Lewandowski, mucho m¨¢s que goles

El efecto Lewandowski se ha desatado en el Bar?a al mismo tiempo que el s¨ªndrome Lewandowski comienza a percutir sobre el Bayern, su exequipo, que ha empatado los dos ¨²ltimos partidos. El entrenador, Ralf Nagelsmann, no cesa de contestar a una pregunta que le revienta. ¡°?Hasta qu¨¦ punto sufre el Bayern la ausencia de Lewandowski?¡±. Xavi Hern¨¢ndez, en cambio, era un hombre...

El efecto Lewandowski se ha desatado en el Bar?a al mismo tiempo que el s¨ªndrome Lewandowski comienza a percutir sobre el Bayern, su exequipo, que ha empatado los dos ¨²ltimos partidos. El entrenador, Ralf Nagelsmann, no cesa de contestar a una pregunta que le revienta. ¡°?Hasta qu¨¦ punto sufre el Bayern la ausencia de Lewandowski?¡±. Xavi Hern¨¢ndez, en cambio, era un hombre feliz despu¨¦s de la victoria en el S¨¢nchez Pizju¨¢n, donde Lewandowski marc¨® un gol ¡ªel quinto en cuatro partidos¡ª y cambi¨® el signo del partido.

Intervino con jerarqu¨ªa en el primer gol y transmiti¨® la rara sensaci¨®n de superioridad que solo est¨¢ al alcance de las verdaderas figuras. Le ha bastado menos de un mes para mejorar la opini¨®n general, que ya le identificaba como un goleador implacable. De Lewandowski se sab¨ªa que era una garant¨ªa absoluta en el ¨¢rea, un dechado de eficacia desde que salt¨® del Lech Poznan al Borussia Dortmund y posteriormente al Bayern, cuyos ¨¦xitos en los ¨²ltimos a?os han dependido sustancialmente de la producci¨®n del jugador polaco. Al ritmo de un gol por partido, ha aterrorizado a todas las defensas de Europa.

Garante del gol, Lewandowski apareci¨® en el horizonte del mercado a finales de mayo. Deseaba abandonar el Bayern, extra?a decisi¨®n en un futbolista que disfrutaba de una situaci¨®n comod¨ªsima. Era la estrella de un club que ganaba todo en Alemania y solo tem¨ªa tres o cuatro partidos complicados en la Copa de Europa. En t¨¦rminos objetivos, el mercado del f¨²tbol europeo incluy¨® a un hombre que la temporada anterior hab¨ªa marcado 35 goles en 34 partidos de la Bundesliga y 50 en los 46 partidos oficiales que disput¨® con el Bayern. Promedio: 1,04 goles por encuentro, el mejor de Europa.

Una producci¨®n de este calibre despierta el apetito de cualquiera de los grandes clubes. Sin embargo, en el a?o de los delanteros centros ¡ªHaaland al Manchester City, Darwin N¨²?ez al Liverpool, Vlahovic a la Juve el pasado enero¡ª, solo se especul¨® con un destino: el Bar?a, un equipo traumatizado por la crisis y un futuro incierto. En cambio, el Bar?a no especul¨® con la edad de Lewandowski. Pag¨® 50 millones por un jugador de 34 a?os, al que concedi¨® un contrato de cuatro a?os.

En un momento de crisis y de p¨¦rdida de prestigio internacional, el Bar?a apost¨® por la larga y prol¨ªfica relaci¨®n de Lewandowski con el gol. Si manten¨ªa o bajaba ligeramente su ratio habitual, el fichaje mejoraba exponencialmente las posibilidades del equipo, peleado con los goles desde la marcha de Messi al PSG. El fichaje tambi¨¦n a?ad¨ªa otro efecto: un nombre conocido mundialmente en un club que hab¨ªa perdido el reclamo popular de sus anteriores figuras. Lewandowski agregaba valor comercial al Bar?a.

M¨¢s intrigante era lo que Lewandowski observaba en el Bar?a, endeudado hasta las cejas y una sensaci¨®n m¨¢s cercana a la ca¨ªda que al declive. Pero el polaco acept¨® el reto y se rindi¨® a las m¨²ltiples encantos ¡ªpalancas en el nuevo argot futbolero¡ª que ha desplegado Laporta. Ning¨²n otro club son¨® como destino alternativo, por raro que parezca. Las dos partes se empe?aron en un amor a primera vista.

Si la edad invitaba a las dudas que no procuraba su condici¨®n de goleador descarnado, el rendimiento de Lewandowski ha superado todas las expectativas. Le han bastado cinco partidos para transmitir un liderazgo firme, sin los excesos teatrales de los que se saben estrellas, y una fascinante cantidad de recursos futbol¨ªsticos, probablemente ocultos bajo la brillantez de sus cifras en los remates. Durante las ¨²ltimas nueve temporadas, el Bayern se ha vinculado a los goles del polaco. En cuatro semanas, es imposible disociar al optimista Bar?a actual de un nombre: Lewandowski.

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