Antes que nada, tambi¨¦n estaba el f¨²tbol
El periodista y escritor argentino Mart¨ªn Caparr¨®s ofrece en sus memorias una brillante cr¨®nica personal, con el f¨²tbol como una de las constantes
Fue, en realidad, una inversi¨®n emocional de cara al futuro. Tambi¨¦n una herencia. El escritor y periodista argentino Mart¨ªn Caparr¨®s hizo socio de Boca Juniors a su hijo Juan cuando este apenas ten¨ªa seis a?os. Pensaba ¡ªacertadamente¡ª que los caminos de la vida los llevar¨ªan por trayectos distintos. E imaginaba¡ªtambi¨¦n acertadamente¡ª que, si aquella afici¨®n calaba en el ni?o, tendr¨ªan una pasi¨®n com¨²n que les har¨ªa compartir tiempo, espacio y sensaciones. A?os despu¨¦s, Juan participar¨ªa en la reedici¨®n de ...
Fue, en realidad, una inversi¨®n emocional de cara al futuro. Tambi¨¦n una herencia. El escritor y periodista argentino Mart¨ªn Caparr¨®s hizo socio de Boca Juniors a su hijo Juan cuando este apenas ten¨ªa seis a?os. Pensaba ¡ªacertadamente¡ª que los caminos de la vida los llevar¨ªan por trayectos distintos. E imaginaba¡ªtambi¨¦n acertadamente¡ª que, si aquella afici¨®n calaba en el ni?o, tendr¨ªan una pasi¨®n com¨²n que les har¨ªa compartir tiempo, espacio y sensaciones. A?os despu¨¦s, Juan participar¨ªa en la reedici¨®n de Boquita (Debate). Cuando el f¨²tbol enra¨ªza en la esencia de las personas va dejando hitos en sus trayectorias vitales. Suelen estar ligados a la emoci¨®n. Puede ser un Mundial ganado por Argentina, un t¨ªtulo de Boca, una victoria de un club que no es el tuyo ¡ªde aquellos tiempos en los que no pasaba nada por alegrarte de que un compatriota triunfara¡ª o el trayecto cotidiano entre la puerta de acceso al estadio y ese inabarcable instante en el que aparecen el c¨¦sped y las gradas. Se convierten en constantes de una biograf¨ªa. El f¨²tbol, con toda su simpleza, toda su complejidad y todas sus contradicciones, siempre est¨¢ ah¨ª. Como una tierra firme bullanguera e inexplicable.
As¨ª aparece el f¨²tbol ¡ªy, m¨¢s intermitente, la pr¨¢ctica del rugby¡ª en Antes que nada (Random House), el libro en el que Caparr¨®s comparte sus memorias y el avance de la ELA en su cuerpo. ¡°Me dijeron que me voy a morir. Es tonto, no deber¨ªa necesitar que me lo digan¡±, son las primeras palabras. Despu¨¦s, centenares de p¨¢ginas de talento, audacia y brillantez de uno de los grandes nombres de la historia del oficio de contar historias. La suya con el f¨²tbol se inici¨® un d¨ªa que, de ni?o, ley¨® una apasionada cr¨®nica sobre un penalti atajado por un tal Antonio Roma. Y empez¨® a ser de Boca. Descubri¨® que uno no es hincha de un equipo, sino que se hace de ese equipo. Casi nada. Tambi¨¦n la fuerza de aquella pasi¨®n. Ya en el exilio, en Par¨ªs, tendr¨ªa que elegir entre sus ideales y seguir la final del mundial de 1978. ¡°?Saben qu¨¦ pasa?¡± ¡ªinterpel¨® a sus interlocutores anarquistas¡ª ¡°Que a m¨ª desde chiquito me criaron para que la Argentina gane un mundial. Y si lo gana con estos hijos de puta en el poder, mala suerte, yo igual quiero que gane¡±. En esa pasi¨®n, aplicada con las dosis justas de distancia e iron¨ªa en todos los proyectos que emprende, est¨¢ la victoria de Caparr¨®s.