Ding demuestra que no est¨¢ bien y vuelve a empatar una posici¨®n ventajosa
El chino, actual campe¨®n, est¨¢ igualado con el indio Gukesh (3-3) tras seis partidas de las catorce previstas en el Mundial de Singapur
Los m¨¢s asiduos a los Mundiales de los ¨²ltimos 40 a?os no recuerdan nada parecido: el campe¨®n vigente malogra varias posiciones ventajosas porque se conforma con el empate, para no arriesgar. El chino Liren Ding volvi¨® a hacerlo este domingo en Singapur, en la 6? partida contra el indio Dommaraju Gukesh. El nuevo empate deja el marcador igualado (3-3) a falta de ocho. La s¨¦ptima se disputar¨¢ el martes.
Cuando EL PA?S le pregunt¨® directamente si es un problema de falta de confianza, si a¨²n tiene dificultades para dormir o alg¨²n otro problema de salud, Ding respondi¨®: ¡°No, s¨®lo tiene que ver con la posici¨®n concreta que ten¨ªa hoy en el tablero¡±, y mostr¨® unas cu¨¢ntas variantes. Sin embargo, cuando, unos minutos m¨¢s tarde, le pidieron que hiciera un balance de los seis primeros asaltos, dijo: ¡°He tenido varias posiciones ventajosas que se me han escapado. Espero mejorar eso en las siguientes dos partidas¡±. Por su parte, Gukesh resumi¨® as¨ª: ¡°De momento, las cosas van bien, pero todav¨ªa puedo mejorar. Despu¨¦s de lo que ocurri¨® en la primera partida [que perdi¨®], estoy muy satisfecho con la situaci¨®n actual¡±.
Tras el decepcionante resultado de la cuarta -Ding eligi¨® con blancas una apertura sin pretensi¨®n alguna y el desenlace fue un empate sin historia-, y el frustrante de la quinta -Ding forz¨® el empate cuando ten¨ªa clara ventaja-, hab¨ªa un especial inter¨¦s en ver c¨®mo el campe¨®n planteaba la sexta. Y lo que ocurri¨® da, como m¨ªnimo, para que un estudiante de psicolog¨ªa elabore un trabajo de fin de carrera.
Cuando Gukesh hizo su cuarto movimiento, Ding se quit¨® la chaqueta, a pesar de que los fot¨®grafos estaban a¨²n en el escenario, y la coloc¨® en el respaldo de su silla. A continuaci¨®n jug¨® al toque los trece siguientes, dejando claro que estaba aplicando una venenosa receta de laboratorio, preparada -al menos- con sus dos analistas conocidos, el h¨²ngaro Richard Rapport y el chino Ni Hu¨¢, y computadoras muy potentes.
El aspirante no parec¨ªa muy impresionado: reaccion¨® con bastante rapidez y lleg¨® a una posici¨®n donde -seg¨²n los ajedrecistas inhumanos- dispon¨ªa de una il¨®gica maniobra con su dama que pr¨¢cticamente forzaba el empate. Gukesh no la vio y qued¨® en una posici¨®n ligeramente inferior. Todo indicaba que iba a sufrir durante horas porque su rival la hab¨ªa analizado en profundidad.
Pero entonces ocurri¨® algo muy sorprendente. Ding pens¨® 43 minutos y ofreci¨® el empate por triple repetici¨®n de posiciones. Otra sorpresa fue que Gukesh lo rechazase, con una jugada que agrandaba claramente la ventaja blanca. Por un momento, en la sala de prensa surgi¨® una duda razonable: Ding exhib¨ªa una muestra evidente de la falta de confianza en s¨ª mismo que mostr¨® en las cuatro partidas anteriores o estaba jugando al p¨®quer para provocar que Gukesh empeorase su posici¨®n.
La duda se despej¨® de inmediato: la siguiente jugada de Ding fue muy conservadora, en lugar de un avance de pe¨®n que le hubiera dejado mucho mejor, aunque con cierto riesgo. En realidad, era el indio quien, de manera muy valiente, estaba jugando al p¨®quer para aprovechar la inseguridad del campe¨®n.
El juego del gato y el rat¨®n continu¨® un rato m¨¢s. Ding ofreci¨® el cambio de damas, que le hubiera garantizado una posici¨®n que no pod¨ªa perder y quiz¨¢ s¨ª ganar. Gukesh lo rehuy¨®. Ding dispuso entonces de otra oportunidad de agrandar su ventaja, avanzado los peones del flanco de dama. Pero, de nuevo, ello implicaba cierto riesgo con damas en el tablero, y volvi¨® a refrenarse.
Su actitud incitaba a pensar que a¨²n sufre los problemas para dormir que arrastra desde que se proclam¨® campe¨®n del mundo, en mayo de 2023. Esto explicar¨ªa por qu¨¦ no intent¨® ganar varias posiciones ventajosas en este duelo despu¨¦s de tres horas de lucha, y muy especialmente la del s¨¢bado.
Lo ocurrido a continuaci¨®n confirm¨® esa hip¨®tesis: Ding se empe?¨® en cambiar las damas casi a cualquier precio, cuando era evidente que conservarlas le daba ventaja. El resultado fue que perdi¨® su ventaja y se lleg¨® a un final de torres donde los tres resultados eran razonables. Por fortuna para ¨¦l, los intentos de Gukesh para enredarle eran relativamente f¨¢ciles de neutralizar, y el empate se firm¨® tras cuatro horas y media de lucha rar¨ªsima, una de las m¨¢s extra?as en la dilatada historia de los Campeonatos del Mundo.