Iraola y las vacas sagradas
El ahora entrenador del Rayo emergi¨® en Lezama en unos tiempos en los que se dec¨ªa por Bilbao que el surtidor de jugadores se hab¨ªa secado, que ya no hab¨ªa nada que hacer con eso de la cantera
El pasado martes volvi¨® a San Mam¨¦s Andoni Iraola, uno de esos jugadores que marcaron una ¨¦poca, un estilo, una manera y sentimiento de ser Athletic. Volv¨ªa Andoni tras su salida como jugador para finalizar su carrera de jugador en el NY City y tras iniciar una carrera de entrenador que se me antoja interesante, lejos de los grandes focos pero s¨®lida, trabajada y bien construida. Sin pausas pero entendiendo muy bien este juego. Igual que como jugador cuando la comprensi¨®n del juego, la anticipaci¨®n, la ocupaci¨®n racional del campo, su competitividad y su excelente t¨¦cnica compensaban una limit...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
El pasado martes volvi¨® a San Mam¨¦s Andoni Iraola, uno de esos jugadores que marcaron una ¨¦poca, un estilo, una manera y sentimiento de ser Athletic. Volv¨ªa Andoni tras su salida como jugador para finalizar su carrera de jugador en el NY City y tras iniciar una carrera de entrenador que se me antoja interesante, lejos de los grandes focos pero s¨®lida, trabajada y bien construida. Sin pausas pero entendiendo muy bien este juego. Igual que como jugador cuando la comprensi¨®n del juego, la anticipaci¨®n, la ocupaci¨®n racional del campo, su competitividad y su excelente t¨¦cnica compensaban una limitada velocidad.
Como ya me voy haciendo mayor, un abuelo, la llegada de Iraola me meti¨® de cabeza en la maquina del tiempo para situarme en mis inicios como director deportivo del Athletic Club, all¨¢ por 2001. Eran tiempos en los que se dec¨ªa por Bilbao que no hab¨ªa j¨®venes en Lezama, que el surtidor de jugadores se hab¨ªa secado, que ya no hab¨ªa nada que hacer con eso de la cantera. Y a m¨ª, que ya saben que era portero, me parec¨ªa que en la plantilla del Bilbao Athletic hab¨ªa jugadores interesantes y tambi¨¦n en el juvenil. Pero como la afirmaci¨®n era rotunda me di un a?o para verificar mis impresiones. Es verdad que para todo esto contaba con la inmensa ayuda de un tal Ernesto Valverde que se qued¨® conmigo como adjunto y que me iba soplando al o¨ªdo las buenas noticias de nuestros j¨®venes.
Fue Andoni Iraola el primer jugador del f¨²tbol base que firm¨® su contrato con el primer equipo en esos tiempos, luego le sigui¨® Carlos Gurpegui y despu¨¦s unos cuantos talentos que nos ayudaron a llevar al Athletic a posiciones europeas y a disfrutar del f¨²tbol como se deb¨ªa a un recinto m¨¢gico como el antiguo San Mames.
En aquellos tiempos cre¨ªa, todav¨ªa estoy convencido de ello, que esos primeros contratos, esas primeras firmas, esas sonrisas nerviosas ante este primer acto inaugural del f¨²tbol profesional son uno de los mejores momentos de mi carrera en la direcci¨®n deportiva. Es ser testigo presencial del despegue de una carrera en el agresivo mundo de la competici¨®n, un momento de magia y de ilusi¨®n.
Debutaba Iraola como titular en San Mam¨¦s contra el FC Barcelona, contra Overmars y su velocidad, perdimos 0-1 y ese d¨ªa debutaba en el palco Joan Laporta como presidente del Bar?a en su primer mandato.
En todas esas cosas se entreten¨ªa mi cerebro cuando lleg¨® el lunes de Dolores del Bar?a, la semana de m¨¢s ruido (y nueces, Andoni, y nueces) de Can Bar?a en los ¨²ltimos a?os y esas soluciones m¨¢gicas y maravillosas que siempre se nos ocurren en tiempos de tempestad. Se lo cuento porque me ha pasado vistiendo esa misma camiseta. Esos tiempos en los que la grada resuelve r¨¢pido la ecuaci¨®n y concluye: ¡°?Para esto (o sea, perder o empatar que es casi lo mismo) que jueguen los chavales!¡±.
Entre tanto, tanto, tanto y tanto ruido como el que llega desde Barcelona y para buscar alguna certeza, recordaba nuestros temores cuando en 2003 compar¨¢bamos la velocidad de Overmars con la de Iraola y la diferencia en la experiencia y manejo de las situaciones del juego que hab¨ªa entre los dos. Y que nuestra convicci¨®n absoluta en las calidades de Iraola no nos ocultaba que todo jugador necesita tiempo de desarrollo y de crecimiento.
Como lo mejor en estos casos es irse a buscar lo que dicen los que m¨¢s saben, me quedo con el maestro Johan Cruyff y una de esas sentencias tan suyas, simples, contundentes y llenas de contenido: ¡°Es el tiempo de las vacas sagradas¡±. Pues eso.
Puedes seguir a EL PA?S DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.