Boxear para vivir
En ¡®K.O¡¯, Jos¨¦ Ignacio P¨¦rez relata c¨®mo el boxeo era un deporte con gran prestigio entre el nazismo; Hitler lo ensalzaba de una forma que, muy probablemente, lo hizo m¨¢s popular entre los oficiales y soldados
En aquella pregunta ¡ªy en la respuesta¡ª estaba el destino de varias vidas. ¡°?Qui¨¦n sabe boxear?¡±, pregunt¨® un soldado nazi al grupo de personas que acababa de llegar a Auschwitz. La cuesti¨®n flot¨® en el aire durante algunos segundos, insertada entre gritos, ¨®rdenes y falsas promesas. Rodeada de seres humanos extremadamente delgados, con los ojos hundidos. Los reci¨¦n llegados no lo saben, pero pisan sobre cenizas.
El prisionero Noah Klieger, el n¨²mero 172345 levanta la mano. No sabe por qu¨¦ lo ha hecho. Hay algo en el a...
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En aquella pregunta ¡ªy en la respuesta¡ª estaba el destino de varias vidas. ¡°?Qui¨¦n sabe boxear?¡±, pregunt¨® un soldado nazi al grupo de personas que acababa de llegar a Auschwitz. La cuesti¨®n flot¨® en el aire durante algunos segundos, insertada entre gritos, ¨®rdenes y falsas promesas. Rodeada de seres humanos extremadamente delgados, con los ojos hundidos. Los reci¨¦n llegados no lo saben, pero pisan sobre cenizas.
El prisionero Noah Klieger, el n¨²mero 172345 levanta la mano. No sabe por qu¨¦ lo ha hecho. Hay algo en el ambiente que le empuja a hacerlo. ¡°Ten¨ªa un presentimiento. Fue algo visceral. No pens¨¦ con el cerebro, lo hice con las tripas. Me dije que, si quer¨ªan boxeadores, deber¨ªa de ser para algo bueno¡±, explicaba 75 a?os despu¨¦s el propio Klieger al periodista Jos¨¦ Ignacio P¨¦rez, autor del libro K.O. Auschwitz (C¨®rner).
El boxeo era un deporte con gran prestigio entre el nazismo. En Mi lucha, Hitler lo ensalzaba de una forma que, muy probablemente, lo hizo m¨¢s popular entre los oficiales y soldados. En el campo de concentraci¨®n ubicado en Polonia fueron asesinadas m¨¢s de un mill¨®n de personas. En medio de aquel exterminio, de aquella falta de humanidad, la vida se abr¨ªa paso a trav¨¦s de peque?as grietas que se convirtieron en el camino a la supervivencia de muchos. En Auschwitz hab¨ªa una sala de boxeo con ring y sacos de arena. Un gimnasio en un lugar pensado para la aniquilaci¨®n masiva de personas. Un espacio en el que se celebraban combates al que asist¨ªan centenares de miembros de las SS. Algo que, coinciden casi todos los supervivientes, es dif¨ªcil de comprender para alguien que no lo haya vivido. A trav¨¦s de los testimonios escritos y orales de varios supervivientes del campo de concentraci¨®n, el autor reconstruye la estremecedora historia de los presos que tuvieron que boxear para salvar sus vidas. Un relato sobre la concatenaci¨®n de peque?os milagros que llev¨® a algunos de ellos a sobrevivir.
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