Angelino Soler, ¡®El Meteoro de Alc¨¤sser¡¯
El ciclista valenciano sorprendi¨® ganando la Vuelta de 1961 con 21 a?os, pero luego no brill¨® y se retir¨® a los 28
A finales de los cincuenta, Salvador Botella era el tercer grande del pelot¨®n espa?ol, algo oscurecido por la rivalidad Loro?o-Bahamontes. En invierno sol¨ªa entrenar sobre un mismo recorrido, por la carretera de Benifai¨® a Almansa. Un d¨ªa not¨® que a discreta distancia le segu¨ªa otro ciclista. Apret¨®, y el perseguidor se mantuvo a la distancia. El asunto se repiti¨® varias veces hasta que un d¨ªa se par¨® y le interpel¨®.
Result¨® ser Angelino Soler, corredor aficionado de Alc¨¤sser (Valencia), que quer¨ªa pro...
A finales de los cincuenta, Salvador Botella era el tercer grande del pelot¨®n espa?ol, algo oscurecido por la rivalidad Loro?o-Bahamontes. En invierno sol¨ªa entrenar sobre un mismo recorrido, por la carretera de Benifai¨® a Almansa. Un d¨ªa not¨® que a discreta distancia le segu¨ªa otro ciclista. Apret¨®, y el perseguidor se mantuvo a la distancia. El asunto se repiti¨® varias veces hasta que un d¨ªa se par¨® y le interpel¨®.
Result¨® ser Angelino Soler, corredor aficionado de Alc¨¤sser (Valencia), que quer¨ªa probarse viendo si era capaz de seguir al ¨ªdolo. Ante tan buena disposici¨®n le recomend¨® para la secci¨®n de aficionados que iba a crear su equipo, el Faema, para la Vuelta a los Pirineos.
As¨ª se impuls¨® la carrera ciclista del hombre que hace 60 a?os conmover¨ªa los cimientos de nuestro ciclismo al ganar, con s¨®lo 21, la Vuelta a Espa?a, ante los consagrados del pelot¨®n espa?ol m¨¢s el temible equipo belga Groewe, ¡°los diablos verdes¡±, con los prestigiosos De Mulder y Messelis, los franceses Mah¨¦ y Dotto, el portugu¨¦s Barbosa y el italiano Sabaddin,
Para entonces ya hab¨ªa cubierto su etapa de aficionado y como profesional se hab¨ªa apuntado un ¨¦xito la Vuelta a Andaluc¨ªa de ese a?o, 1961, que corri¨® gracias a un permiso en la mili. A la Vuelta fue con un nuevo permiso (luego los tendr¨ªa que devolver, licenci¨¢ndose tres meses despu¨¦s de su quinta) y como gregario. El Faema ten¨ªa tres aspirantes, Su¨¢rez, Botella y G¨®mez del Moral. En otros equipos estaban Loro?o, P¨¦rez Franc¨¦s, Manzaneque, Karmany, Julio Jim¨¦nez¡ S¨®lo falt¨® Bahamontes.
La Vuelta empezaba en San Sebasti¨¢n, cruzaba a Catalu?a, bajaba por el Mediterr¨¢neo hasta Bendidorm, luego giraba hacia Madrid y sub¨ªa por Castilla para terminar en Bilbao. Tanto norte se explica porque el organizador era El Correo Espa?ol-El Pueblo Vasco.
Lo de Benidorm merece una parada. Aquel a?o fue el del legendario viaje en Vespa del visionario alcalde de Benidorm, Pedro Zaragoza, a Madrid, donde logr¨® entrevistarse con Franco y conseguir de ¨¦ste que autorizara los bikinis, episodio fundacional del boom tur¨ªstico inmediato con epicentro en Benidorm. En su af¨¢n de hacer sonar su ciudad consigui¨® incluirla en la Vuelta.
En la sexta etapa, Tortosa-Valencia, se produjo una escapada bid¨®n de nueve hombres que resultar¨ªa decisiva. La meta estaba en un vel¨®dromo improvisado en Mestalla, lleno a reventar, y all¨ª el novel Angelino Soler gan¨® el sprint ante la euforia de todo un estadio puesto en pie. Inolvidable. Llegaron con nueve minutos de ventaja, 10 para Soler por el de bonificaci¨®n. Salt¨® del 30? al 3?. No le faltaron cr¨ªticas porque qued¨® l¨ªder uno de los belgas, Seynaeve, y parec¨ªa que iba a ser dif¨ªcil quitarle de ah¨ª. Soler hab¨ªa tirado m¨¢s que nadie en la escapada, m¨¢s que nadie. Hab¨ªa gastado fuerzas, se dec¨ªa, para provecho de un belga. Otros opinaban que Seynaeve, especialista en ciclocross, caer¨ªa como fruta madura.
Efectivamente, en la Madrid-Valladolid, el maillot pas¨® a su compatriota Messelis. Ese d¨ªa Soler, sin ayuda de sus compa?eros, perdi¨® dos puestos. Pero el d¨ªa siguiente los recuper¨® en la contrarreloj Valladolid-Palencia. Y tercero llegar¨ªa a las monta?as del norte, con varios faemas bien colocados pensando en todo menos en ¨¦l.
En la etapa reina, Santander-Vitoria, se produjo un hecho ins¨®lito: la colaboraci¨®n entre todos los equipos espa?oles, generalmente a la gre?a. Descolgaron a Messelis, que salv¨® el liderato por los pelos. Angelino Soler fue de los que m¨¢s trabajaron. Esa noche el director de Faema, Bernardo Ruiz, le dijo que se hab¨ªa equivocado, le pidi¨® disculpas y le coment¨® que en la siguiente, Vitoria-Bilbao, trabajar¨ªan para ¨¦l. As¨ª fue. Faema en bloque trabaj¨® en beneficio de Angelino Soler, que estuvo a la altura. Messelis se derrumb¨®.
As¨ª que ya corri¨® como l¨ªder la ¨²ltima etapa, Bilbao-Bilbao, que empez¨® con susto: una montonera en la que se hiri¨® en la nariz y le cost¨® recuperar su bicicleta, deslizada bajo un cami¨®n. Pero todo pas¨®, volvi¨® la calma y gan¨® la carrera con 51s sobre Mah¨¦ y 2m23s sobre P¨¦rez Franc¨¦s. D¨¦cimo fue Jes¨²s Loro?o, a 7m47s. A todos ellos y a unos cuantos m¨¢s les gan¨® por los 10 minutos conseguidos en el vel¨®dromo de Mestalla¡ y por su forma de defenderlos en solitario.
En la ¨¦poca era sensacional que alguien ganara la Vuelta con 21 a?os. Se valor¨® su condici¨®n de ciclista completo, se le augur¨® un gran futuro. Por desgracia no fue as¨ª. Alguna ca¨ªda inoportuna, alguna enfermedad inoportuna, el fichaje por un equipo italiano, en el que no se adapt¨®. La monta?a del Giro y cuatro etapas m¨¢s un sexto puesto en el Tour fueron lo mejor que hizo tras aquel gran arranque. Casado con 25 a?os, lo dej¨® con 28, la edad en la que entonces la mayor¨ªa alcanzaba la plenitud, para dedicarse a sus negocios.
Pas¨® por el ciclismo como un meteoro. El Meteoro de Alc¨¤sser, como le apodaron tras su rutilante victoria en Mestalla.
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