La ¨¦pica es azulgrana
El Bar?a remonta ante el Sevilla despu¨¦s de un partido muy completo, un penalti parado por Ter Stegen y un gol de Piqu¨¦ en el minuto 94. Los de Koeman, a la final de la Copa del Rey
La vida del Bar?a se explica a partir de la Copa. Los mejores y tambi¨¦n los peores equipos azulgrana han dejado su huella en el torneo estrella del museo del Camp Nou. El de Koeman est¨¢ a mitad de camino, expectante en LaLiga y mal parado en la Champions, finalista en cambio en la Copa. Ha defendido el torneo como fe de vida, superviviente despu¨¦s de tres pr¨®rrogas en cuatro partidos, protagonista de los pasajes m¨¢s ¨¦picos, la mayor¨ªa resumidos en su remonte ante el Sevilla. Ter Stegen le par¨® un penalti a Ocampos y Piqu¨¦ marc¨® en el minuto 9...
La vida del Bar?a se explica a partir de la Copa. Los mejores y tambi¨¦n los peores equipos azulgrana han dejado su huella en el torneo estrella del museo del Camp Nou. El de Koeman est¨¢ a mitad de camino, expectante en LaLiga y mal parado en la Champions, finalista en cambio en la Copa. Ha defendido el torneo como fe de vida, superviviente despu¨¦s de tres pr¨®rrogas en cuatro partidos, protagonista de los pasajes m¨¢s ¨¦picos, la mayor¨ªa resumidos en su remonte ante el Sevilla. Ter Stegen le par¨® un penalti a Ocampos y Piqu¨¦ marc¨® en el minuto 94 el gol que forzaba el alargue.
Jugaron los azulgrana un partidazo, muy superiores a un rival que se remiti¨® al ¨¢rbitro, desesperados los andaluces porque el t¨ªtulo se librar¨¢ en La Cartuja. Al Sevilla le confundieron las muchas alternativas que le daba el partido de vuelta porque la ida acab¨® 2-0. Jug¨® muchos encuentros en uno y ninguno le vali¨® ante la certeza que ten¨ªa el Bar?a de que ganar¨ªa 3-0. Tienen los azulgrana m¨¢s historia en la competici¨®n y controlaron mejor psicol¨®gica y futbol¨ªsticamente una contienda extenuante en el vac¨ªo Camp Nou.
Animado por el choque de LaLiga, Koeman intent¨® que el encuentro de vuelta de Copa tuviera el mismo guion que el de Nervi¨®n. Hab¨ªa tanta fiebre en el equipo desde el s¨¢bado que hasta Pedri se recuper¨® del susto, tir¨® las muletas y se puso a disposici¨®n del entrenador para que pudiera disponer la formaci¨®n ganadora en Sevilla. No hab¨ªa m¨¢s reto que remontar un 2-0. Lopetegui pod¨ªa optar en cambio por administrar la ventaja o ir a por el partido despu¨¦s de quedar muy dolorido de la cita del Pizju¨¢n. El t¨¦cnico cambi¨® el ¨¢nimo, la alineaci¨®n y el plan, condicionado por las lesiones y unas dudas que intent¨® disimular con la presi¨®n alta que dispuso ante Ter Stegen. El Barcelona, sin embargo, sal¨ªa bien y r¨¢pido con la pelota, vertical por la pericia de Pedri. Las conducciones del canario, la profundidad de Dest y la pegada de Demb¨¦l¨¦ intimidaban a Vaclik.
No hay ant¨ªdoto que valga con Demb¨¦l¨¦. La capacidad de sorpresa del franc¨¦s es tan asombrosa que confunde incluso a centrales como Kound¨¦ y Diego Carlos. Los zagueros se quedan parados para contemplar el ¨²ltimo truco del extremo. Nadie le entra ni toca sino que le miran y flotan mientras da vueltas sobre s¨ª mismo, regatea y remata, a veces mal y en ocasiones bien, certero ante el Sevilla. Su tiro entr¨® por la escuadra derecha de Vaclik.
El gol del Bar?a despabil¨® al Sevilla. A partir de largas posesiones, el equipo de Lopetegui empez¨® a gobernar el choque y hasta Messi ayud¨® a defender a los centrales, m¨¢s c¨®modos desde que son tres y se corrigen los defectos, m¨¢s concentrados y mejor orientados por Ter Stegen. Busquets juntaba las l¨ªneas y Messi maniobraba como el mejor armador del juego, m¨¢s canchero que nunca en su duelo con Jord¨¢n. Las llegadas eran tan selectivas como da?inas porque su f¨²tbol ten¨ªa ritmo y velocidad y las jugadas acostumbraban a acabar con un remate ante Vaclik. Necesitaban dos goles m¨¢s los azulgrana mientras que al Sevilla le alcanzaba con uno para so?ar con La Cartuja.
La contienda era de una exigencia f¨ªsica may¨²scula, intensa y trepidante, y el Bar?a aguantaba el poder¨ªo del Sevilla. Iban y ven¨ªan los futbolistas en un partido precioso que solo se par¨® en el descanso, m¨¢s necesario para el Bar?a. Tiene Lopetegui una plantilla m¨¢s amplia que Koeman. Los barcelonistas perdieron explosividad y precisi¨®n y los sevillistas aseguraron su defensa para salir en r¨¢pidas transiciones en busca de En-Nesyri. Mingueza marcaba la l¨ªnea como un jabato, excelente en la anticipaci¨®n, y Messi buscaba el pase interior ante Vaclik.
A la hora de partido, entraron Ocampos y Griezmann. Vari¨® el dibujo y la idea del Bar?a, m¨¢s fatigado y menos clarividente, aunque siempre perseverante, como se vio en un remate de Alba al larguero despu¨¦s de un centro de Demb¨¦l¨¦. Las entradas por los costados dieron aire a los barcelonistas ante un reserv¨®n Sevilla, encomendado a Ocampos. El argentino acab¨® por sacarle un penalti a Mingueza. Apareci¨® entonces Ter Stegen y le par¨® el tiro al propio Ocampos. La jugada dio energ¨ªa al Bar?a, que no desesper¨® en su paciente acoso a Vaclik.
No desfallecieron, arrimados los 10 futbolistas en el ¨¢rea sevillista, hasta alcanzar la pr¨®rroga en la ¨²ltima jugada, despu¨¦s de un rechazo a la salida de un c¨®rner de Messi, cuando Piqu¨¦ cabece¨® como delantero centro un centro de Griezmann. El gol y la expulsi¨®n de Fernando sentenciaron al Sevilla, abatido por un cabezazo de Braithwaite a centro de Alba. El arrebato sevillista no le alcanza ante los grandes, tampoco frente al Bar?a, que resisti¨® despu¨¦s de que el Sevilla pidiera un segundo penalti por manos de Lenglet. Nadie domina la ¨¦pica como el dram¨¢tico y valiente Bar?a ahora liderado por el extenuado Piqu¨¦ y capitaneado por Messi.