El Real Madrid no puede esperar a la decimoquinta Champions
En el club blanco, donde la ¨²nica contrase?a es ganar, la 14? Copa de Europa ya remite al paleol¨ªtico, y bien lo saben Ancelotti y sus jugadores pese a la excelencia del curso
Es tal su avidez, que a estas horas el Real Madrid ya llega tarde a concebir la 15?. Alg¨²n solemne patricio madridista se lo plantear¨ªa en la misma festividad de Saint-Denis, morada de Mbapp¨¦, tan historia por ahora como la 14? Copa de Europa. Sin Mbapp¨¦ a la vista, el Real a lo suyo. Como dir¨ªa Jes¨²s Garc¨ªa Velasco, el inolvidable abuelo de Majaelrayo (Guadalajara): ¡°?Y el Madrid, qu¨¦, otra vez campe¨®n de Europa?¡±. El Real llevaba 30 a?os seco, pero el popular anuncio tuvo miga.
En el imaginario de este ganadero en Marte, el Madrid triunfaba hasta cuando perd¨ªa. Poco despu¨¦s del lanzam...
Es tal su avidez, que a estas horas el Real Madrid ya llega tarde a concebir la 15?. Alg¨²n solemne patricio madridista se lo plantear¨ªa en la misma festividad de Saint-Denis, morada de Mbapp¨¦, tan historia por ahora como la 14? Copa de Europa. Sin Mbapp¨¦ a la vista, el Real a lo suyo. Como dir¨ªa Jes¨²s Garc¨ªa Velasco, el inolvidable abuelo de Majaelrayo (Guadalajara): ¡°?Y el Madrid, qu¨¦, otra vez campe¨®n de Europa?¡±. El Real llevaba 30 a?os seco, pero el popular anuncio tuvo miga.
En el imaginario de este ganadero en Marte, el Madrid triunfaba hasta cuando perd¨ªa. Poco despu¨¦s del lanzamiento del spot lleg¨® la anhelada S¨¦ptima, que de nuevo puso en ¨®rbita al Madrid. Hasta hoy. Aunque un amplio sector d¨¦ la matraca con Mbapp¨¦ meses y meses. Como si Benzema fuera un paria, Modric un pelagatos y Courtois un pincha¨²vas.
El Real es capaz de imponerse por encima de lo que supuestamente vale. Para muestra esta Copa de Europa, de la que ya no reniega el madridismo por aquel sorteo por partida doble que alter¨® un pulso ligero con el Benfica por un duelo esgrimista con el PSG. Al Madrid le quedaron vidas para jug¨¢rsela con el Chelsea... Y otra m¨¢s con el Manchester City. Lo del Liverpool ya se ve¨ªa venir. Gui?os del destino para quien ha ganado sus ¨²ltimas ocho finales de la Copa de Europa. Pasmoso.
Estrellas como Mbapp¨¦ iluminan, claro. Pero es el Real el que da de vencer, como admiti¨® sin tapujos Carlo Ancelotti, el entrenador m¨¢s glorificado de la Liga de Campeones. ¡°Con el Madrid es m¨¢s f¨¢cil ganar, es un club especial¡±. Al contagio de Di St¨¦fano, brazo armado del c¨®smico ideario de Santiago Bernab¨¦u, no lo dudan Amancio, Butrague?o, Ra¨²l o Cristiano, retenes de leyenda en Chamart¨ªn. Su huella es imperecedera, pero todos tuvieron, en mayor o menor medida, un sucesor. Quien nunca ha tenido r¨¦plica es el Real, que se hizo legendario en blanco y negro (seis coronas) y m¨¢s ilustre en color (ocho oros). Con los del No-Do, de Puskas a Pirri, y con los m¨¢s contempor¨¢neos, de Mijatovic a Vinicius.
En este club el ayer solo remite al ma?ana. No hay respiro cuando tu contrase?a por excelencia es ganar. El Madrid huye de empollones congresos sobre estilos y otras gaitas. Es su t¨¢ctica. Si no est¨¢ Casillas, pues Courtois. ?A?oranza de Ramos-Varane? Milit?o y Alaba. Que se mosquea CR, pues que golee Benzema. Si lo de Bale es de traca y Hazard no pasa una revista, vuelo para Vinicius y Rodrygo. Y que no se amodorren Casemiro, Modric y Kroos. Valverde y Camavinga van para m¨¢s que teloneros.
Los ¨²ltimos alistados no tuvieron alfombra gal¨¢ctica a su llegada. Se sugiri¨® que el club apostaba por la austeridad en favor de la catedralicia obra del Bernab¨¦u. Mientras, otra Orejona al cesto. Parec¨ªa que tambi¨¦n el Madrid hab¨ªa puesto el tiempo entre par¨¦ntesis a la espera de Mbapp¨¦. Mientras, una y otra Champions, con Zinedine Zidane y con Ancelotti. Uno inspir¨® lo mejor del madridismo como jugador. El italiano estuvo de paso hasta con la ag¨®nica D¨¦cima en la pasarela. Desde el propio club se hizo calar un eco justificante: es un maula.
Ancelotti fue v¨ªctima de una entidad que no favorece el arraigo de los entrenadores, colegio profesional sin alta reputaci¨®n por La Castellana. En el Real siempre prevalecieron los futbolistas y los presidentes. Por ello, caus¨® desaz¨®n el regreso del italiano, como si fuera un emplasto de entreguerras. Otro desmentido.
La campechan¨ªa de Ancelotti ha seducido a amigos, enemigos y neutrales. Con su p¨²blica y nada impostada llaneza, ha logrado la camarader¨ªa en el vestuario y la grada. Nadie conjetur¨® con mala uva por la presencia de su hijo en el cuerpo t¨¦cnico. Como tampoco hubo conflictos con los inversores en Bale y Hazard. En un camerino en el que no lucen los abdominales y los ombligos, hasta un cl¨¢sico sangrante (0-4) tuvo su remontada. La excelencia del curso no se entiende sin Benzema, Courtois, Modric, Vinicius... Y, desde luego, sin la tutor¨ªa de Ancelotti. Que nadie lo olvide: la 14? fue en el paleol¨ªtico. La Decimoquinta no puede esperar.
Es el Real Madrid.
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