Manolo y el relato aut¨¦ntico del Bar?a
Hoy, 20 a?os despu¨¦s de su muerte, la obra de V¨¢zquez Montalb¨¢n sigue siendo referencia en el FC Barcelona
Hay d¨ªas que no se olvidan, como el 18 de octubre de 2003. Tuve noticia de la muerte de Manolo V¨¢zquez Montalb¨¢n por una llamada de Pep Guardiola. Antes de que hubiera podido conectar la radio y abrir el ordenador, desconectado como tuve el tel¨¦fono fijo para intentar dormir un poco, son¨® el m¨®vil que acababa de encender y apareci¨® el nombre del hoy entrenador del City. Asombrado y avergonzado, no supe muy bien qu¨¦ deci...
Hay d¨ªas que no se olvidan, como el 18 de octubre de 2003. Tuve noticia de la muerte de Manolo V¨¢zquez Montalb¨¢n por una llamada de Pep Guardiola. Antes de que hubiera podido conectar la radio y abrir el ordenador, desconectado como tuve el tel¨¦fono fijo para intentar dormir un poco, son¨® el m¨®vil que acababa de encender y apareci¨® el nombre del hoy entrenador del City. Asombrado y avergonzado, no supe muy bien qu¨¦ decir, ni siquiera fui capaz de admitir que no estaba al corriente de la noticia, de manera que intent¨¦ compartir el dolor, apenado como se mostraba Guardiola.
Aunque despu¨¦s se sucedieron las llamadas ¡ªlas entrantes y las perdidas¡ª y los mensajes ¡ªpendientes y nuevos¡ª, tuve tiempo de reparar en la dimensi¨®n y grandeza de Manolo y en la necesidad de que su obra sobre el deporte y especialmente el f¨²tbol tuviera el eco merecido en el despliegue informativo que preparaba el diario EL PA?S. Manolo fascinaba a cuantos provocaban mi fascinaci¨®n como Guardiola, Gianni Mura ¡ªinolvidable la cena previa al cl¨¢sico del 5-0 en Casa Leopoldo¡ª o Eduardo Galeano, cuyos ¨²ltimos libros llevaban la faja de Premio V¨¢zquez Montalb¨¢n.
La mayor¨ªa de los corresponsales extranjeros y enviados especiales a Barcelona contactaba o se pasaba por la redacci¨®n del diario antes de afrontar sus reportajes para preguntar por Manolo, seguramente el interlocutor con m¨¢s credibilidad y autoridad para tratar el fen¨®meno del Bar?a. La suya era palabra de ley al igual que los textos ya publicados desde el famoso ¡°Bar?a! Bar?a! Bar?a!¡± del 25 de octubre de 1969 en la Revista Triunfo. La suya se convirti¨® en una verdad universal para suerte del FC Barcelona, aceptada incluso en Madrid.
A Manolo no se le replicaba; si acaso se le acompa?aba, puede que para no darle la raz¨®n del todo o al menos para que la suya no fuera la ¨²nica visi¨®n sobre asuntos vitales como un Bar?a-Madrid. As¨ª que cuando Juli¨¢n Garc¨ªa Candau, redactor jefe de deportes del diario, decidi¨® en 1980 promover en cada cl¨¢sico un debate period¨ªstico entre dos personalidades literarias no tuvo dudas en elegir a MVM por parte azulgrana mientras que por la madridista opt¨® por Jes¨²s Fern¨¢ndez Santos, como recuerda Jordi Os¨²a en su libro Bar?a, cultura i esport, de Editorial Base.
El ¨²ltimo que se bati¨® en las p¨¢ginas del diario con Manolo fue Javier Mar¨ªas, quien despu¨¦s tambi¨¦n se las tuvo con Enrique Vila-Matas en una cita extraordinaria organizada en Casaramona. El heredero de Manolo por voluntad suya y mediaci¨®n de Agust¨ª Fancelli ha sido Sergi P¨¤mies. No fue una decisi¨®n casual porque ambos se parecen por su laboriosidad y capacidad resolutiva ¡ªsiempre muy bien recibida por los mandos de los diarios¡ª, por su brillantez y evidentemente por su conocimiento y facilidad para analizar y descifrar el complejo mundo del Barcelona.
¡°El resultado del Bar?a es mi cord¨®n umbilical con la vida, el s¨ªntoma que todav¨ªa conservo una cierta tensi¨®n energ¨¦tica¡±, sol¨ªa argumentar Manolo, consciente de que cuando estaba de viaje y no pod¨ªa seguir el partido de su equipo llamaba a la familia o a la redacci¨®n del peri¨®dico para saber el resultado, una de las tareas m¨¢s gratificantes que me depar¨® la vida cuando era yo quien descolgaba el tel¨¦fono en EL PA?S. El d¨ªa que muri¨® en Bangkok de un ataque al coraz¨®n iba camino de Barcelona precisamente para llegar a tiempo de ver el partido contra el Deportivo.
Manolo sab¨ªa del Bar?a sobre todo por la radio cuando ya no acud¨ªa al Camp Nou con amigos como Josep Fontana, Jorge Herralde o Jordi Sol¨¦ Tura. ¡°Ha sido el m¨¢s le¨ªdo, brillante y l¨²cido cronista del Barcelona¡±, proclam¨® uno de sus mejores amigos y acompa?antes al estadio como es el eminente historiador Borja de Riquer. El relato de V¨¢zquez Montalb¨¢n sobre la causa barcelonista ha sido invencible y hasta se puede decir que fue asumido de forma oficial para explicar el concepto de m¨¦s que un club que tanto vuelo le ha dado al Bar?a.
Fue MVM quien habl¨® del Bar?a como el ¡°desarmado ej¨¦rcito simb¨®lico¡± de Catalu?a. ¡°Ser socio del Bar?a fue un signo de identidad catalanista, asumido no solo por la burgues¨ªa (¡) sino tambi¨¦n por la clase obrera inmigrante que al hacer suya la bandera barcelonista se consideraba en mejores condiciones para sentirse arraigada¡±, escribi¨® en 1991. ¡°En Catalu?a casi todo es algo m¨¢s de lo que debiera ser¡±, a?ad¨ªa despu¨¦s, ¡°porque los catalanes tienen en su interior, como un quiste, el presentimiento de que se ganan bien la vida pero, en cambio, han perdido la Historia¡±.
Leer al compulsivo lector autodidacta MVM supone entender el valor de la carga simb¨®lica del club y su aprecio por la belleza del f¨²tbol o querencia por un estilo de juego personificado en jugadores como Kubala, Cruyff o Iv¨¢n de la Pe?a. A Manolo, un comunista al que le gustaba el f¨²tbol, la comida y la copla, se le vio cocinar con la camiseta de Lo Pelat. La timidez en sus relaciones contrastaba con el descaro de unos textos que escrib¨ªa de corrido, sin tacha y una rapidez asombrosa; nunca le fall¨® la memoria.
¡°Lo que bien se concibe bien se expresa con palabras que acuden con presteza¡±, asegur¨® sin ser consciente de que sin su voz la historia del Bar?a se habr¨ªa contado seguramente de manera diferente y no habr¨ªa tenido el eco que ha tenido. ¡°El invento no habr¨ªa funcionado sin Manolo¡±, sostiene alg¨²n cr¨ªtico vinculado al Espanyol y tambi¨¦n al Madrid que se remiten al victimismo del Bar?a. Incluso puede que en tiempos de redes sociales y de versiones antag¨®nicas sobre una misma realidad solo Manolo habr¨ªa podido descifrar el misterio del caso Negreira. Y puede tambi¨¦n que a Laporta no le hubiera alcanzado con las palancas para contar el funcionamiento del Bar?a.
?Qu¨¦ era todo lo que Manolo quer¨ªa del Barcelona?, se pregunt¨® Santiago Segurola el d¨ªa que recibi¨® el premio MVM. ¡°Un equipo con sentido de la historia, con clase, pegado al suelo, con sello catal¨¢n indiscutible y sin ning¨²n complejo¡±. Manolo hab¨ªa calificado a Segurola como el ¡°profeta guardiolesco de EL PA?S¡± en el art¨ªculo Adi¨®s Guardiola; adi¨®s Joan Gamper, del 12 de abril de 2001. El texto lloraba la partida del excapit¨¢n azulgrana, el mismo que dos a?os despu¨¦s llamaba dolorido por la muerte de Manolo. Hoy se cumplen 20 a?os sin MVM.
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