Brotes verdes de esqu¨ª espa?ol crecen en la nieve de los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno de 2022
Javier Lliso se clasifica para la final de ¡®big air¡¯, mientras que Etxezarreta, 17?, logra el mejor puesto de nunca de un espa?ol en un descenso ol¨ªmpico
A 2.170 metros, en lo alto de la monta?a de Xiaohaituo, cerca de Yanqing, el hurac¨¢n de viento helador de las estepas de Mongolia y la taiga de Siberia, tan al norte, se ha calmado y la temperatura ha ascendido bajo siempre el mismo sol. Pasa ya del mediod¨ªa en China. Puede comenzar el descenso, la prueba reina de la velocidad sobre esqu¨ªs en los ...
A 2.170 metros, en lo alto de la monta?a de Xiaohaituo, cerca de Yanqing, el hurac¨¢n de viento helador de las estepas de Mongolia y la taiga de Siberia, tan al norte, se ha calmado y la temperatura ha ascendido bajo siempre el mismo sol. Pasa ya del mediod¨ªa en China. Puede comenzar el descenso, la prueba reina de la velocidad sobre esqu¨ªs en los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn 2022. Casi tres kil¨®metros de bajada para un desnivel de 894 metros, con una pendiente media del 35%, y picos del 68%, y saltos de 40 metros, y velocidades superiores a los 130 kil¨®metros por hora. Es el Rock, la roca, y acaba en un ca?¨®n. Un trazado ¨²nico dibujado con nieve artificial en las aristas de la monta?a seca por los campeones ol¨ªmpicos Bernhard Russi y Didier Defago, los mejores en su oficio. Suficiente para quitar el hipo, aunque el tiempo sea sereno, como sereno est¨¢, o lo aparenta, Adur Etxezarreta, navarro de 26 a?os, debutante en la materia, que se lanza el 32?. M¨¢s habitual de Copas de Europa, donde ronda siempre los podios, que de Copas del Mundo, pocos en el mundillo de la superelite lo conocen o hablan de ¨¦l.
Pero mientras se prepara para salir olvidando que la pista est¨¢ ya muy transitada, sus l¨ªneas de trazada, llenas de huellas, y el fondo arenoso bajo la nieve artificial blanda, da?a los filos de sus esqu¨ªs, Etxezarreta, de 26 a?os, tambi¨¦n puede pensar que nadie hablaba ni una palabra tampoco de un franc¨¦s de 41 a?os llamado Johan Clarey, uno de Tignes que en sus tres Juegos anteriores nunca hab¨ªa quedado mejor de 18?, y que ah¨ª estaba, segundo, medalla de plata y solo a una d¨¦cima del que ser¨¢ campe¨®n, el suizo Beat Feuz en un podio que cierra el austriaco Matthias Mayer y en el que no figuran las dos estrellas m¨¢s celebradas, fotografiadas y esperadas, el noruego Aleksander Aamodt Kilde (tan presente en las redes tanto por sus proezas con los esqu¨ªs como por ser el novio de la reina de las nieves, la norteamericana Mikaela Shiffrin, y tres victorias en descenso y tres en Super G en lo que va de Copa del Mundo) y el suizo de 24 a?os Marco Odermatt, el nuevo fen¨®meno, que se hab¨ªa propuesto conseguir medallas en todas las especialidades alpinas.
Etxezarreta se lanza confiado, despierta o¨¦s espont¨¢neos de los comentaristas televisivos, que encomian su fluidez, su seguridad en las trazadas, sus saltos y su control en los dobles giros, y termina feliz, sabiendo que ser¨¢ 17?, un puesto extraordinario para un esquiador espa?ol en un descenso, la prueba m¨¢s lejana de la tradici¨®n propia. El anterior mejor puesto fue el 27? en Lake Placid 80 de Paquito Fern¨¢ndez Ochoa, siempre referencia el esquiador de Cercedilla que val¨ªa para todo. ¡°Estoy contento con la bajada¡±, dice Etxezarreta, producto del proceso guiado en Espa?a por la federaci¨®n desde sus a?os infantiles en La Molina, al que entrena Adam Peraudo y encera sus esqu¨ªs To?o G¨®ngora. ¡°En alg¨²n sitio me ha costado algo m¨¢s, pero el descenso ha sido limpio. No he fallado. Este resultado me da alas de cara al futuro¡±. El martes, a las cuatro de la ma?ana, su segunda prueba, el Super G.
La fantas¨ªa en vuelo de Lliso
Simult¨¢neamente, 80 kil¨®metros m¨¢s al sur, en la capital, Pek¨ªn, por un tobog¨¢n gigante, y con una rampa en el centro, construido sobre la arqueolog¨ªa industrial de las ruinas de una fundici¨®n de acero, y a¨²n resisten, son el paisaje de un futuro postindustrial, cuatro gigantescas chimeneas de refrigeraci¨®n, se lanzan sobre esqu¨ªs los artistas-deportistas del big air, que estrena car¨¢cter ol¨ªmpico. Hay dos espa?oles entre ellos, los mejores del mundo, que buscan clasificarse entre los 12 mejores para la final del mi¨¦rcoles a las cuatro de la ma?ana. Uno es Thib Magnin, espa?ol nacido en Friburgo, junto a Gruy¨¨re, en Suiza, el rubio jovencito, 21 a?os, del que m¨¢s se habla, tanto por sus peripecias vitales, por su habilidad grabando v¨ªdeos (su segunda o tercera pasi¨®n despu¨¦s de los esqu¨ªs, el surf, los clavados, la acci¨®n hiperactiva, hasta con los ligamentos rotos de una rodilla), como por su genio a la hora de pensar movimientos, piruetas en el aire, trucos muy complicados, y por su osad¨ªa, su desprecio del riesgo, a la hora de intentarlos en la grand¨ªsima competici¨®n. El otro es Javier Lliso, de Colmenar, Madrid, que se planta en la salida, con Josep Gil, su entrenador al lado, y en sus cascos ya suena un rock duro, la canci¨®n que se fija a la adrenalina, el chorro de excitaci¨®n, miedo, deseo, que ya se lanza a su torrente sangu¨ªneo, como se lanza ¨¦l en switch (de espaldas a la rampa, ciego) mientras sus brazos empiezan a girar el cuerpo como si fuera un muelle al que hay que apretar para cargarlo de energ¨ªa que, liberada, le haga girar como un molinillo, una peonza, un helic¨®ptero en el aire, y cuando vuela y gira y gira, cinco giros bio, lev¨®giros, hacia la izquierda, 1.800 grados, agarra con la mano el esqu¨ª en safety, junto a la bota, y cae de espaldas y aterriza perfecto, y ni se ha enterado de qu¨¦ canci¨®n resonaba bajo su casco.
¡°Ha hecho un switch doble bio 1.800 safety y lo ha clavado perfectamente¡±, analiza Maialen Oiartzbal, la freestyler de Oiartzun, compa?era de equipo acrob¨¢tico, que se recupera de una operaci¨®n de ligamento cruzado de la rodilla. ¡°El salto ha tenido buena altura y mucha amplitud, y por eso ha ca¨ªdo bien. Le ha dado tiempo a hacer todos los movimientos de un truco que muy pocos esquiadores, dos o tres, son capaces de hacer¡±. A Lliso los jueces le punt¨²an con 90,25, una calificaci¨®n que le asegura el pase a la final, si no se cae en la segunda ronda (los esquiadores saltan tres veces y les jerarquiza la suma de sus dos mejores puntuaciones). En el segundo salto, menos arriesgado, m¨¢s seguro, un doble cork (giro en el sentido de las agujas del reloj) 1.620 (cuatro giros y medio) blunt (agarre en la punta del esqu¨ª), Lliso vuelve a clavarlo. Se saca 80 puntos. Termina noveno. Y ya est¨¢ en una final en la que no le acompa?ar¨¢ Magnin.
La vida de un esquiador freestyler consiste, se puede resumir, en un constante alimentar la cabeza y la vista de v¨ªdeos de saltos y piruetas circenses o imposibles, de series de dibujos animados que aviven la imaginaci¨®n, del sue?o on¨ªrico de un giro a mitad de la noche, y de la decisi¨®n de intentar ir a por ¨¦l. ¡°En verano empezamos a entrenarlos en Andorra, en el centro 360 Extreme, que es un trampol¨ªn cubierto por el que nos lanzamos en patines, hacemos 360s y caemos en una piscina de trozos de espuma¡±, explica Oiartzabal. ¡°Luego, en septiembre vamos al Banger Park de Austria, cerca de Innsbruck, donde tienen una pista y un tobog¨¢n de hierba con un airbag gigante, una lona hinchada que aun as¨ª est¨¢ bastante dura para caer, y all¨ª nos lanzamos m¨¢s¡±.
Y all¨ª Magnin imagina y entrena un truco muy dif¨ªcil, un switch (de espaldas) 10 safety, que intenta hacer en Pek¨ªn. ¡°La dificultad¡±, explica Oiartzabal, ¡°estriba en que debe intentar frenar el giro en el aire y cambiar la rotaci¨®n. La primera vez le sale muy bien, logra una gran amplitud, pero toca con las manos la nieve al aterrizar, y le punt¨²an muy bajo. Repite en el segundo salto, y ah¨ª se descontrola y se cae¡¡±
Magnin, como Lliso, brotes verdes de futuro y presente de la nieve espa?ola, tendr¨¢n una nueva oportunidad, el pr¨®ximo lunes en la especialidad de slopestyle (mezcla de barandillas y saltos).
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