La Real hace jirones al Villarreal en diez minutos
Tres goles en el tramo final de la primera parte le dan el triunfo al equipo de Imanol
En diez minutos letales fulmin¨® la Real Sociedad al Villarreal, lo liquid¨®. En esos instantes finales de la primera parte, el equipo de Marcelino entr¨® impoluto y sali¨® hecho jirones, como los personajes infortunados de los comics de Ib¨¢?ez cuando les estalla una bomba de las que no matan a nadie, como los goles, tres torpedos que dejaron sin voz al estadio de la Cer¨¢mica, salvo a la esquina tintada de blanco y azul, felices los seguidores realistas por ese estallido inesperado, que fue para ellos como el doble cohete que celebra los goles en Anoeta.
El d¨ªa en el que los donostia...
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En diez minutos letales fulmin¨® la Real Sociedad al Villarreal, lo liquid¨®. En esos instantes finales de la primera parte, el equipo de Marcelino entr¨® impoluto y sali¨® hecho jirones, como los personajes infortunados de los comics de Ib¨¢?ez cuando les estalla una bomba de las que no matan a nadie, como los goles, tres torpedos que dejaron sin voz al estadio de la Cer¨¢mica, salvo a la esquina tintada de blanco y azul, felices los seguidores realistas por ese estallido inesperado, que fue para ellos como el doble cohete que celebra los goles en Anoeta.
El d¨ªa en el que los donostiarras conmemoraban el 25 aniversario del asesinato de su seguidor Aitor Zabaleta, que recordaron saltando al campo con camisetas con ese n¨²mero y ese nombre a la espalda, les acab¨® saliendo redondo tras conseguir su tercera victoria a domicilio. Hasta esos diez minutos desastrosos del Villarreal, el equipo de Imanol hab¨ªa sido ligeramente superior a su rival, pero el partido pintaba igualado, pese a la clar¨ªsima oportunidad que fall¨® Mikel Merino nada m¨¢s comenzar, en un remate de cabeza desde muy cerca que desvi¨® Jorgensen, despu¨¦s de un centro de Brais, que poco despu¨¦s se tuvo que retirar lesionado, con un fuerte golpe en el brazo derecho por una patada de Capoue, que le pill¨® con la mano apoyada en la hierba.
Replic¨® el Villarreal en una llegada de Morales, que no pudo armar la pierna para el remate, y que se encontr¨® muy inc¨®modo durante todo el partido, sometido a la severa vigilancia de los centrales donostiarras.
Pero la Real hall¨® la manera de hacer da?o en las acciones a bal¨®n parado. Fueron dos saques de esquina consecutivos los que abrieron la brecha en la porter¨ªa del Villarreal. El primero, lanzado por Kubo y rematado por Merino, adelant¨¢ndose a toda la l¨ªnea defensiva amarilla; el segundo, at¨®nitos todav¨ªa los amarillos, en jugada ensayada, mu?ecas cruzadas de Kubo, con el bal¨®n que le lleg¨® a Zakharyan, al borde del ¨¢rea. Su remate lo desvi¨® Zubimendi con la zurda para doblar la diferencia en el marcador. Solo hab¨ªan pasado tres minutos desde el primer mazazo. El tercero lleg¨® poco despu¨¦s, pero en la otra porter¨ªa, cuando Remiro desvi¨® primero el remate de Parejo que buscaba el gol, y despu¨¦s el de Gerard Moreno, a bocajarro, que se encontr¨® el rechazo. Un gol podr¨ªa haber despertado de su pesadilla al Villarreal, pero no ten¨ªan el d¨ªa los hombres de Marcelino, que refrendaron esa impresi¨®n cuando Albiol perdi¨® un bal¨®n en la salida desde el ¨¢rea, lo recogi¨® Sadiq, que pasaba por all¨ª, se lo dio a Merino, que, a lo Guti, como apunt¨® despu¨¦s Take Kubo, le puso la pelota al japon¨¦s para poner las cifras definitivas en el marcador y dejar grogui al Villarreal.
Con 0-3 y Marcelino patidifuso en el banquillo, termin¨® la primera parte y tambi¨¦n el partido, porque, aunque apret¨® el Villarreal para tratar de estrechar la diferencia, se encontr¨® con Remiro en estado de gracia y sus delanteros con muy poca punter¨ªa. Traor¨¦ salv¨® la primera oportunidad local de la segunda parte que tuvo Akhomach, que se relam¨ªa frente al portero donostiarra; luego Baena y Gerard tuvieron una doble ocasi¨®n y despu¨¦s otra vez Gerard intent¨® el imposible, picando por encima de Remiro, aunque el disparo se march¨® alto.
La Real dej¨® hacer m¨¢s a su rival con un marcador tan amplio, pero tambi¨¦n pudo redondear un marcador casi perfecto con una carrera de Sadiq que se plant¨® ante Jorgensen. Tuvo demasiado tiempo para pensar, intent¨® un par de bicicletas y al final el portero, fr¨ªo como un iceberg, se la quit¨® de entre las piernas. Pero a los hombres de Imanol, que al acabar el partido le dedic¨® la victoria a Aitor Zabaleta, lo mismo les daba ya. Su trabajo estaba hecho. Muy bien hecho.
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