Contra Verstappen no hay trucos que valgan
El campe¨®n logra ante su hinchada el d¨¦cimo triunfo del curso para dejar el Mundial pr¨¢cticamente resuelto
No hay forma de detener a Max Verstappen, uno de los mayores fen¨®menos que ha dado nunca la f¨®rmula 1 por m¨¢s que el animalito solo tenga 24 a?os. La temporada pasada, el holand¨¦s y Red Bull cortaron la aplastante inercia que llevaban Lewis Hamilton y Mercedes ¨Csiete dobletes consecutivos desde 2014¨C, independiente de que la tortilla cayera de su lado gracias al inter...
No hay forma de detener a Max Verstappen, uno de los mayores fen¨®menos que ha dado nunca la f¨®rmula 1 por m¨¢s que el animalito solo tenga 24 a?os. La temporada pasada, el holand¨¦s y Red Bull cortaron la aplastante inercia que llevaban Lewis Hamilton y Mercedes ¨Csiete dobletes consecutivos desde 2014¨C, independiente de que la tortilla cayera de su lado gracias al intervencionismo de la Federaci¨®n Internacional del Autom¨®vil (FIA) en aquel Gran Premio de Abu Dabi.
Si todav¨ªa hay mucha gente que considera aquel t¨ªtulo que celebr¨® el equipo energ¨¦tico, el que muy probablemente se volver¨¢ a llevar este curso ser¨¢ inmaculado, fruto de una superioridad y una solvencia brutales. En Zaandvort, delante de una hinchada totalmente entregada a su ¨ªdolo, Verstappen se adjudic¨® su d¨¦cima victoria de este 2022 y la cuarta consecutiva. Un triunfo incontestable que le permite al actual campe¨®n establecer un margen de seguridad de m¨¢s de cuatro grandes premios (109 puntos) respecto de Charles Leclerc.
El podio lo completaron George Russell y Leclerc, en otro domingo que pintaba muy bien para Ferrari y que, sin embargo, se le volvi¨® a torcer a la escuder¨ªa italiana. En la primera parada de Carlos Sainz (vuelta 15), el mec¨¢nico encargado de colocar la rueda trasera izquierda no apareci¨® para desespero del madrile?o, que perdi¨® unos diez segundos de m¨¢s en una maniobra que resume de maravilla el a?ito que lleva la tropa de Maranello.
Por si eso fuera poco, Sainz entorpeci¨® a Fernando Alonso al reincorporarse al carril de los garajes en su segunda visita, una falta que los comisarios consideraron merecedora de cinco segundos de sanci¨®n que recolocaron al espa?ol el octavo. Alonso, por su parte, se las apa?¨® para culebrear por entre el pelot¨®n y escalar desde la 13? plaza que ocup¨® en la parrilla hasta la sexta.
Red Bull y Verstappen est¨¢n en ese estado de gracia que los convierte en intocables. El muchacho de Hasselt est¨¢ a un nivel excelso y su estructura le acompa?a en todo. Los estrategas de la marca del b¨²falo rojo les dan un repaso a sus hom¨®logos en casi cada prueba. Esta vez, adem¨¢s, tuvieron la suerte de cara por obra y gracia del coche de seguridad provocado por Valtteri Bottas (vuelta 55), que gener¨® la ventana ideal para que Mad Max afrontara el tramo final de la carrera (12 vueltas). Lo hizo con un juego de gomas blandas, que, a pesar de estar usado, le otorg¨® una ventaja que aprovech¨® de buen gusto y que le permiti¨® adelantar a Hamilton (fue cuarto), por aquel entonces l¨ªder provisional, como si el brit¨¢nico fuera en un 600.
El gatillazo de Ferrari con Sainz fue igual de grande pero menos vistoso que el de Mercedes. Los encargados de guiar a su estrella, m¨¢s bien lo dejaron a los pies de los caballos, al no llamarlo para cambiar las gomas y abandonarlo a su suerte, con unos neum¨¢ticos m¨¢s duros que los de quienes lo acechaban por detr¨¢s, que se le lo zamparon como si nada. ¡°Perdona por lo que ha pasado, Lewis. Hicimos lo que dijimos que har¨ªamos por la ma?ana ¨Cplantear una sola parada¨C, pero no funcion¨®. Mejor discut¨¢moslo entre nosotros, en la oficina¡±, le rog¨® por la radio Toto Wolff, su director, nada m¨¢s terminar, en un claro mensaje que pretend¨ªa evitar un incendio p¨²blico.
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