Kathrine Switzer y el dorsal 261 movi¨® el mundo
En 1967 y en Boston, la norteamericana se convirti¨® en la primera mujer en correr una marat¨®n
Cuando Kathrine Switzer estaba preparando la maleta para viajar a Boston y correr la marat¨®n, decidi¨® contarles a sus compa?eras de habitaci¨®n cu¨¢les eran el destino y el motivo de su viaje. Lo hizo porque no sab¨ªa lo que pod¨ªa pasar. En su cabeza estaban los temores cotidianos: un accidente de coche o cualquier eventualidad que pudiera generar un problema. Era 1967. Lo que sucedi¨®, sin embargo, hizo que miles de personas supieran d¨®nde estaba Switzer el 19 de abril de ese a?o. A¨²n hoy lo saben. Porque fue la primera mu...
Cuando Kathrine Switzer estaba preparando la maleta para viajar a Boston y correr la marat¨®n, decidi¨® contarles a sus compa?eras de habitaci¨®n cu¨¢les eran el destino y el motivo de su viaje. Lo hizo porque no sab¨ªa lo que pod¨ªa pasar. En su cabeza estaban los temores cotidianos: un accidente de coche o cualquier eventualidad que pudiera generar un problema. Era 1967. Lo que sucedi¨®, sin embargo, hizo que miles de personas supieran d¨®nde estaba Switzer el 19 de abril de ese a?o. A¨²n hoy lo saben. Porque fue la primera mujer en correr una marat¨®n con dorsal. Porque la intransigencia y la sinraz¨®n jugaron a favor del progreso y dejaron una imagen para la historia: la de un energ¨²meno que formaba parte de la organizaci¨®n tratando de sacarla de la carrera a la fuerza. A aquel hombre solo le molestaba una persona de las 733 que tomaron la salida. Y era ella. ¡°?L¨¢rgate de mi carrera y dame el puto dorsal!¡±, gritaba mientras la agarraba.
Verg¨¹enza. Miedo. Un vac¨ªo en el est¨®mago. Confusi¨®n. Aturdimiento. ¡°Nunca antes hab¨ªa visto violencia f¨ªsica de cerca. La fuerza de aquel tipo era aterradora y estaba en shock al ver lo indefensa que me hab¨ªa sentido frente a ella, yo, que era una mujer fuerte¡±, recuerda Switzer, atleta, escritora y comentarista deportiva, en La maratoniana (LDR Sport), el libro en el que repasa su trayectoria.
Si abandonaba, perd¨ªa la sociedad. Si abandonaba, ganaban los tipos como Jock Semple, su agresor. Si abandonaba, el deporte femenino dar¨ªa varios pasos atr¨¢s. Todos esos pensamientos pasaron por su cabeza y tornaron el miedo y la humillaci¨®n en ira y en ganas de avanzar. La decisi¨®n de seguir cambi¨® la historia del deporte femenino. Tambi¨¦n la de la propia Switzer, que gan¨® la marat¨®n de Nueva York en 1974, se convirti¨® en un motor que impuls¨® las carreras de mujeres en todo el mundo y la inclusi¨®n de la prueba femenina en los Juegos Ol¨ªmpicos de Los ?ngeles de 1984; y cre¨® la fundaci¨®n 261 Fearless (sin miedo) que se dedica a crear oportunidades para las mujeres en diferentes ¨¢mbitos.
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