El Getafe desarma al C¨¢diz
El equipo madrile?o deja la cola de la tabla tras encarrilar una goleada con tres tantos de cabeza
Tres goles de cabeza, y un postre final de volea en pleno festival, desarmaron al C¨¢diz en Getafe, donde el colista emergi¨® (4-0) para dejar el farolillo rojo al Levante y ense?ar al mundo que nadie debe darle por entregado en la batalla por la permanencia: un equipo tan abnegado y pleno de oficio como el que ahora dirige Quique S¨¢nchez Flores siempre tiene algo que decir. El equipo, tras el mal inicio de temporada que le cost¨® el puesto a M¨ªchel, ha apretado los dientes y desde el relevo de entrenador apenas suma dos derrotas en seis partidos y ha ganado los dos ¨²ltimos partidos en el Coliseu...
Tres goles de cabeza, y un postre final de volea en pleno festival, desarmaron al C¨¢diz en Getafe, donde el colista emergi¨® (4-0) para dejar el farolillo rojo al Levante y ense?ar al mundo que nadie debe darle por entregado en la batalla por la permanencia: un equipo tan abnegado y pleno de oficio como el que ahora dirige Quique S¨¢nchez Flores siempre tiene algo que decir. El equipo, tras el mal inicio de temporada que le cost¨® el puesto a M¨ªchel, ha apretado los dientes y desde el relevo de entrenador apenas suma dos derrotas en seis partidos y ha ganado los dos ¨²ltimos partidos en el Coliseum, que es la condici¨®n b¨¢sica para escalar puestos en la tabla.
El triunfo lo forj¨® el Getafe desde el convencimiento de los equipos necesitados. Por eso los jugadores salieron al campo como si fuese el ¨²ltimo partido de sus vidas. El C¨¢diz, habitualmente cori¨¢ceo y que llegaba a la cita despu¨¦s de tres jornadas sin perder, pareci¨® perplejo ante tanto despliegue. Un gol a los seis minutos retrat¨® lo que all¨ª suced¨ªa: Dami¨¢n trenz¨® un centro desde la diestra y por la zurda entr¨® Olivera, el otro lateral, para anticiparse a Iza Carcel¨¦n y conectar a la red con la testa, pero sobre todo con mucha fe.
El C¨¢diz no sali¨® del estupor hasta que mediada la primera parte Negredo lanz¨® un leve aviso. Pero el Getafe no baj¨® el pist¨®n de la autoexigencia, trabajador sin bal¨®n, contundente cuando lo manejaba. ?lvaro Cervera busc¨® soluciones. Licenci¨® a la banda derecha, Iza Carcel¨¦n y Salvi, en el descanso, Recurri¨® a ?lvaro Jim¨¦nez para que hiciese de abrelatas, pero le golpearon donde m¨¢s le duele, en la cabeza, en una suerte en la que el equipo no suele flaquear.
El repaso a¨¦reo fue de tal calibre que pareci¨® hasta grosero. Al filo de la hora de juego, Enes ?nal cabece¨® cerca de la escuadra un centro de Dami¨¢n y casi a continuaci¨®n, con el lateral charr¨²a en la banda para recuperarse de una entrada de Perea que bien pudo ser castigada con expulsi¨®n, Arambarri tom¨® su lugar para colocar otro bal¨®n en la frente del novel central Cuenca, que entr¨® al remate con tanto estr¨¦pito como libertad para anotar el segundo gol del Getafe. Nada acab¨® ah¨ª. El mismo Cuenca exigi¨® a Ledesma en otro testarazo y en la continuaci¨®n de la jugada fue Enes ?nal el que sentenci¨® el partido con el tercer tanto a un cuarto de hora del final.
La respuesta del C¨¢diz ante semejante tempestad fue tibia, un centro de ?lvaro Jim¨¦nez tropez¨® en la bota de Cuenca y se fue al palo cuando el partido transitaba por el dos a cero. Pero incluso durante ese trance fue incapaz de imponerse el cuadro amarillo, siempre varios cuerpos por detr¨¢s de su rival en muchos aspectos, pero sobre todo aquellos relacionados con el vigor, la viveza y la energ¨ªa. Acab¨® entregado el C¨¢diz, castigado tambi¨¦n al final por un tanto bell¨ªsimo de Mata. Quique S¨¢nchez Flores, que hab¨ªa celebrado los goles anteriores, con el entusiasmo de un juvenil, sonri¨® y agit¨® la mano en se?al de incredulidad. Como para no estarlo. Despu¨¦s de tantas semanas picando piedra, el Getafe se sinti¨® como en un spa.
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