El Chelsea racanea para entrar en las semifinales
El equipo ingl¨¦s cae contra el Oporto, pero accede a las semifinales y se cita con el vencedor del duelo entre Liverpool y Real Madrid
El Chelsea jugar¨¢ por octava vez unas semifinales de la Liga de Campeones, lo har¨¢ contra el vencedor del duelo entre Liverpool y Real Madrid para intentar disputar su tercera final. De nuevo en Sevilla, donde ya se hab¨ªan cruzado hace una semana, cay¨® ante el Oporto (0-1), pero hizo valer las dos dianas que marc¨® en la ida, apenas inquietado por un gol de Taremi sobre la ...
El Chelsea jugar¨¢ por octava vez unas semifinales de la Liga de Campeones, lo har¨¢ contra el vencedor del duelo entre Liverpool y Real Madrid para intentar disputar su tercera final. De nuevo en Sevilla, donde ya se hab¨ªan cruzado hace una semana, cay¨® ante el Oporto (0-1), pero hizo valer las dos dianas que marc¨® en la ida, apenas inquietado por un gol de Taremi sobre la hora, demasiado tarde para el cuadro luso. Ese ep¨ªlogo deja un cierto amargor al equipo dirigido por Thomas Tuchel, que no pas¨® apuros, pero racane¨® m¨¢s de lo aconsejable en un cuadro de su potencial.
El Oporto entr¨® al partido con la dignidad que cab¨ªa aguardar de un equipo que part¨ªa desde el duelo de ida en desventaja. Busc¨® la pelota para gestionarla, para que se jugase en el terreno del rival. Pero jam¨¢s lo someti¨® porque el Chelsea pareci¨® c¨®modo sin el bal¨®n, anclado en su cori¨¢cea zaga de tres centrales (Azplicueta, Thiago Silva y R¨¹diger), con Jorginho por delante para lo fino y Kant¨¦ para lo grueso. El industrioso mediocentro galo dirigi¨® todas las operaciones que le hicieron da?o al Oporto y que ten¨ªan que ver, sobre todo, con la presi¨®n y el contraataque. As¨ª pudo marcar de inicio en una acci¨®n que culmin¨® Mount y que se envenen¨® tras repeler el disparo del joven ingl¨¦s en el central Mbemba.
El Oporto se sinti¨® avisado. Seguramente ya lo estaba. Y no se anim¨® a lanzarse en tromba a por el gol que le trajese de vuelta a la eliminatoria. Traste¨® ante el repliegue del Chelsea, le molest¨® por el flanco que atacaba el mexicano Corona, que se apur¨® de m¨¢s en las dos opciones que tuvo ante Mendy. En definitiva se top¨® el Oporto con una muralla, tambi¨¦n con sus propias limitaciones para ponerse a la altura que le exig¨ªa un rival que no expuso m¨¢s de lo preciso.
Tuchel hab¨ªa dise?ado un equipo para esperar, robar y golpear. Renunci¨® al nueve cl¨¢sico para que Havertz ejerciese como un postizo y lanz¨® a Pulisic y sobre todo a Mount desde segunda l¨ªnea. Cada oleada sembr¨® el p¨¢nico en la defensa portista. Tampoco se prodig¨® el Chelsea como para que los incendios requiriesen muchas mangueras. As¨ª, con media hora por jugar el t¨¦cnico Sergio Concei?ao quiso cambiar el ritmo. Llam¨® a Taremi, un herc¨²leo delantero iran¨ª y lo situ¨® junto a Marega, otro sans¨®n.
El plan consist¨ªa en llevar el bal¨®n a zonas de remate a trav¨¦s de alg¨²n atajo, pero no apareci¨® esa v¨ªa, as¨ª que un cuarto de hora despu¨¦s busc¨® otros matices con la habilidad de Evanilson y Luis D¨ªaz cerca del punta. Llegaron los centros, los saques de esquina, los pu?etazos al aire de un equipo inferior que tuvo car¨¢cter para rebelarse y limitaciones m¨¢s que evidentes para hacerle da?o a un rival superior. Le marc¨®, con una prodigiosa chilena de Taremi. Pero fue demasiado tarde como para que hubiese al menos emoci¨®n.
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