El trail descubre en Kobe su infierno asi¨¢tico
La carrera de 21 kil¨®metros y 2.100 metros de desnivel positivo corona al keniano Patrick Kipngeno y a la suiza Maude Matyhs, con Sara Alonso segunda y cinco espa?olas en el top-10
Kobe es la conjunci¨®n de dos mundos vecinos que no se conocen. Desde los rascacielos de 40 plantas de una ciudad reconstruida tras su terremoto de 1995 se ven esas colinas verdes que no llegan siquiera a los mil metros de altitud; nada hace pensar en las enormes cicatrices que esconde la monta?a en su interior. La carretera que conecta con el mirador ¨Ctambi¨¦n hay un telef¨¦rico¨C tiene enormes mallas met¨¢licas para contener los desprendimientos, una pista de lo que espera en ese bosque salvaje, un escondite natural frente al urbanismo, un viaje a otra dimensi¨®n. Un lugar en el que las Golden Trail Series, que incluyen por primera vez a Asia en su calendario, han descubierto un infierno, una de las pruebas m¨¢s duras del mundo: 21 kil¨®metros y unos 2.100 de metros de desnivel positivo. Una animalada ¨CZegama tiene 600 metros m¨¢s de desnivel en el doble de kil¨®metros¨C que sonri¨® al keniano Patrick Kipngeno y a la suiza Maude Mathys, la ¨²nica que super¨® a Sara Alonso, segunda en una tarde con cinco espa?olas en el top-10.
La receta del infierno tiene muchos ingredientes. El primero est¨¢ en alterar el orden habitual en un deporte en el que primero se sube y luego se baja. Todo parte de ese mirador, 718 metros por encima del nivel del mar, en un formato de flor para favorecer el seguimiento de espectadores y de los c¨¢mara-runners. En esencia, cuatro p¨¦talos ¡ªllamados loops¡ª que arrancan con una bajada abrupta para luego subir hacia la salida, el tallo del perfil. Una carrera a plena intensidad desde un primer kil¨®metro asfaltado en el que los corredores activan el turbo para llegar bien colocados al descenso. Adelantar en subida es sencillo; hacerlo derrapando en senderos estrechos es otra cosa. Y tras el agotamiento muscular de la bajada, subidas de a¨²pa. Pueden elegir: 3,2 kil¨®metros al 13%, 2,07 al 24% o 2,9 al 16%.
El trazado es una sucesi¨®n de escaleras, la f¨®rmula del parque nacional para hacer transitables semejantes pendientes. En tramos donde no existe esa opci¨®n, la pista de baile la forman piedras o ra¨ªces. El recorrido no permite un momento de desconexi¨®n ¡ªsolo en los pasos por meta¡ª porque el firme no perdona; tampoco las serpientes, de cuya presencia alertan varios carteles. Los loops comparten algunos metros que invitaban a la confusi¨®n, pero los japoneses pusieron a un voluntario en cada esquina, con la sonrisa por castigo. Pese a que los organizadores tuvieron que remarcar algunas zonas porque alguien hab¨ªa quitado las cintas durante la noche, el apoyo local al evento fue toda una sorpresa.
Tambi¨¦n para Sara Alonso, que antes de protagonizar una carrera de menos a m¨¢s alucinaba porque mujeres que podr¨ªan ser su madre se emocionaban por sacarse una foto con ella. Es la imagen de Asics, creada en Kobe: la espa?ola que vuela entre monta?as. El consenso entre los atletas era que los riesgos deb¨ªan ser m¨ªnimos: estamos en abril y ninguna carrera vale una lesi¨®n grave. La veteran¨ªa de Maude Mathys, ganadora de la general de las Golden Trail Series en 2020 y 2021: ¡°Espero compensarlo en las subidas¡±. Vaya si lo hizo. La keniana Joyce Njeru tir¨® de velocidad, lleg¨® en cabeza al primer descenso e impuso su ritmo machac¨®n, pero la suiza dej¨® que la carrera llegara a ella para ganar con 2h52m08s. Como Alonso, que tambi¨¦n la super¨® en el loop 4 antes de ganar el sprint a Theres Loboeuf, que fue tercera. Detr¨¢s llegaron Malen Osa (4?), Marta Mart¨ªnez (7?), Rosa Mar¨ªa Feliu (8?) y Julia Font (10?).
No pudo vestirse de corto Sophia Laukli, la ganadora de la general del a?o pasado, lesionada porque la transici¨®n del esqu¨ª al trail no es sencilla. Lo intent¨® hasta el final, recorri¨® medio mundo desde EE UU y gast¨® sus ¨²ltimas balas en el gimnasio. Pero no pudo ser. As¨ª que dedic¨® el d¨ªa a dar los bidones a sus compa?eros en la zona de avituallamiento. Y a firmar camisetas y gorras a algunos de los 400 corredores locales que llevaban un rotulador en el cintur¨®n junto al agua o los geles en una carrera sin material obligatorio: all¨¢ cada uno con sus decisiones. Las mujeres salieron media hora antes con la idea de llegar de forma simult¨¢nea a meta con los hombres y terminaron cruz¨¢ndose en el tramo final.
Cuando los organizadores llevaron a los atletas a reconocer el recorrido, la mayor¨ªa asumieron que los kenianos estaban fuera de concurso. En especial Patrick Kipngeno, campe¨®n del mundo de subida vertical bajo sospecha como bajador, en especial tras una fea ca¨ªda en Sierre-Zinal en 2022. Los vaticinios en el desayuno apuntaban a que no terminaba la carrera. Pero su demostraci¨®n call¨® bocas. Como Mathys, dej¨® que el checo Joey Hardon, la sorpresa, consumiera sus cartas para superarle en el tramo final (2h22m17s). Tercero fue el gran favorito, Eloussine Elazzaoui, ganador de la final de 2023. El primer espa?ol fue ?lex Garc¨ªa (10?), por delante de Alain Santamar¨ªa (11?).
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