Nadal se lleva un revolc¨®n contra Rublev
El n¨²mero tres paga una mala tarde con el saque y el rev¨¦s, y cae contra el extraordinario ruso en los cuartos de Montecarlo: 6-2, 4-6 y 6-2. ¡°No creo que haya que buscar excusas en la inactividad¡±, dice
El anochecer de Montecarlo viene acompa?ado de un sorpres¨®n. Es el qu¨¦ y el c¨®mo, tambi¨¦n el cu¨¢ndo. Lo del porqu¨¦ lo aporta directamente el talento rebosante de Andrey Rublev, que ven¨ªa advirtiendo desde hace tiempo de que ah¨ª, bajo esa melena pelirroja de diablillo, hay un formidable tenista que transita por el camino adecuado, as¨ª que cuidado. De momento, este viernes le dio un buen revolc¨®n a Rafael Nadal en los cuartos del torneo del Principado: 6-2, 4-6 y 6-2, en 2h 32m. ...
El anochecer de Montecarlo viene acompa?ado de un sorpres¨®n. Es el qu¨¦ y el c¨®mo, tambi¨¦n el cu¨¢ndo. Lo del porqu¨¦ lo aporta directamente el talento rebosante de Andrey Rublev, que ven¨ªa advirtiendo desde hace tiempo de que ah¨ª, bajo esa melena pelirroja de diablillo, hay un formidable tenista que transita por el camino adecuado, as¨ª que cuidado. De momento, este viernes le dio un buen revolc¨®n a Rafael Nadal en los cuartos del torneo del Principado: 6-2, 4-6 y 6-2, en 2h 32m. El ruso, de 23 a?os y seguramente uno de los jugadores m¨¢s en forma desde que se reanudara el circuito tras el par¨®n forzado por la pandemia, firm¨® una extraordinaria victoria que le guio hacia las semifinales y derrib¨® al rey de la tierra, extra?amente agarrotado durante varias fases del duelo.
De entrada, a Nadal le cost¨® entrar en el partido. Consciente del colmillo de Rublev, porque nadie disecciona a los rivales mejor que ¨¦l, accedi¨® a la pista tenso y la rigidez se palp¨® desde el primer juego, resuelto con cuatro errores y un paso en falso. Mala forma de empezar, maquillada pronto con un break en blanco que vino a ser un espejismo porque el chico de Mosc¨², con una bazuca en el brazo derecho y un repertorio t¨¦cnico que ya lo quisieran muchos, impuso ese tenis vertiginoso que corta la respiraci¨®n. No se sabe por d¨®nde va a salir, frena o acelera cuando debe hacerlo y sus golpes encuentran l¨ªneas y ¨¢ngulos con profundidad, como mandan los c¨¢nones. Todo se mezclaba: ¨¦l florec¨ªa y Nadal se marchitaba.
Tiene el ruso un giro de mu?eca seco, sabe buscar los contrapi¨¦s y fue acorralando a un adversario que se desorden¨®. La pulcritud de las dos rondas previas, frente a Federico Delbonis y Grigor Dimitrov, dos tentempi¨¦s, se fue por la gatera y los fallos con el rev¨¦s y el servicio ¡ªcuatro dobles faltas en los tres primeros turnos, 7 en total¡ª comenzaron a multiplicarse. Fue un mal d¨ªa de Nadal, borroso desde el principio y enrabietado, reenganchado en la segunda manga gracias a una de esas reacciones tan t¨ªpicas de ¨¦l. Pocas veces se ausenta la ¨¦pica, pero esta vez falt¨® una raci¨®n. Cuando Rublev lo ten¨ªa a su merced, se revolvi¨® y ese set acab¨® liquid¨¢ndose a empujones. En ese territorio, el espa?ol siempre es el m¨¢s fuerte.
Nadal abort¨® primero cuatro bolas que hubieran significado el 4-1 y saque para el moscovita, que tambi¨¦n dispuso de otra para el 5-2 con el servicio a su favor; a la inversa, encaj¨® cuatro juegos y se llev¨® un sopapo an¨ªmico monumental. De repente, todo se puso en contra de Rublev: tierra, Nadal, un buen pu?ado de trenes perdidos. Ocurre que el campe¨®n de 20 grandes continu¨® torcido (¡°?pero qu¨¦ haces, qu¨¦ haces!¡±, se reprochaba) y que ¨¦l se repuso con toda la entereza del mundo, sin pesta?ear, con determinaci¨®n; fr¨ªo y cortante en la r¨¦plica para poner la directa tras el espectacular enredo en el arranque del tercer set: de rotura a rotura, y a partir de ah¨ª, un mon¨®logo del tenista que mejor registro ofrece este curso. 23 triunfos y 5 derrotas de Rublev.
Tutorizado por el espa?ol Fernando Vicente y residente en Barcelona, de ah¨ª que no extra?e en absoluto la arcilla, tiene mucho que decir a corto plazo. El crecimiento f¨ªsico y mental es un hecho ¡ªel d¨ªa previo se hab¨ªa dado un paliz¨®n contra Roberto Bautista¡ª, la creatividad viene de serie y los resultados lo atestiguan: cuatro t¨ªtulos (Hamburgo, San Petersburgo, Viena y R¨®terdam) desde septiembre. Mientras, Nadal, que lleg¨® al Principado con solo cinco partidos en las piernas y tras dos meses sin competir, deber¨¢ remontar el vuelo en el God¨® despu¨¦s de caer en uno de sus escenarios fetiche, donde Novak Djokovic descarril¨® el primer d¨ªa contra Daniel Evans.
As¨ª que, tras el petardazo de Hubert Hurkacz sobre el asfalto de Miami, Montecarlo alumbrar¨¢ un nuevo campe¨®n de un Masters 1000. Este s¨¢bado se medir¨¢n en las semifinales Rublev y Casper Ruud (6-4 y 6-3 a Fabio Fognini), por un lado, y Daniel Evans (5-7, 6-3 y 6-4 a David Goffin) y Stefanos Tsitsipas (retirada de Alejandro Davidovich, lesionado) por otro.
¡°ES DE ESOS D?AS QUE ERES UN DESASTRE¡±
Autocr¨ªtico, Nadal incidi¨® en el saque y en el rev¨¦s como dos aspectos clave. ¡°Me falt¨® sacar normal, ni siquiera bien. Eso me sugestion¨® todo el juego, porque s¨®lo pensaba en sacar bien y no en jugar. Estaba demasiado concentrado en sacar bien. Luch¨¦, pero ¨¦l lo ha merecido. Perdiendo tantas veces el servicio [7] es imposible ganar¡±, lament¨®.
El balear deslig¨® la derrota del par¨®n competitivo de los ¨²ltimos dos meses, entre Australia y esta semana. ¡°No creo que haya que buscar excusas en la inactividad¡±, dijo; ¡°hab¨ªa hecho una preparaci¨®n de nivel y me sent¨ªa preparado para ganar este torneo, pero he tenido un d¨ªa malo cuando no tocaba¡±.
Y continu¨®: ¡°No hab¨ªa tenido ning¨²n problema en los entrenamientos, pero es de esos d¨ªas que eres un desastre. Han sido un c¨²mulo de circunstancias malas. Espero que haya sido algo aislado, porque creo que estoy cerca de jugar a un gran nivel¡±.
El espa?ol elogi¨® a Rublev y remat¨® la comparecencia haciendo hincapi¨¦ en los problemas con el saque, con el que obtuvo un discreto 56% de puntos con los primeros y un 42% con los segundos. ¡°No me he quedado sin gasolina. Hab¨ªa hecho lo m¨¢s complicado y parec¨ªa que las cosas hab¨ªan cambiado, pero empec¨¦ los tres sets con break abajo y en el tercero me lo volvi¨® a hacer tras igualar. Son muchas bofetadas ante un gran jugador¡±, cerr¨® Nadal.
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