Sufrimiento de campe¨®n
El Atl¨¦tico se impone a la Real con un f¨²tbol arrollador, pero su falta de punter¨ªa para cerrar el partido y un tanto de Zubeldia en los minutos finales le agobiaron
Visceral, a todo pulm¨®n, sin otro objetivo que apisonar a la Real Sociedad desde el inicio, el Atl¨¦tico sell¨® una victoria con aires de campe¨®n de Liga, aunque padeci¨® el sufrimiento final marca de la casa con el gol de Zubeldia a falta de ocho minutos. Un soponcio que no debi¨® sufrir de haber estado m¨¢s fino ante Remiro.
Se despleg¨® el Atl¨¦tico ambicioso en c...
Visceral, a todo pulm¨®n, sin otro objetivo que apisonar a la Real Sociedad desde el inicio, el Atl¨¦tico sell¨® una victoria con aires de campe¨®n de Liga, aunque padeci¨® el sufrimiento final marca de la casa con el gol de Zubeldia a falta de ocho minutos. Un soponcio que no debi¨® sufrir de haber estado m¨¢s fino ante Remiro.
Se despleg¨® el Atl¨¦tico ambicioso en campo contrario, sin espacio para la especulaci¨®n, con el ¨²nico mandamiento de robar y atacar, y los futbolistas de Simeone se han posicionado a un paso del t¨ªtulo. Su victoria echa a la cuneta al Barcelona, distanciado en cuatro puntos con solo seis por jugarse. Haga lo que haga el Madrid en su visita a Granada, el Atl¨¦tico podr¨¢ proclamarse campe¨®n el domingo si derrota a Osasuna y su vecino no gana en Bilbao.
Entendi¨® el l¨ªder que estaba ante la gran ocasi¨®n de darle un zarpazo casi definitivo al campeonato. Y no dud¨® en propinarlo. Su arranque de partido fue un vendaval. En 10 minutos, ya hab¨ªa acribillado a Remiro con cuatro remates y hab¨ªa reducido la atractiva propuesta de la Real a la nada. Esa salida de f¨²tbol volc¨¢nico fue un escaparate para las infinitas revoluciones de Marcos Llorente, para la ciencia callejera de Correa y el oficio y el magisterio de Luis Su¨¢rez. Perro viejo el uruguayo, que no se desmoron¨® porque le faltara temple para controlar una pelota franca en el ¨¢rea en vez de volearla. Cada movimiento era una amenaza. Como cada pase filtrado de Correa, que en uno de ellos dej¨® mano a mano a Marcos Llorente con Remiro. El volante obvi¨® a Su¨¢rez, que a su derecha le gritaba que estaba para empujar la pelota. Tampoco afect¨® a Llorente su exceso de ego¨ªsmo. Al poco le puso un globo a Carrasco, que habitaba remol¨®n el ¨¢rea sali¨¦ndose del fuera de juego. Cosi¨® un control y un punterazo que se col¨® entre las piernas de Remiro. Un visto y no visto para el meta y tambi¨¦n para el tierno Sagnan, que se trag¨® toda la maniobra del belga.
Fallos de Su¨¢rez
En menos de un cuarto de hora la Real ya contabilizaba unos cuantos jirones y un gol en contra. No dej¨® el Atl¨¦tico desplegarse al equipo de Imanol. Eso s¨ª, cuando pudo ligar pases ense?¨® que con la pelota es uno de los mejores conjuntos del campeonato. Una incursi¨®n de Zald¨²a la termin¨® por culminar Isak con un remate manso a las manos de Oblak. Con el gol a favor, los rojiblancos parecieron desempe?arse a espasmos controlados. Parec¨ªa que se replegaban, pero cog¨ªan aire y se lanzaban de nuevo a una presi¨®n feroz. O se empleaban en los duelos por las segundas jugadas como si fuera el ¨²ltimo. Y uno de ellos le cay¨® a Su¨¢rez. En su carrera hacia el ¨¢rea le dio para meter cadera y perfilarse para lanzar a Correa contra Remiro. Como el argentino es un jugador de rincones, puso la pelota rasa, cruzada y a la esquina m¨¢s alejada de Remiro. Ocho tantos suma el argentino, futbolista determinante en la que puede ser la segunda Liga del Atl¨¦tico en siete a?os. Ha repartido tanto arte como sacrificio. En los peores momentos de su equipo ha sido de los m¨¢s l¨²cidos, por m¨¢s que le penalizaran algunas ocasiones claras que no acert¨® a embocar.
Con dos goles de ventaja, Oblak tambi¨¦n record¨® que en la conquista del campeonato habr¨¢ tenido mucho que decir. La Real plasm¨® una de esas jugadas elaboradas que la distinguen para llevar la pelota hasta Isak. Esta vez el sueco remat¨® ajustado y con violencia al palo derecho. Y all¨ª emergi¨® el vuelo de Oblak para meter la manopla y desviar el zurriagazo al palo. La intervenci¨®n le vali¨® al Atl¨¦tico para enfilar el descanso con la ventaja de dos goles con un f¨²tbol que despidi¨® aires de campe¨®n.
Con la memoria de lo que le hab¨ªa sucedido al Barcelona un d¨ªa antes, no bajaron las revoluciones los futbolistas de Simeone. Mantuvieron la presi¨®n y la ambici¨®n por seguir agujereando a la Real en cada robo en campo contrario y en cada contragolpe que pudieron desplegar cuando el quite era en terreno propio. Le falt¨® mejor pie en los ¨²ltimos metros para firmar una tunda. Su¨¢rez confirm¨® que segu¨ªa re?ido con el gol. Primero Koke y despu¨¦s Llorente le citaron con Remiro, pero no era la noche del uruguayo.
En medio de esas ocasiones rojiblancas, Portu oblig¨® a Oblak con un remate picado. El realista tambi¨¦n se encontr¨® con el palo y Savic evit¨® el tanto tapando el rechace que recogi¨® Bautista. La suerte de campe¨®n pareci¨® ya decantarse por el Atl¨¦tico, aunque el tanto de Zubeldia casi la entierra.
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