Honrilla sin consuelo para el Barcelona en su cierre de la Final Four de la Euroliga

El triunfo de la honrilla fue para el Barcelona, pero la fiesta en Belgrado fue de Olympiacos, de las calles de la ciudad a las gradas del Stark Arena. Los azulgrana vencieron sin consuelo en el partido por el tercer y cuarto puesto de la Final Four de la Euroliga, mientras la multitudinaria hinchada griega desplegaba con orgullo los c¨¢nticos de apoyo a su equipo en el regr...

El triunfo de la honrilla fue para el Barcelona, pero la fiesta en Belgrado fue de Olympiacos, de las calles de la ciudad a las gradas del Stark Arena. Los azulgrana vencieron sin consuelo en el partido por el tercer y cuarto puesto de la Final Four de la Euroliga, mientras la multitudinaria hinchada griega desplegaba con orgullo los c¨¢nticos de apoyo a su equipo en el regreso al baile de la nobleza continental, sin reparar en la derrota.

El duelo de los castigados sin final lleg¨® marcado por las duras declaraciones de Jasikevicius. ¡°No tenemos instinto asesino y esto es algo complicado de aceptar¡±, explic¨® tras la derrota ante el Madrid en semifinales, que analiz¨® se?alando a sus jugadores con palabras gruesas y poca autocr¨ªtica. ¡°En estos partidos decisivos hay que defender y sacrificarse. Y a nosotros nos falt¨® ser profesionales y sacrificarnos. Es una enorme decepci¨®n. Creo que somos mejor equipo, pero no vamos a jugar la final. Esa es la realidad¡±, sentenci¨® el entrenador del Bar?a tras el varapalo. M¨¢s cr¨ªptico fue en la v¨ªspera del partido por el tercer y cuarto puesto. ¡°Lo vuelvo a repetir, recibimos 52 puntos en la segunda parte. No s¨¦ si este equipo necesita otro entrenador para no encajar esos 52 puntos cuando la final est¨¢ tan cerca¡±, se?al¨® el viernes, diciendo sin decir y extendiendo las dudas sobre el proyecto.

En el intento de templar gaitas, el Bar?a se present¨® aplicado ante un Olympiacos de nuevo empujado por la turba de seguidores griegos, decididos a apurar la fiesta en su regreso a la Final Four cinco a?os despu¨¦s. Pero la firmeza azulgrana result¨® efervescente. Mirotic, Higgins y Sanli comenzaron a hacer camino para evitar caer en las tribulaciones, pero el conjunto de Bartzokas reaccion¨® con determinaci¨®n. Con Dorsey y Vezenkov al frente, los del Pireo transformaron el 10-2 inicial en un empate a 28 al inicio del segundo cuarto. Y, tras el reenganche, mantuvieron el pulso durante ese tramo gracias esta vez al manejo de Sloukas y Larantzakis. Un equilibrio que, sin embargo, se rompi¨® justo antes del viaje a los vestuarios con un parcial de 8-0 para el Bar?a, con un triple de Sanli, otro de Abrines y dos puntos m¨¢s de Calathes. Del 37-38, al 45-38 al descanso.

En la reanudaci¨®n, Mirotic estir¨® un poco m¨¢s la cuerda y coloc¨® a los azulgrana con 13 puntos de ventaja (55-42, m. 23), la misma diferencia y pr¨¢cticamente a la misma altura del partido que dejaron escapar ante el Madrid. Como una coincidencia macabra de lo que pudo ser y no fue que se reflejaba en el rostro de los jugadores del Bar?a. Y fuera por los paralelismos, por el trauma, o por un nuevo pecado de suficiencia, los escalofr¨ªos volvieron a aparecer en el bando cul¨¦ tras un parcial de 2-12 que volvi¨® a acercar al Olympiacos a la pelea cuando todo parec¨ªa resuelto. Del 60-46, al 62-56 justo antes de entrar en la recta de meta.

Una reacci¨®n griega que fue a m¨¢s ante los aspavientos de Jasikevicius a sus jugadores, a los ¨¢rbitros, al aire, a todo lo que le rodeaba. Una mezcla de ansiedad y desesperaci¨®n que viajaba de la banda al banquillo cul¨¦ y viceversa pese a la ausencia de premio en el envite (68-65, m. 35). Pero el Olympiacos no pudo mantener su sprint y, con todo su arsenal en pista, el Bar?a se puso firme para agarrar un triunfo sin consuelo. El homenaje se lo dieron los griegos, con tiempo para ovacionar a sus cl¨¢sicos: a Sloukas y, sobre todo, a Giorgos Printezis, el art¨ªfice del t¨ªtulo que lograron los del Piero en 2012 en Estambul, que disput¨® sus ¨²ltimos minutos en una Final Four en el a?o de su retirada.

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