Chelsea, el campe¨®n que tiembla por la guerra
El equipo londinense del oligarca ruso Abram¨®vich, con casi toda su capacidad de gesti¨®n congelada por las sanciones del Gobierno brit¨¢nico, ya elimin¨® al Real Madrid en las ¨²ltimas semifinales. El ganador, contra el vencedor del City-Atl¨¦tico
No hay club en estos momentos en la ¨¦lite con un futuro m¨¢s incierto que el Chelsea, el rival del Madrid en los cuartos de la Champions (la ida, el 6 de abril en Londres y la vuelta, el 12 en el Bernab¨¦u). Las duras sanciones impuestas por el Gobierno brit¨¢nico a su due?o, el oligarca ruso Roman Abram¨®vich, por los lazos con el r¨¦gimen de Vlad¨ªmir Putin han causado en la entidad blue una crisis institucional de consecuencias imprevisibles. Desde que los tanques rusos invadieron Ucrania y la comunidad internacional empez¨® a aplicar fuertes castigos econ¨®micos a los tent¨¢culos del Kremlin, la vida cambi¨® de forma radical en el campe¨®n de Europa. En el campo, la Premier ya le queda lejos y la nota deportiva del curso depender¨¢ en gran medida del torneo continental, pero lo que ahora se est¨¢ dirimiendo en Stamford Bridge va mucho m¨¢s all¨¢ de la coyuntura de una temporada.
En el ¨²ltimo mes, el Chelsea sigui¨® un camino paralelo al escenario pol¨ªtico y social de Europa y el resto del mundo. De la rutina tras la sexta ola de la pandemia a la zozobra por los efectos de la ofensiva rusa en Ucrania. En este caso, derivaciones muy directas. Despu¨¦s de dos semanas de fuertes presiones, el Ejecutivo de Boris Johnson decidi¨® activar el bot¨®n rojo y actuar contra los oligarcas rusos que operaban bajo su territorio. El m¨¢s conocido, Roman Abram¨®vich, presidente del club londinense desde 2003, cuyos activos fueron congelados y, por lo tanto, la anunciada venta de la entidad qued¨® paralizada.
En el d¨ªa a d¨ªa, las limitaciones en Stamford Bridge son severas: no puede vender entradas (el choque contra el Madrid podr¨ªa celebrarse sin p¨²blico) ni productos de merchandasing y, si nada cambia de aqu¨ª al pr¨®ximo mercado de fichajes, tendr¨¢ impedida la compra, venta y renovaci¨®n de jugadores. Ahora mismo, las restricciones solo le permiten disponer del dinero justo para pagar las n¨®minas y afrontar los gastos corrientes. El Chelsea, comprado hace dos d¨¦cadas por el oligarca por unos 167 millones y bajo cuyo mandato ha levantado dos Champions y cinco Premier, recibir¨¢ al Madrid en su etapa m¨¢s convulsa de la era moderna. El vencedor se encontrar¨¢ en la antesala de la final con el ganador del City-Atl¨¦tico (26 o 27 de abril y 3 o 4 de mayo; el segundo partido, en Londres o Madrid).
Los despachos tiemblan por las consecuencias de la guerra mientras al equipo ya solo le queda en la cesta la Copa y los huevos europeos. Hasta ahora, el conjunto de planta imponente, transformado de manera absoluta por Tuchel en la segunda mitad de la pasada campa?a, que actu¨® como una tuneladora de camino a la Champions, se quebr¨® pronto este curso en el asalto a la Premier. Con la llegada del invierno, empez¨® a acumular fallos y ahora transita en tierra de nadie: tercero, a 11 puntos del City y 10 del Liverpool, y con un amplio colch¨®n de nueve puntos para asegurarse el billete a la pr¨®xima Champions.
El funcionamiento arrollador con el que cerr¨® la temporada pasada recibi¨® el refuerzo m¨¢s caro de la historia del club: Romelu Lukaku (113 millones). En el Inter ven¨ªa de meter 30 y 34 goles en las dos ¨²ltimas campa?as, sin embargo, de momento el fiasco del belga es absoluto: 11 tantos, y apenas cinco en Premier y dos en la Liga de Campeones. En la eliminatoria de octavos contra el Lille, que el Chelsea super¨® con holgura (2-0 y 1-2), al delantero solo se le vio a t¨ªtulo de inventario (16 minutos en la vuelta con todo finiquitado). La grieta de convivencia ha llegado a tal punto que el atacante ya dice abiertamente que le gustar¨ªa regresar m¨¢s pronto que tarde a Mil¨¢n. Entre tanta desaz¨®n, por el camino el Chelsea se consol¨® con una corona menor (Mundial de Clubes) y perdi¨® otra (la Copa de la Liga en una tanda de penaltis eterna, 10-11).
A la espera de ver si la cuesti¨®n Lukaku tiene arreglo, el Madrid se encontrar¨¢ con las mismas caras que le arrollaron en los dos choques de hace diez meses. En Valdebebas a¨²n pudo rascar un empate (1-1) despu¨¦s de un inicio apabullante de los muchachos de Tuchel y en Stamford Bridge (2-0), tambi¨¦n vac¨ªo, apenas tuvo opciones por m¨¢s que llegara al tramo final a un gol de forzar la pr¨®rroga. Esa noche, un Sergio Ramos renqueante disput¨® su ¨²ltimo encuentro con el Madrid, Mendy tambi¨¦n forz¨® tras una lesi¨®n y luego lo pag¨® con cinco meses parado, y Zidane aline¨® a un transparente Hazard en la izquierda y ubic¨® a Vinicius como carrilero diestro en una decisi¨®n in¨¦dita. En Madrid como en Londres, un centro del campo gobernado por Kant¨¦ y Jorginho aniquil¨® a los blancos. Ellos dos, m¨¢s los Havertz, Mount, Ziyech o Werner, volver¨¢n a inquietar a los de Ancelotti.
Este ser¨¢ el cuarto cruce entre ambos, y hasta ahora todos han ca¨ªdo del lado blue. El Madrid perdi¨® la final de la Recopa del 71 (1-1 y 2-1 en el desempate), la Supercopa de Europa del 98 (1-0) y la eliminatoria del a?o anterior. Cuestiones del pasado cuando el Chelsea se est¨¢ jugando su futuro.
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