La Copa del Am¨¦rica es la Copa del Team New Zealand
El Defensor levanta en Barcelona por tercera vez consecutiva la Jarra de las Cien Guineas, un triplete in¨¦dito en 173 a?os de historia en una edici¨®n que ha aumentado en los ¨²ltimos d¨ªas el inter¨¦s local
El mito se convirti¨® en leyenda en Barcelona. El Team New Zealand gan¨® este s¨¢bado la Copa del Am¨¦rica tras superar al Ineos Britannia (7-2) en la final y entr¨® en el Olimpo de la vela al alzar por tercera vez consecutiva la Jarra de las Cien Guineas, el trofeo deportivo m¨¢s antiguo del mundo. Ning¨²n otro escuadr¨®n hab¨ªa conseguido una haza?a similar en 173 a?os de competici¨®n. El triunfo catapulta al eterno Defensor a la altura de la goleta Am¨¦rica, que bati¨® en 1851 en la primera edici¨®n a toda una flota de barcos del imperio brit¨¢nico; o del Australia II, que acab¨® en 1983 con un dominio estadounidense de 132 a?os. Vencedor de cuatro de las ¨²ltimas ocho ediciones y convertido en buque insignia de la competici¨®n, la Copa del Am¨¦rica ya es tambi¨¦n la Copa del Team New Zealand.
Cay¨® con honor el Ineos Britannia en una sexta jornada que se hizo esperar por la falta de viento. Los brit¨¢nicos pusieron contra las cuerdas al campe¨®n en un par de momentos de la regata, pero la jornada acab¨® por la v¨ªa r¨¢pida: a la primera fue la vencida, la mejor met¨¢fora de lo que ha sido el Match definitivo. El Defensor ha sido casi cada d¨ªa superior, y solo el alto oleaje del mi¨¦rcoles en la cuarta jornada que Ineos aprovech¨® para vencer las dos carreras del d¨ªa ensombreci¨® el recital neozeland¨¦s. Su dominio va mucho m¨¢s all¨¢ de Barcelona y toma dimensiones superlativas: el equipo suma 21 triunfos por solo 6 derrotas en las tres ¨²ltimas finales de la Copa del Am¨¦rica.
La era del Team New Zealand es tambi¨¦n la de Peter Burling, capit¨¢n y timonel kiwi. Triple campe¨®n de la competici¨®n, es la punta del iceberg de un aut¨¦ntico Dream Team. Entre los cuatro intocables de la tripulaci¨®n (Burling y Nathan Outteridge, los dos timoneles; y Andy Maloney y Blair Tuke, los dos controladores de vuelo) suman 20 medallas de oro entre Juegos Ol¨ªmpicos y campeonatos del mundo. La compenetraci¨®n de Burling y Outteridge, rivales ac¨¦rrimos en los Juegos (fueron oro y plata en 2012 y 2016) y este ¨²ltimo fichaje para esta campa?a, ha sido crucial para minimizar el talento de Ben Ainslie, el l¨ªder del Ineos Britannia.
Pero si Barcelona marca un antes y un despu¨¦s en la historia del Team New Zealand y de la Copa del Am¨¦rica, nadie se atreve a asegurar cu¨¢l ser¨¢ la huella de la competici¨®n en la ciudad. Anunciada a bombo y platillo hace dos a?os y medio por instituciones y la administraci¨®n, el encaje con los ciudadanos ha sido complejo, con un inter¨¦s que ha ido de menos a m¨¢s. La ¨²ltima jornada dej¨® una gran fiesta en el mar, con decenas de embarcaciones acompa?ando al Team New Zealand hasta su base en una imagen impensable hace apenas una semana. El Maremagnum y el Port Vell de la ciudad, paso obligatorio del Taihoro (como se llama el AC75 kiwi) en su regreso a tierra, tambi¨¦n qued¨® abarrotado por primera vez para saludar al supercampe¨®n a su llegada.
El fervor del ¨²ltimo d¨ªa acaba como el contrapeso de una competici¨®n que ha tenido poco impacto televisivo, con audiencias televisivas generalmente escasas (entre un 0,5 y un 1% de share de media en Teledeporte y Esport 3 aproximadamente) y con m¨¢s extranjeros que locales en las zonas habilitadas durante los d¨ªas de competici¨®n.
No parece haber ayudado la insistencia de la organizaci¨®n y de los representantes pol¨ªticos en repetir que la capital catalana acog¨ªa a la tercera competici¨®n m¨¢s importante del mundo tras el Mundial de f¨²tbol y los Juegos Ol¨ªmpicos; como si esto tuviera que garantizar el arraigo social en una ciudad con experiencia en ambos eventos, capaz de comparar el valor de los principales acontecimientos deportivos en todas sus magnitudes.
Con apenas relaci¨®n entre Barcelona y la Copa del Am¨¦rica m¨¢s all¨¢ de la proximidad con las dos ediciones de Valencia (2007 y 2010), el abrupto anuncio en marzo de 2022 de la elecci¨®n de la sede a escasos dos a?os y medio del inicio de la competici¨®n no dio margen para introducir con pedagog¨ªa un evento de gran tradici¨®n en otros territorios. Nadie puede discutir la magnitud legendaria de una competici¨®n de 173 a?os, pero tampoco nadie ha podido garantizar que haya sido suficiente para caer de pie en la ciudad.
Parte de los barceloneses tienen motivos para percibir que la competici¨®n se present¨® en 2022 con argumentos de los pasados a?os noventa: transformaci¨®n urban¨ªstica, turismo y explotaci¨®n econ¨®mica. Y en pleno debate sobre la relaci¨®n de Barcelona con el turismo, con una crisis generacional por la falta de acceso a la vivienda y en una nueva etapa pol¨ªtica en Catalu?a; la competici¨®n m¨¢s antigua del deporte se ha convertido un arma arrojadiza que ha trascendido m¨¢s all¨¢ del ¨¢mbito deportivo.
El Ayuntamiento socialista de Jaume Collboni ha defendido su celebraci¨®n como muestra del nuevo dinamismo de la ciudad tras los recelos del anterior Consistorio a los grandes eventos deportivos. La burgues¨ªa catalana, detr¨¢s de la organizaci¨®n, ha recuperado parte del espacio perdido tras su descomposici¨®n durante el proc¨¦s. Y buena parte del tejido social ha rechazado la Copa del Am¨¦rica por su vinculaci¨®n con las ¨¦lites y sus beneficios fiscales atribuidos.
Nadie, sin embargo, consigui¨® lo m¨¢s importante: construir un equipo anfitri¨®n para competir en la categor¨ªa reina. Sin un equipo espa?ol, clave para enlazar con el p¨²blico seg¨²n la sociolog¨ªa del deporte, a los aficionados locales les ha faltado un h¨¦roe. Solo el esp¨ªritu del Sail Team BCN, que alcanz¨® un espectacular tercer puesto en categor¨ªa femenina tras entrenarse el 99% del tiempo en un simulador dio brillo a la vela nacional en Barcelona. La propia S¨ªlvia Mas, l¨ªder del equipo, se preguntaba poco despu¨¦s de caer en semifinales si la falta de apoyo se deb¨ªa a motivos pol¨ªticos o empresariales. ¡°Es raro no haber tenido un barco propio en Barcelona¡±, lamentaba.
El resultado es que nadie se atreve a pronosticar cu¨¢l ser¨¢ el futuro de la Copa, tras el coqueteo de todas las partes en los ¨²ltimos meses. El Consistorio asegura en p¨²blico que le gustar¨ªa mantenerla en Barcelona; pero en privado dice que no quiere abonar el mismo precio una vez ya se han ejecutado las obras previstas que han modificado el perfil del litoral barcelon¨¦s. Mientras, Grant Dalton, responsable del Team New Zealand y organizador de la pr¨®xima edici¨®n por haber ganado esta, celebr¨® la predisposici¨®n de los anfitriones: ¡°Todos han estado incre¨ªbles, c¨®mo nos han acogido desde que llegamos. A los equipos les ha encantado por estar aqu¨ª. Las condiciones han sido geniales¡±, asegur¨® al terminar la competici¨®n. Para corroborar las buenas palabras, el velero neozeland¨¦s iz¨® al acabar la jornada en su barco una bandera significativa en la que se pod¨ªa leer Moltes gr¨¤cies, Barcelona, aunque le faltaba la parte importante: o hasta la pr¨®xima o hasta siempre.
Valencia y Yedda (Arabia Saud¨ªa) han mostrado su inter¨¦s para albergar la pr¨®xima edici¨®n (Dalton ya habla de 2026) aunque parte de la clase pol¨ªtica neozelandesa reclama el regreso a Auckland (Nueva Zelanda) para suceder a Barcelona y acoger la Copa del Team New Zealand, un equipo de leyenda sobre el mar.