El Alav¨¦s se instala en la cola
Desplome del cuadro vitoriano ante un Celta que meti¨® tres goles en los primeros veinte minutos y luego gestion¨® la renta
Mientras sus rivales en la lucha por la permanencia se rebelan contra su fortuna, ah¨ª est¨¢ el Alav¨¦s obcecado en despe?arse, ya instalado en la cola de la categor¨ªa despu¨¦s de sumar un punto de los ¨²ltimos 21 que ha disputado. Contra el Celta se desplom¨® en veinte minutos, encaj¨® tres goles en ese tiempo y ya apenas le hizo cosquillas a su rival, que no se caracteriza precisamente por su fiereza para taparse. Ni con un hombre m¨¢s durante casi toda la segunda parte pudo hacerse valer el Alav¨¦s, que apenas maquill¨® el marc...
Mientras sus rivales en la lucha por la permanencia se rebelan contra su fortuna, ah¨ª est¨¢ el Alav¨¦s obcecado en despe?arse, ya instalado en la cola de la categor¨ªa despu¨¦s de sumar un punto de los ¨²ltimos 21 que ha disputado. Contra el Celta se desplom¨® en veinte minutos, encaj¨® tres goles en ese tiempo y ya apenas le hizo cosquillas a su rival, que no se caracteriza precisamente por su fiereza para taparse. Ni con un hombre m¨¢s durante casi toda la segunda parte pudo hacerse valer el Alav¨¦s, que apenas maquill¨® el marcador en un final rocambolesco en el que acumul¨® hombres al remate y tir¨® centros como si no hubiese ma?ana.
El equipo que dirige un atribulado Abelardo est¨¢ en ese punto en el que todo lo que puede salir mal resulta peor. No le sobra f¨²tbol y el agobio de los resultados supera el valor del coraje. Tambi¨¦n le da?a no evolucionar ante su entusiasta afici¨®n. El Alav¨¦s es a d¨ªa de hoy una nader¨ªa, un equipo desconcentrado que encadena errores groseros y que no soluciona el problema generado en torno a Lucas P¨¦rez. El delantero m¨¢s desequilibrante del equipo no cuenta para Abelardo, que le descart¨® de la convocatoria.
El primer sopapo envi¨® a la lona al Alav¨¦s. Tambi¨¦n se lo busc¨® tras una catastr¨®fica gesti¨®n de la pelota entre el meta Pacheco y el central Lejeune, que se hicieron un nudo ante la presi¨®n rival. Poco despu¨¦s otra p¨¦rdida en campo propio vali¨® el segundo tanto para el Celta, que encontr¨® un dos contra uno en ataque para hacer sangre con un tercer gol antes de que llegase al ecuador de la primera parte. En todo ese proceso brill¨® el inevitable Iago Aspas, que hizo la segunda diana y dio las otras dos a Nolito y Santi Mina.
Una ruleta de Lejeune al borde de su ¨¢rea pudo acabar en el cuarto tanto justo antes del descanso. Pero mientras el Alav¨¦s se dedicaba a las extravagancias, el Celta tampoco pudo evitar el salseo. Murillo, que jugaba amonestado desde el primer minuto, no ces¨® de meterse en embrollos hasta que al poco de regresar del descanso vio la segunda amonestaci¨®n. No anduvo vivo su t¨¦cnico para evitarlo con un recambio y su equipo tuvo que darse un apret¨®n.
Pero en superioridad num¨¦rica no dej¨® de v¨¦rsele el cart¨®n al Alav¨¦s, que busc¨® la remontada por acumulaci¨®n m¨¢s que por f¨²tbol. Encontr¨®, firme, al meta Iv¨¢n Villar y cuando marc¨® ya apenas quedaba tiempo para otra cosa que certificar el fracaso y apuntar a una enmienda que ya urge. ¡°El equipo est¨¢ tocado, los malos resultados te minan la moral. Hay guerras que se pierden, pero hay que perder de pie¡±, valor¨® al final el central Laguardia. Para el Celta el triunfo supone encadenar dos a domicilio por primera vez en tres a?os. Tras un par de campa?as plenas de zozobras, y un inicio de la actual que apuntaba a m¨¢s de lo mismo, al fin siente que no tiene que mirar el retrovisor.
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