En La Cartuja, Unai Sim¨®n no es Iribar
El portero internacional sostiene a su equipo durante una hora ante el vendaval barcelonista
En la final de Copa, entonces del General¨ªsimo, de 1966, el Athletic se present¨® con una defensa in¨¦dita. Todos los titulares estaban lesionados, un gran problema ante el Zaragoza de los Cinco Magn¨ªficos. Pas¨® lo que ten¨ªa que pasar y ganaron los ma?os (0-2), pero ese d¨ªa se consagr¨® Iribar. Durante el partido, la afici¨®n bilba¨ªna imit¨® a los mozos de Pamplona que, en Sanfermines, le cantaban al torero Santiago Mart¨ªn aquello de: ¡°El Viti, el Viti es cojonudo, como el Viti no hay ninguno¡±, y se lo adjudicaron al Txopo, que a pes...
En la final de Copa, entonces del General¨ªsimo, de 1966, el Athletic se present¨® con una defensa in¨¦dita. Todos los titulares estaban lesionados, un gran problema ante el Zaragoza de los Cinco Magn¨ªficos. Pas¨® lo que ten¨ªa que pasar y ganaron los ma?os (0-2), pero ese d¨ªa se consagr¨® Iribar. Durante el partido, la afici¨®n bilba¨ªna imit¨® a los mozos de Pamplona que, en Sanfermines, le cantaban al torero Santiago Mart¨ªn aquello de: ¡°El Viti, el Viti es cojonudo, como el Viti no hay ninguno¡±, y se lo adjudicaron al Txopo, que a pesar de la derrota, sali¨® del campo a hombros de los aficionados. Dice el mejor portero de la historia del Athletic que ah¨ª conoci¨® la dimensi¨®n del club.
La porter¨ªa, despu¨¦s de Iribar, siempre ha sido el puesto m¨¢s vigilado desde la grada de San Mam¨¦s. Hasta con Andoni Zubizarreta torcieron el morro en las tribunas. Tuvo que protagonizar una actuaci¨®n memorable frente a la selecci¨®n inglesa, en el homenaje a Txetxu Rojo, para recibir el pl¨¢cet. Ahora la afici¨®n examina a Unai Sim¨®n. Despu¨¦s de una gran temporada anterior, y pese a sus seis internacionalidades consecutivas, una irregular campa?a le ha puesto en cuarentena. Frente a la Real, en la final de hace dos semanas, no tuvo ocasi¨®n de reivindicarse; unos d¨ªas m¨¢s tarde, en Anoeta en la Liga, cometi¨® un error infantil que le priv¨® al Athletic de una victoria que hubiera sido reparadora.
Otra vez en La Cartuja, ante el Bar?a, se le esperaba en primera l¨ªnea. Ante una vanguardia tan afilada como la que lidera Leo Messi, su actuaci¨®n pod¨ªa ser decisiva. Sin embargo, en la primera mitad apenas tuvo que aparecer, aunque se llevara varios sustos, el primero de ellos may¨²sculo, con la llegada de De Jong, que dispar¨® cruzado al poste. Tuvo Sim¨®n la fortuna de que la pelota le cayera a los pies y pudiera despejarla. No tuvo muchas m¨¢s ocasiones de entrar en contacto con la pelota, pese al dominio abrumador del Barcelona.
Fue en la segunda parte cuando Unai Sim¨®n apareci¨®, como el Iribar de 1966, con Luis Enrique, el seleccionador, en la grada. En el minuto 47 empez¨® a agrandarse entre los palos, despu¨¦s de una jugada de Dest, por la derecha. El futbolista del Bar?a vio la entrada de Antoine Griezmann por el centro y le puso la pelota de forma milim¨¦trica. Unai Sim¨®n, en una acci¨®n de reflejos, con el franc¨¦s a dos metros de distancia, abri¨® los brazos y las piernas para que la pelota se estrellara en su cuerpo, golpeara otra vez en el jugador del Barcelona y se marchara fuera. Estaba en modo vendaval el equipo de Koeman, con el Athletic metido en su ¨¢rea y una posesi¨®n de bal¨®n ¨ªnfima. Apenas tres minutos m¨¢s tarde, Pedri recibi¨® al borde del ¨¢rea y su disparo seco, pegado al poste, lo sac¨® a c¨®rner el portero alav¨¦s.
Catat¨®nico el Athletic, desconectado del partido, en el div¨¢n del psic¨®logo en el que le tumb¨® la Real Sociedad, segu¨ªa percutiendo el Barcelona por los dos costados. Marcelino hab¨ªa decidido cambiar las bandas para reforzar su sistema defensivo, pero el experimento le sali¨® mal y los extremos del campo eran una sangr¨ªa. Apenas un minuto despu¨¦s del remate de Griezmann, Sim¨®n volvi¨® a encontrarse a un rival, esta vez Busquets, a un par de metros de su posici¨®n. El mediocentro azulgrana remat¨® a bocajarro y el portero del Athletic volvi¨® a sacar milagrosamente el remate que buscaba la porter¨ªa.
Poco m¨¢s tarde, el dique se desbord¨®. La siguiente llegada ya no encontr¨® la respuesta del guardameta rojiblanco. Griezmann abri¨® la lata, esta vez s¨®lo a un metro del portero rojiblanco; luego llegaron los dem¨¢s goles en la porter¨ªa de Unai Sim¨®n, que intent¨® ser el Iribar que se enfrent¨® a los Cinco Magn¨ªficos y acab¨® derrotado como el Txopo, con Luis Enrique en la grada, y en La Cartuja, donde puede disputar con Espa?a la pr¨®xima Eurocopa.
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