pas¨® a la historia como el autor del primer gol, en el tiempo de descuento de la primera parte.
Los estadios son una parte esencial del f¨²tbol ingl¨¦s, cuyo car¨¢cter est¨¢ no solo en el campo sino en las gradas. No solo equipos modestos como el York City FC los han utilizado para refundarse. Grandes, como el Arsenal y el Tottenham, han levantado nuevos estadios para asegurar su futuro econ¨®mico. Otros, como el West Ham, se han mudado a la fuerza. El Everton se dispone a emprender pronto el viaje. El Chelsea tambi¨¦n quiere, pero su propietario, Roman Abramovich, peleado con el Gobierno brit¨¢nico, ha enviado el proyecto al limbo.