El Atl¨¦tico pierde a la carrera ante el Leverkusen
Cuando mejor jugaba por la entrada de Griezmann, Simeone ordena el cambio de Jo?o F¨¦lix y su equipo incurre en un desorden que el equipo germano no perdon¨®
La tard¨ªa entrada del talento que hab¨ªa en el banquillo y la sustituci¨®n de Jo?o F¨¦lix condenaron al Atl¨¦tico en Leverkusen. Cuando el partido era suyo, cuando por fin el luso se ve¨ªa capaz de hacer da?o porque a su alrededor hab¨ªa futbolistas para acompa?arle, Simeone orden¨® su cambio y su equipo se meti¨® en el partido que menos le conven¨ªa. Entr¨® desnortado en la ida y vuelta y acab¨® finiquitado en dos contras de manual. Una derrota dolorosa antes del derbi que el Atl¨¦tico sum¨® por no ir antes a por el partido de verd...
La tard¨ªa entrada del talento que hab¨ªa en el banquillo y la sustituci¨®n de Jo?o F¨¦lix condenaron al Atl¨¦tico en Leverkusen. Cuando el partido era suyo, cuando por fin el luso se ve¨ªa capaz de hacer da?o porque a su alrededor hab¨ªa futbolistas para acompa?arle, Simeone orden¨® su cambio y su equipo se meti¨® en el partido que menos le conven¨ªa. Entr¨® desnortado en la ida y vuelta y acab¨® finiquitado en dos contras de manual. Una derrota dolorosa antes del derbi que el Atl¨¦tico sum¨® por no ir antes a por el partido de verdad. Muchas veces el t¨¦cnico argentino acierta con los cambios, anoche no.
El descapote de las ausencias por las lesiones de Oblak, Savic y Gim¨¦nez, Simeone volvi¨® a concederle la titularidad a Grbic y prob¨® con una nueva tripleta de centrales. Mantuvo a Witsel a la derecha, situ¨® a Felipe en el medio y a Hermoso a la izquierda. La segunda alineaci¨®n consecutiva del belga como central diestro delata una b¨²squeda de salida limpia por ese y sobreprotecci¨®n para el dubitativo Molina, tambi¨¦n escoltado por delante por las piernas de Marcos Llorente. El carril izquierdo fue para Reinildo por los temores a Diaby, lo que conden¨® a Carrasco al banquillo. Desde la alineaci¨®n, al Atl¨¦tico le faltaba pie fino, a excepci¨®n de Jo?o F¨¦lix, pero le dio para contener a un rival que ha rebajado las revoluciones respecto al equipo que deslumbr¨® el curso pasado en la Bundesliga. Qued¨® a expensas de la inventiva de Demirbay y explot¨® poco las amenazas que pod¨ªan suponer Diaby y Hudson-Odoi. Este hurg¨® en la tibieza de Molina con tunel¨¢ndole en el lateral del ¨¢rea. A su rosca pasada no lleg¨® por medio flequillo el corpulento Schik. Este tampoco acert¨® a controlar un par de pelotas intencionadas que pusieron en el alambre y en solfa dos malos cierres de Hermoso y Felipe. Ah¨ª se qued¨® el arranque el¨¦ctrico del Leverkusen.
En el Atl¨¦tico solo Jo?o F¨¦lix se impuso. Acus¨® mucho la falta de m¨¢s compa?eros afilados. Griezmann por ejemplo, o Correa. En situaciones as¨ª, es cuando la condena del franc¨¦s a jugar solo media hora es sonrojante para el club y para el entrenador. Por momentos, Jo?o dio un recital de mediapuntear. Por dominio de los espacios para dejar correr la pelota y por coraje driblador. Su penar fue el panorama de pies cuadrados que se encontr¨® a su alrededor. A veces, sus compa?eros no le ve¨ªan cuando se camuflaba a las espaldas de Demirbay, Hlozek y Andrich y lo que es peor, tambi¨¦n cuando los acompa?aba en las transiciones por el carril del medio. No encontr¨® en todo el primer tiempo un socio que le diera continuidad a su repertorio y a su voluntad de erigirse en el cacique del partido. Trat¨® de limpiar un juego de bal¨®n sucio y toques imprecisos a un lado y a otro del campo que derivaban en faltas t¨¢cticas. El barullo produce barullo y el Atl¨¦tico se acerc¨® al gol en un punterazo de Hermoso que se fue alto despu¨¦s de que la pelota le llegara rebotada de las manos de Tabsoba. El VAR determin¨® que la pelota debi¨® tocar antes en el muslo del central del Leverkusen o que la mano ocupaba una posici¨®n natural, porque si no, no se entiende la decisi¨®n. Felipe tambi¨¦n pudo cazar otro alboroto en el ¨¢rea alemana.
Caos tras el relevo
No qued¨® ajeno a Simeone a la falta de juego de su equipo. Oper¨® con cierta lentitud, pero fue metiendo paladas de talento. Primero con De Paul por Sa¨²l para estabilizar a un equipo que bien pudo descomponerse por un error en una entrega de cabeza de Felipe. La pifia dej¨® mano a mano a Grbic con Schick. El zurriagazo del nueve checo revent¨® el larguero y el rebote lo cabece¨® Hlozek a placer. Un dedo de Grbic desvi¨® la pelota al palo. Tras ese susto, Simeone, como dicta la maniobra para rebajar el precio de Griezmann, meti¨® pasada la hora de juego al franc¨¦s y a Carrasco por Molina y Reinildo. La carga de peloteros propici¨® los mejores minutos del Atl¨¦tico. Jo?o F¨¦lix encontr¨® una pareja de baile para triangular y desquiciar al Leverkusen. La pelota corr¨ªa y hab¨ªa una sensaci¨®n de amenaza que De Paul corrobor¨® con una rosca a la que tuvo que meter el pu?o Hradecky.
Si alguien estaba para el cambio era Morata, pero Simeone opt¨® por retirar tambi¨¦n a Jo?o F¨¦lix para dar entrada a Cunha y Correa. Le falt¨® ojo a Simeone para detectar que Jo?o F¨¦lix estaba disfrutando con ese juego asociativo. Con su marcha, de repente, el Atl¨¦tico se aplan¨®. Dejo de fluir y concedi¨® un partido abierto para darle su mejor arma al Leverkusen. En dos carreras de Fringpong ejecut¨® al Atl¨¦tico con remates a placer de Andrich y Diaby. Su momento hab¨ªa sido otro. Cuando entr¨® el talento, aunque tarde. Y le concedi¨® la victoria al Leverkusen cuando se qued¨® sin su mejor futbolista, que no entendi¨® porque no le dejaron disfrutar.
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