¡°?Yo soy espa?ol, espa?ol!¡±
El regreso de la selecci¨®n a Catalu?a despu¨¦s de 18 a?os re¨²ne a m¨¢s de 35.000 aficionados, que llenan el estadio de banderas y cantan durante todo el encuentro
Un intenso olor a petardos y los masivos c¨¢nticos alrededor de Espa?a y la selecci¨®n daban la bienvenida tres horas antes de que comenzara el encuentro, cuando ya se agolpaban riadas de rojo y amarillo en los alrededores del estadio del Espanyol. Hac¨ªa 18 a?os que no jugaba La Roja en Catalu?a, era la primera vez en Cornell¨¤, y los aficionados estaban hambrientos por alentar al equipo, tambi¨¦n sedientos porque los bares de la zona hicieron su agosto. ¡°Esto se ha visto en al...
Un intenso olor a petardos y los masivos c¨¢nticos alrededor de Espa?a y la selecci¨®n daban la bienvenida tres horas antes de que comenzara el encuentro, cuando ya se agolpaban riadas de rojo y amarillo en los alrededores del estadio del Espanyol. Hac¨ªa 18 a?os que no jugaba La Roja en Catalu?a, era la primera vez en Cornell¨¤, y los aficionados estaban hambrientos por alentar al equipo, tambi¨¦n sedientos porque los bares de la zona hicieron su agosto. ¡°Esto se ha visto en alg¨²n derbi, de los primeros que hubo, y poco m¨¢s¡±, contaba Luc¨ªa, regente de un restaurante en el centro comercial pr¨®ximo al estadio, al tiempo que tiraba cervezas sin cesar. Fueron unos 35.544 los hinchas que acudieron al estadio. Casi un lleno total, fiesta monumental.
La jarana estaba en los bares que rodeaban al estadio, tambi¨¦n una zona que se habilit¨® con un Dj, donde ondeaban las bufandas y el techno atronaba entremezclado con cl¨¢sicos nacionales. ¡°?Que viva Espa?a!¡±, ped¨ªan constantemente los aficionados, algunos ataviados incluso con la bandera del ¨¢guila. Lo mismo suced¨ªa en el local Cata-Tapa, donde una chica chocaba dos cacerolas rojas a topos amarillos junto a Pilar ¡ªse?ora con un chal con los colores distintivos¡ª y sus casta?uelas, a la vez que todos cantaban con frenes¨ª. Hasta que hizo aparici¨®n Manolo el del Bombo para regocijo de todos. C¨¢nticos hacia su persona; selfies por doquier. ¡°Esto es lo m¨¢s grande del d¨ªa¡±, gritaba Jes¨²s, que hab¨ªa acudido con su hijo y su mujer. ¡°?A por ellos, o¨¦!¡±, remataban desde la calle otra marabunta de aficionados, rodeando entre risas a unos pocos hinchas con chaquetas de la selecci¨®n de Albania a los que despu¨¦s abrazaron.
Una gran bandera
¡°Es que tenemos muchas ganas de poder disfrutar de nuestra selecci¨®n aqu¨ª en Barcelona. El partido de hoy tiene que ser una fiesta y una muestra de fraternidad¡±, se?alaba Toni, un chico de 27 a?os ataviado con la bandera de Espa?a, doctor en el hospital de Sant Pau; ¡°yo s¨ª que vi a la selecci¨®n en Son Moix en 2007, en un partido de clasificaci¨®n para la Eurocopa, pero... ?verla aqu¨ª, en casa, es diferente y es mejor!¡±.
¡°?Yo soy espa?ol, espa?ol, espa?ol!¡±, bram¨® la grada despu¨¦s de que se recitara la alineaci¨®n ¡ªt¨ªmidos abucheos para Eric Garc¨ªa, un barcelonista en el estadio del Espanyol¡ª y tambi¨¦n los suplentes, ninguno tan ovacionado como el seleccionador Luis Enrique. Acto seguido, se desat¨® la euforia con las notas de Mi gran noche de Raphael, al punto de que desde la megafon¨ªa dejaban espacios para que se cantara a capela. S¨ª que hubo unos pocos que silbaron de inicio el himno de Albania, aunque pronto se cambi¨® por el enfervorizado tatareo al comp¨¢s del himno espa?ol ali?ado con una bandera de 50 metros exhibida en el Fondo Prat (Sur), donde se ve¨ªa el skyline de Barcelona y un mensaje: ¡°Barcelona con la selecci¨®n¡±.
Y en cuanto rod¨® el bal¨®n, los piropos se los llev¨® sobre todo Pedri, vitoreado en varias ocasiones. La fiesta no cesaba y solo tard¨® un cuarto de hora en aparecer la ola en las gradas, despu¨¦s respetuosos con la tradici¨®n de Cornell¨¤ al aplaudir en el minuto 21 dedicado al fallecido Dani Jarque. ¡°?Es Espa?a, Catalu?a!¡±, se animaban a cantar los hinchas. ¡°?Barcelona con la selecci¨®n!¡±, segu¨ªan, al ritmo de la pegadiza canci¨®n de Yellow Submarine de los Beatles. Y muchas m¨¢s redondeadas con el himno y las luces de los m¨®viles, incluso aplaudido el gesto de Morata de dejarle el brazalete de capit¨¢n a Alba cuando entr¨® al campo.
Pero faltaba el gol, la guinda. Eso lo regal¨® Ferran Torres, aunque Albania casi empa?a la fiesta con el empate. Pero entonces lleg¨® el tanto de Olmo, el estruendo y jolgorio morrocotudo. ¡°Me hubiera fastidiado mucho no ganar. No por m¨ª ni por los jugadores, sino por el ambiente tan espectacular en Barcelona. No recuerdo un partido en el que la afici¨®n haya animado tanto y haya sido tan determinante. Es imposible que tardemos 18 a?os en volver aqu¨ª, ser¨ªa un error¡±, convino el seleccionador Luis Enrique. ¡°Ha sido una noche inolvidable. Hemos marcado el gol y lo hemos celebrado como en K¨®sovo [partido que dio la clasificaci¨®n a Espa?a para el Mundial]. ?Ostras! Es que esta gente se lo merec¨ªa. Pero es que ya sab¨ªa que iba a ser buen ambiente, pero quiz¨¢ no me esperaba los 90 minutos animando. Ha sido muy bonito¡±, prosigui¨® el t¨¦cnico. ¡°Un ambientazo¡±, cerr¨® a pie de c¨¦sped Olmo tras acercarse con sus compa?eros a los dos fondos para agradecer el apoyo de la afici¨®n en una noche que Barcelona demostr¨® ser tambi¨¦n roja y amarilla.
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