Eindhoven cierra la herida de Tur¨ªn
El Bar?a gan¨® al propio Bar?a, y homenajeando a la UEFA por programar el partido m¨¢s importante del a?o a las cuatro de la tarde, seste¨® lo suficiente como para darle a entender al Wolfsburgo que podr¨ªa ser su d¨ªa
Todos los caminos llevan a Eindhoven. Incluso los que est¨¢n sin asfaltar o los que tienen un desnivel tan duro como la temporada de Alexia Putellas. Tambi¨¦n las l¨¢grimas de Tur¨ªn han llevado al Bar?a a conquistar esta ciudad, poco conocida, situada al sur de los Pa¨ªses Bajos. Eindhoven ha sido testigo de la gloria cul¨¦ y ya forma parte de la historia de un Bar?a que decidi¨® que lo de hace un a?o no se iba a repet...
Todos los caminos llevan a Eindhoven. Incluso los que est¨¢n sin asfaltar o los que tienen un desnivel tan duro como la temporada de Alexia Putellas. Tambi¨¦n las l¨¢grimas de Tur¨ªn han llevado al Bar?a a conquistar esta ciudad, poco conocida, situada al sur de los Pa¨ªses Bajos. Eindhoven ha sido testigo de la gloria cul¨¦ y ya forma parte de la historia de un Bar?a que decidi¨® que lo de hace un a?o no se iba a repetir. Se convenci¨® de que lo que pas¨® en el Juventus Stadium hab¨ªa dolido demasiado como para volver a abrir esa herida. Porque los grandes equipos tambi¨¦n est¨¢n hechos a base de derrotas. Y quiz¨¢s, por eso mismo, sali¨® el equipo de Jonathan Gir¨¢ldez al PSV Stadion con la sobreexcitaci¨®n de saberse superiores.
El Bar?a gan¨® al propio Bar?a, y homenajeando a la UEFA por programar el partido m¨¢s importante del a?o a las cuatro de la tarde, seste¨® lo suficiente como para darle a entender al Wolfsburgo que podr¨ªa ser su d¨ªa. Pero no. No iba a ser un Tur¨ªn 2.0, pero ten¨ªa que ser un d¨ªa que pasase a la historia, que se recordase, no uno m¨¢s. Ten¨ªa que ser a la heroica y demostrando por qu¨¦ son un equipo de ¨¦poca, al que se le exige ganar esta competici¨®n. Un equipo que ha jugado tres finales europeas a?o s¨ª y a?o tambi¨¦n, y que en el ¨²ltimo lustro s¨®lo ha faltado una vez a la cita.
Este palmar¨¦s no impresion¨® al Wolfsburgo, que sali¨® al partido enterado de sus limitaciones y consciente de la tarea que se le hab¨ªa encomendado. Presionar y contraatacar a la menor ocasi¨®n. Esa era su principal baza y es as¨ª c¨®mo entr¨® al partido.
Pese a la buena puesta en escena de las azulgrana, a los tres minutos ya se dieron cuenta de que el favoritismo no gana partidos. Y los fantasmas del Juventus Stadium volvieron a aflorar con el tanto de Ewa Pajor, previo regalo de Lucy Bronze. Pero tampoco vari¨® demasiado el plan de partido de Gir¨¢ldez, porque despu¨¦s del primer gol, el Wolfsburgo se dedic¨® a defender y a ceder el bal¨®n sin contemplaciones a su rival. Se confirm¨® ese mantra tan manido en el mundo del f¨²tbol que dice que el que perdona lo acaba pagando.
Hay otro mantra que dice que el f¨²tbol y la l¨®gica siempre se acaban imponiendo tarde o temprano, y que los favoritismos no se regalan, sino que se ganan. As¨ª es c¨®mo sali¨® el Bar?a tras el paso por los vestuarios, haciendo un ejercicio de fortaleza mental. Justo el d¨ªa en el que carec¨ªa de una referente clara en el ¨¢rea, en el que Oberdorf fue la sombra de Aitana y en el que Alexia entr¨® al campo en el minuto 88, la ¨¦pica entr¨® en escena para darle la vuelta a un resultado imposible para cualquiera menos para este equipo. Con todos estos alicientes, Patri Guijarro decidi¨® que la segunda Champions azulgrana iba a llevar su nombre. Hansen fue la llave para que la de Palma anotase dos goles en dos minutos, para que la final volviese a empezar y empujase a los 8.000 cul¨¦s desplazados al PSV Stadion en el camino a la remontada. La culmin¨® Fridolina Rolf?, porque la l¨®gica y el f¨²tbol, en este caso, s¨ª fueron de la mano.
La historia tambi¨¦n se hace a base de batacazos. Y el que sufri¨® el Bar?a en Tur¨ªn hace un a?o le ha servido de lecci¨®n. Este equipo ha dejado su huella en Eindhoven, a la heroica, para llevar la segunda de camino a Barcelona.
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