El Chelsea llega a la cima con la conquista del Mundial de clubes
El cuadro londinense derrota conun gol de Havertz en la pr¨®rroga a un Palmeiras tan entusiasta como inferior (2-1)
Le cost¨® 19 a?os, pero ya est¨¢ en la cima Rom¨¢n Abram¨®vich. Ya lo ha ganado todo con el Chelsea, que liquid¨® una cuenta pendiente con el Mundial de clubes, en el que 14 de los ¨²ltimos 15 entorchados se han ido a territorio europeo. El ¨²nico fallo hab¨ªa sido el del cuadro londinense en 2012, superado por el Corinthians. En esta ocasi¨®n, contra otro equipo paulista, el Palmeiras, pudo al fin festejar. Debi¨® de esperar, eso s¨ª, al final de la pr...
Le cost¨® 19 a?os, pero ya est¨¢ en la cima Rom¨¢n Abram¨®vich. Ya lo ha ganado todo con el Chelsea, que liquid¨® una cuenta pendiente con el Mundial de clubes, en el que 14 de los ¨²ltimos 15 entorchados se han ido a territorio europeo. El ¨²nico fallo hab¨ªa sido el del cuadro londinense en 2012, superado por el Corinthians. En esta ocasi¨®n, contra otro equipo paulista, el Palmeiras, pudo al fin festejar. Debi¨® de esperar, eso s¨ª, al final de la pr¨®rroga. Fue entonces, en el minuto 117, a tres de la tanda cuando evit¨® ese ep¨ªlogo un gol de penalti de Havertz, el mismo protagonista que le dio el t¨ªtulo de la Champions contra el Manchester City.
El partido fue un calvario para el Chelsea, que transit¨® impotente ante un rival replegado que se apost¨® para lanzarse a la contra con m¨¢s entusiasmo que juego. Hace un cuarto de siglo el Palmeiras era uno de los mejores equipos del planeta, con Roberto Carlos, Rivaldo y Djalminha en sus filas y Wanderley Luxemburgo en la banda como abanderado del f¨²tbol que estaba por llegar. Todo ha cambiado en ese tiempo, la globalizaci¨®n, tambi¨¦n para la pelota, ha abierto una brecha entre ricos y pobres. Ahora, para competir contra un rival europeo, el otrora fantasioso Palmeiras tiene que plegarse y sufrir. Supo hacerlo a lomos de su afici¨®n, presente en elevado n¨²mero en Abu Dhabi. El Mundial de clubes como la antigua Copa Intercontinental siempre fue m¨¢s valorada al otro lado del charco.
El Palmeiras creci¨® en el partido a partir de la gasolina de la ilusi¨®n, la que tiene el modesto de desea mirar a los ojos a un millonario. Y tuvo la fortuna de regresar a la liza cuando ya parec¨ªa fuera de ella. Porque en un partido sin ocasiones de gol marc¨® el Chelsea, gracias a un testarazo de Lukaku. Pudo sentenciar Havertz antes de un golpe de teatro, un absurdo penalti de Thiago Silva que detect¨® el videoarbitraje. El veterano central brasile?o acudi¨® a una disputa tras un centro al ¨¢rea con el brazo en alto y le dio vida al Palmeiras, que anot¨® desde los once metros por mediaci¨®n de Raphael Veiga.
Las nuevas tablas situaron el partido de nuevo en la casilla de salida. El Palmeiras se cerr¨®, se aplic¨® en las ayudas y neg¨® los centros al ¨¢rea. Tuchel acab¨® por retirar a Lukaku, que ten¨ªa una tropa de rivales encima, y buscar otras opciones con Werner. Pero no hubo caso. La pr¨®rroga dirig¨ªa el partido hacia la tanda de penaltis hasta que Azpilicueta encontr¨® un remate que golpe¨® en el brazo del defensor Luan, que aunque hizo por retirarlo lo ten¨ªa desplegado, ocupando espacio. A Havertz no le temblaron las piernas en el lanzamiento del penalti y el Chelsea se convirti¨® en el tercer equipo ingl¨¦s en ganar el trofeo que identifica al campe¨®n entre los campeones. Manchester United y Liverpool lo consiguieron antes.
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