Pedalear es aprender. Y viceversa
S¨®crates en bicicleta es un original y divertido juego que mezcla la filosof¨ªa con el deporte
La pr¨¢ctica deportiva tiene algo de conexi¨®n. Tambi¨¦n de desconexi¨®n. Conecta al practicante con su cuerpo y, realizada con la intensidad adecuada, lo desconecta de las cuitas del d¨ªa a d¨ªa. Si se trata de un deporte individual, puede que incluso se alcance un estado mental preclaro en el que se perciba la realidad y sus circunstancias con una nitidez que se aproxime al terreno de las ideas. Al comenzar un descenso en bicicleta, por ejemplo. Tras el esfuerzo de la subida, con el viento en la cara y las piernas pedaleando a favor de obra, pudiera parecer que pensamos. Es decir, que existimos....
La pr¨¢ctica deportiva tiene algo de conexi¨®n. Tambi¨¦n de desconexi¨®n. Conecta al practicante con su cuerpo y, realizada con la intensidad adecuada, lo desconecta de las cuitas del d¨ªa a d¨ªa. Si se trata de un deporte individual, puede que incluso se alcance un estado mental preclaro en el que se perciba la realidad y sus circunstancias con una nitidez que se aproxime al terreno de las ideas. Al comenzar un descenso en bicicleta, por ejemplo. Tras el esfuerzo de la subida, con el viento en la cara y las piernas pedaleando a favor de obra, pudiera parecer que pensamos. Es decir, que existimos.
Dec¨ªa Nietzsche que ¡°solo los pensamientos que tenemos en movimiento valen algo¡±. El ciclista franc¨¦s Guillaume Martin propone en S¨®crates en bicicleta (Libros de Ruta), un original y divertido juego que mezcla la filosof¨ªa con el deporte. Escrito desde el conocimiento de ambas disciplinas ¡ªMartin tiene estudios en filosof¨ªa¡ª plantea un Tour de Francia en el que compiten Arist¨®teles, Pascal o Maquiavelo. ¡°Cicl¨®sofos¡± es el t¨¦rmino elegido para estos personajes que combinan excelencia intelectual y deporte (una de las principales cr¨ªticas del libro se dirige hacia el prejuicio que separa ambas disciplinas). Alternando el ensayo y la ficci¨®n, Martin va describiendo el d¨ªa a d¨ªa de los ciclistas profesionales y plantea un crit¨¦rium de ases del pensamiento que le permite introducir debates de altura ¡ªbajados a tierra con la analog¨ªa ciclista¡ª.
Ofrece escenas muy interesantes. Como la dial¨¦ctica entre el l¨ªder del equipo griego ¡ªS¨®crates¡ª y dos de sus gregarios ¡ªArist¨®teles y Plat¨®n¡ª. ¡°?Es que nunca vas a dejar de hacer preguntas, S¨®crates? [...]Ya ves, contigo siempre es as¨ª: cuando ¡°filosofas¡± no tratas de ser comprendido, ?m¨¢s bien todo lo contrario! Filosofas y pedaleas como un sofista, ?en el vac¨ªo!¡±. S¨®crates, tras escuchar a Plat¨®n que ¡°pedalear es aprender a morir¡±, decide dejar el equipo. Sabe que sus gregarios est¨¢n preparados para tomar el relevo. ¡°Nada es demasiado dif¨ªcil para la juventud¡±, es su ¨²ltimo mensaje. Y se monta en la bicicleta para no volver. Sus disc¨ªpulos gritan su nombre. Nadie contesta. Ya sienten sobre sus hombros el peso de la responsabilidad.
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