Racing de Avellaneda har¨¢ socios eternos a sus desaparecidos en la dictadura argentina
El club de f¨²tbol homenajea a sus seguidores asesinados cuando se cumplen 45 a?os del ¨²ltimo golpe militar
Alberto Krug ten¨ªa 24 a?os, militaba en Montoneros (la guerrilla de la izquierda peronista) y era fan¨¢tico de Racing de Avellaneda. El viernes 2 de diciembre de 1976 fue secuestrado por la dictadura y desapareci¨®. Pero su madre, Rosa Moltedo, sigui¨® pagando durante a?os su cuota de socio. Pensaba que si Alberto volv¨ªa alg¨²n d¨ªa tendr¨ªa muchas ganas de ir al Cilindro para ver a Racing. Alberto, por supuesto, no volvi¨®. Con el tiempo se supo que fue torturado en la ...
Alberto Krug ten¨ªa 24 a?os, militaba en Montoneros (la guerrilla de la izquierda peronista) y era fan¨¢tico de Racing de Avellaneda. El viernes 2 de diciembre de 1976 fue secuestrado por la dictadura y desapareci¨®. Pero su madre, Rosa Moltedo, sigui¨® pagando durante a?os su cuota de socio. Pensaba que si Alberto volv¨ªa alg¨²n d¨ªa tendr¨ªa muchas ganas de ir al Cilindro para ver a Racing. Alberto, por supuesto, no volvi¨®. Con el tiempo se supo que fue torturado en la Escuela Superior de Mec¨¢nica de la Armada (ESMA) y arrojado al R¨ªo de la Plata.
Historias como esta han decidido a la directiva de Racing a homenajear a sus socios y seguidores desaparecidos en la dictadura. ¡°Ten¨ªamos que saldar esta deuda con su memoria¡±, dijo el presidente, V¨ªctor Blanco. Aquellas v¨ªctimas desaparecidas recuperar¨¢n la condici¨®n de socios. Dado que ya no est¨¢n, ser¨¢n socios eternamente. ¡°Seguimos rastreando y buscando nombres¡±, dice el soci¨®logo Juli¨¢n Scher, racinguista y autor del libro Los desaparecidos de Racing (2017).
El martes 23 de marzo de 2021, temprano, un d¨ªa antes de que se cumplan 45 a?os del golpe militar que hundi¨® Argentina en el horror, Juli¨¢n Scher y Carlos Krug se dan cita en el Cilindro, el nombre popular del Estadio Juan Domingo Per¨®n. Carlos Krug es hermano del desaparecido Alberto Krug. Scher va a mostrarle a Krug algo que nunca ha visto: la ficha de inscripci¨®n de los dos hermanos, Carlos y Alberto, como socios de Racing. Se trata de un documento de junio de 1964 y la letra es del padre, Federico Krug, porque los chicos eran menores de edad.
¡°Mi madre sigui¨® pagando las cuotas de Alberto¡±, recuerda Carlos. Lo hizo hasta 1980, cuando muri¨® el padre, con el coraz¨®n destruido por la amargura. ¡°Fui yo quien le dijo a mi madre que no pagara m¨¢s, que Alberto no iba a volver¡±, dice. Poco despu¨¦s, Rosa Moltedo empez¨® a dar vueltas a la Plaza de Mayo con otras madres de desaparecidos. ¡°Cada 2 de diciembre, hasta que falleci¨® hace seis a?os, mi madre perd¨ªa la memoria, enfermaba, sufr¨ªa con el recuerdo¡±. ¡°Luego¡±, a?ade, ¡°remontaba y sobreviv¨ªa¡±.
Carlos y Alberto se llevaban solamente un a?o. Ambos eran fan¨¢ticos de Racing (pese a nacer en Boedo, feudo de San Lorenzo), ambos trabajaban en el Banco Naci¨®n y ambos militaron en la Juventud Peronista y en el Movimiento Revolucionario 17 de Octubre. ¡°Si hab¨ªa partido de Racing lleg¨¢bamos tarde a las reuniones pol¨ªticas y nos ganamos m¨¢s de una bronca¡±, explica Carlos Krug. Cuando empez¨® a conformarse Montoneros, Carlos, ya casado y con un hijo, se alej¨® de la vida militante. Alberto, en cambio, pas¨® a la clandestinidad. Ni su familia sab¨ªa d¨®nde viv¨ªa. El lugar donde los Krug se encontraban, escondidos entre la multitud, era la grada del Cilindro en los d¨ªas de partido. La carga sentimental del lugar es muy intensa para Carlos.
Carlos Krug, ya jubilado, fue, junto a Osvaldo Santoro, Carlos Ulanovsky, Miguel Laborde y Jorge Watts, uno de los cinco socios de Racing que propusieron hace unos meses el homenaje a los desaparecidos. Watts, secuestrado y desaparecido durante meses en 1976 en los centros de tortura de los militares, muri¨® por covid-19 el pasado d¨ªa 3. ¡°Estoy conmovido por este acto de reparaci¨®n que est¨¢ prepar¨¢ndose¡±, comenta Carlos.
La familia Krug (el apellido procede de jud¨ªos huidos del nazismo) sufri¨® todas las sevicias de la dictadura. Semanas despu¨¦s del secuestro de Alberto, el domicilio de los padres fue invadido por un grupo de sicarios a bordo de los siniestros Ford Falcon verdes. ¡°Mi vieja se arrodill¨® y llor¨®, les pidi¨® por Alberto, pero ni caso¡±, recuerda Carlos. El padre formul¨® decenas de habeas corpus y lleg¨® a entrevistarse con el ministro del Interior, el general Albano Arguindegui. Todo in¨²til.
En 1979 apareci¨® por la casa de los Krug un amigo de una vecina y Carlos trab¨® relaci¨®n con ¨¦l. El presunto amigo lleg¨® a decirle que sab¨ªa d¨®nde estaba Alberto, que pod¨ªan ir a visitarle a Bah¨ªa Blanca. Era un infiltrado de la Marina que probablemente buscaba informaci¨®n sobre Carlos por si decid¨ªan que tambi¨¦n ¨¦l desapareciera. ¡°Los Falcon me acosaban y yo llegu¨¦ a saludarles, parece incre¨ªble, ?no?¡±. Al final, el esp¨ªa militar se esfum¨® y Carlos sigui¨® con vida. ¡°Pensaron que yo no val¨ªa la pena, supongo¡±.
Racing, que construy¨® su estadio (1951) y un equipo imbatible gracias a la ayuda del Gobierno de Juan Domingo Per¨®n, tuvo un amargo choque final con una dictadura agonizante. El 18 de diciembre de 1983, una semana despu¨¦s de que Ra¨²l Alfons¨ªn asumiera la presidencia y pusiera fin al gobierno militar, Racing perdi¨® en el Cilindro 4-3 frente a Racing de C¨®rdoba y descendi¨® por primera y ¨²nica vez en su historia. ¡°No se imaginan el silencio que hab¨ªa aqu¨ª tras el partido¡±, explica Carlos Krug. Pese al silencio y a la pena, la polic¨ªa entr¨® a caballo en el estadio y apaliz¨® a la multitud. Fue la ¨²ltima gran carga de la polic¨ªa de la dictadura.
Puedes seguir a DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.