Milagro del Baskonia en San Petersburgo
Los de Ivanovic remontan su partido ante el Zenit con un parcial de 3-21 en los ¨²ltimos cuatro minutos para seguir en la pelea por entrar en el ¡®top-8¡ä de la Euroliga
El Baskonia tiene esas cosas. Cuando peor lo ten¨ªa en San Petersburgo frente al Zenit, con 18 puntos por debajo en el marcador, el equipo vitoriano tuvo un ataque de orgullo y remont¨®. Quedaban 4m 42s para el final del partido cuando un triple de Rivers (72-58) apuntaba como la sentencia del choque y enviaba al equipo vasco al purgatorio de la Euroliga. El ...
El Baskonia tiene esas cosas. Cuando peor lo ten¨ªa en San Petersburgo frente al Zenit, con 18 puntos por debajo en el marcador, el equipo vitoriano tuvo un ataque de orgullo y remont¨®. Quedaban 4m 42s para el final del partido cuando un triple de Rivers (72-58) apuntaba como la sentencia del choque y enviaba al equipo vasco al purgatorio de la Euroliga. El segundo cuarto desastroso de los hombres de Ivanovic pareci¨® determinante y el marcador era un reflejo de lo sucedido hasta entonces. Todo lo que pod¨ªa salir mal sal¨ªa mal. Hasta ese momento.
Pero, de forma s¨²bita, apareci¨® la chispa de genio que les hab¨ªa faltado a los jugadores del Baskonia, que no acertaban ni en el rebote ni en el tiro, salvo en los diez primeros minutos. Un triple de Giedraitis (72-66), estrech¨® las diferencias cuando quedaban s¨®lo dos minutos. Apret¨® el equipo vitoriano en defensa, se descompuso el Zenit, en el que s¨®lo Pangos miraba a la canasta, aunque con la mu?eca floja, y en un santiam¨¦n, el Baskonia remont¨®.
Primero fue una canasta cay¨¦ndose de Henry, que hasta entonces no hab¨ªa aparecido en la cancha, que goz¨® de un tiro adicional; despu¨¦s un robo en defensa, la pelea de Polonara en un salto entre dos, que acab¨® con un lanzamiento inveros¨ªmil del italiano, que tambi¨¦n dispuso de un tiro libre, y que serv¨ªa para empatar el partido. Quedaba 1,03m.
El Zenit ya no estaba en el partido. Como si hubieran abierto de golpe la puerta del pabell¨®n y el fr¨ªo de la noche rusa congelara los corazones de los hombres del equipo de Xavi Pascual. Las gradas, con m¨¢s de 2.000 espectadores, se quedaron tan mudas como en un partido a puerta cerrada. Volvi¨® a robar el Baskonia, y Vildoza, con un triple desde la esquina, puso por delante a su equipo (72-75), por primera vez desde los comienzos del segundo cuarto.
Descompuestos los rusos, no acertaban con nada. Volvieron a fallar en ataque y el equipo de Vitoria anot¨® dos tiros libres a falta de once segundos, que serv¨ªan como distancia de seguridad. Un triple desesperado de Rivers cuando restaban cinco segundos, despu¨¦s de un tap¨®n de Polonara, no amedrent¨® a los vascos, que consiguieron una ¨²ltima, y ya definitiva canasta, que les daba la victoria y certificaba el milagro de San Petersburgo que nadie hubiera podido augurar cinco minutos antes.
Fue el triunfo de la fe cuando nadie la ten¨ªa, despu¨¦s de muchos minutos de traves¨ªa por el desierto, de encajar triples sin medida; de fallar en el rebote y de no saber anotar las canastas m¨¢s f¨¢ciles. Al Baskonia se le encendi¨® la bombilla al final, y fue una sorpresa, porque parec¨ªa fundida. El resultado (16-34) en el ¨²ltimo cuarto, lo dice casi todo, pero no todo, porque en tres minutos, la remontada, con un 3-21 de parcial, result¨® espectacular. El Baskonia sigue vivo en Europa, se agarra a la vida como un gato a las cortinas.
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