El ¡®establishment¡¯ gira por fin ante Putin
Los grandes organismos del deporte, que mueren por la pasta, se ven obligados a asumir la posici¨®n que m¨¢s les disgusta: el sartenazo. No les quedaba otra
Con su natural habilidad para subirse al ¨²ltimo vag¨®n de los trenes en marcha, las grandes organizaciones del deporte ¡ªCOI, FIFA, UEFA¡ª expulsaron este lunes a Rusia de las competiciones internacionales, no sin algunas de las habituales v¨ªas de escape. En tres d¨ªas comienzan los Juegos Paral¨ªmpicos en Pek¨ªn, que contar¨¢n con la participaci¨®n de los rusos, bajo bandera de su comit¨¦ ol¨ªmpico nacional.
Atr¨¢s queda la tibieza de las horas pr...
Con su natural habilidad para subirse al ¨²ltimo vag¨®n de los trenes en marcha, las grandes organizaciones del deporte ¡ªCOI, FIFA, UEFA¡ª expulsaron este lunes a Rusia de las competiciones internacionales, no sin algunas de las habituales v¨ªas de escape. En tres d¨ªas comienzan los Juegos Paral¨ªmpicos en Pek¨ªn, que contar¨¢n con la participaci¨®n de los rusos, bajo bandera de su comit¨¦ ol¨ªmpico nacional.
Atr¨¢s queda la tibieza de las horas previas, presididas por toda clase de c¨¢lculos comerciales y pol¨ªticos. En esas cuestiones, los Infantino (presidente de la FIFA), Bach (presidente del COI) y compa?¨ªa son unos maestros del travestismo. Hace cuatro a?os, en el Mundial de Rusia, el abogado suizo Gianni Infantino se entroniz¨® como sucesor de su compatriota Sepp Blatter al frente de la FIFA. El acto simb¨®lico de coronaci¨®n se produjo en el estadio Luznikhy, en Mosc¨².
Imborrable la imagen de Infantino y Vlad¨ªmir Putin sentados en los sillones papales del palco durante el Mundial de Rusia, cluecos de satisfacci¨®n y vanidad. Putin ungi¨® a Infantino ¡ªle condecor¨® con la medalla de la Amistad¡ª y el presidente de la FIFA aval¨® el modelo, las apetencias y el mensaje del l¨ªder ruso, que durante los 10 a?os anteriores hab¨ªa utilizado el deporte como un eficaz instrumento de propaganda en el escenario geoestrat¨¦gico.
Infantino todav¨ªa remoloneaba este lunes con la decisi¨®n y predicaba la conveniencia de permitir a Rusia disputar en campo neutral la serie final de clasificaci¨®n para el Mundial. El aluvi¨®n de cr¨ªticas no se hizo esperar. La negativa de Polonia, Suecia, Rep¨²blica Checa y Francia a este enjuague empuj¨® a Infantino a virar de posici¨®n y volver la espalda a su amigo Putin.
No es un viraje novedoso. Con ocasi¨®n de la Superliga, Florentino P¨¦rez asegur¨® que Infantino estaba de su lado. Cuando el plan hizo aguas, Infantino cambi¨® de acera sin disimulo. Es un hombre, en fin, que no tiene problema alguno en justificar su pretensi¨®n de celebrar los Mundiales cada dos a?os y presentarse como un santo benefactor. Considera que los beneficios del ciclo bienal resolver¨¢n el problema de la migraci¨®n africana a Europa.
La f¨®rmula blanda del deporte
Desde la crisis econ¨®mica que se desat¨® en 2008, Rusia ha jugado un papel decisivo en el concierto deportivo, amparada por el establishment que ahora se retrae hasta que amaine la tormenta. Troquelado en la vieja escuela sovi¨¦tica, esp¨ªa de la KGB, alcalde de San Petersburgo y finalmente presidente ruso, Putin ha tramado una obsesiva estrategia de influencia, poder y dinero. En la ¨²ltima d¨¦cada, Rusia, que no organiz¨® ninguna competici¨®n internacional relevante desde los Juegos de 1980 hasta la final de la Copa de Europa en 2009, ha celebrado los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno en 2014, los Mundiales de Atletismo 2013, Mundiales de Nataci¨®n en 2015 y desde 2014 figura anualmente en el calendario de la F¨®rmula 1, todo a mayor gloria del l¨ªder ruso.
Putin considera que el deporte es una f¨®rmula blanda y eficaz para adquirir respetabilidad, establecer beneficiosas redes econ¨®micas y vender la imagen de un pa¨ªs capaz, pr¨®spero y ambicioso. La crisis econ¨®mica mundial le vino de perlas. Cuando los pa¨ªses de Occidente se precipitaron al abismo, Rusia y los pa¨ªses del golfo P¨¦rsico abrieron su chequera, a cambio de poder y reputaci¨®n. Los grandes organismos del deporte mueren por la pasta. Nunca hay dinero suficientemente sucio. Nunca los intereses son suficientemente perversos para rechazarlos, aunque suenen todas las alarmas. Las que ha emitido la Rusia de Putin son atronadoras desde hace a?os ¡ªel esc¨¢ndalo del sistema estatal de dopaje, por ejemplo¡ª, pero las respuestas han sido decepcionantes. Esta vez, se han visto obligados a asumir la posici¨®n que m¨¢s les disgusta: el sartenazo. No les quedaba otro remedio.
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