El cl¨¢sico del coqueteo rebelde
Hay algo en las caras de los Yamal y los Cubars¨ª que invita a la esperanza para todo aquel que identifique al Real Madrid como el Imperio y a todos los dem¨¢s con la Alianza Rebelde
Asoma el primer cl¨¢sico de la temporada por la vuelta de la esquina y a un amigo m¨ªo se le ha ocurrido se?alar que la cita del pr¨®ximo s¨¢bado recuerda a esos anuncios de internet en los que Carlos Sobera o Lorena Castell aparecen esposados y rodeados de polic¨ªa: no conviene fiarse. Dejarse llevar por las primeras impresiones suele ser la antesala del error y, por lo tanto, sin¨®nimo de susto o, directamente, muerte.
Llega confiado un Real Madrid que combina esta temporada algunos ejercicios interesantes de supervivencia con una cierta somnolencia, como si algunas veces no le apeteciese s...
Asoma el primer cl¨¢sico de la temporada por la vuelta de la esquina y a un amigo m¨ªo se le ha ocurrido se?alar que la cita del pr¨®ximo s¨¢bado recuerda a esos anuncios de internet en los que Carlos Sobera o Lorena Castell aparecen esposados y rodeados de polic¨ªa: no conviene fiarse. Dejarse llevar por las primeras impresiones suele ser la antesala del error y, por lo tanto, sin¨®nimo de susto o, directamente, muerte.
Llega confiado un Real Madrid que combina esta temporada algunos ejercicios interesantes de supervivencia con una cierta somnolencia, como si algunas veces no le apeteciese ser el temible Real Madrid y se conformara con su nueva fama de alumno remol¨®n, otro que no necesita atender en clase ni hacer los deberes para sacar sus ex¨¢menes adelante. Esta misma semana y en su propia casa, que es como decir delante de la familia, coquete¨® con el desastre en una primera parte tan desangelada del equipo blanco como voluntariosa por parte del rival, que le reconoci¨® los vicios de recreo y esper¨® su oportunidad. Terminar¨ªa remontando en la segunda mitad, encar¨¢ndose con los padres y hasta lanzando los libros por la ventana, pero la sensaci¨®n sigue siendo de que el Madrid tira demasiados minutos a la basura por el puro capricho de demostrar que puede.
Es el peor enemigo para cualquier rival, incluido un Bar?a que acude a la cita en pleno proceso de consolidaci¨®n, plagado de chicos con acn¨¦ y la cara muy dura. Algunos de ellos solo han conocido al Real moderno del manicomio, la silla de pl¨¢stico, las remontadas imposibles y sus Copas de Europa por castigo, pocos al Madrid humano y hasta displicente que se com¨ªa goleadas azulgranas en su propio estadio mientras la grada se giraba furibunda hacia el palco, no tanto para exigir la dimisi¨®n a Florentino P¨¦rez como para pedirle explicaciones por la actitud de los chiquillos. ¡°Y qu¨¦ m¨¢s quer¨¦is que haga yo, si ya los tengo en los mejores colegios¡±, parec¨ªa decir la cara del m¨¢ximo mandatario blanco desde que Kant negara la existencia de Dios.
Aseguran los expertos que en un cl¨¢sico puede pasar de todo, el mismo tipo de sentencia imprecisa que cualquier aficionado podr¨ªa lucir en el bar o en la oficina y que, por tanto, los desacredita como expertos. Es como decir aquello tan ochentero de ¡°en un pueblo italiano, al pie de las monta?as, vive nuestro amigo Marco¡±: misma ambig¨¹edad, mismo conformismo. De entre los m¨¢s atrevidos abundan los que pronostican una victoria de los blancos: m¨¢s curtidos, m¨¢s responsabilizados, menos raros. Es el primer gran escaparate de la temporada si obviamos los partidos contra el Dortmund, actual subcampe¨®n de Europa y el Atleti, eterno subcampe¨®n honor¨ªfico. Y en el Madrid abundan los futbolistas de escaparate grande, de valla publicitaria en la Gran V¨ªa y hasta de aspiraciones al Bal¨®n de oro en un futuro inmediato.
Es partido para Vinicius Jr., Mbapp¨¦ o Jude Bellingham. Es partido para defensas centrales de firmeza proverbial. Es partido para porteros de piedra. Pero tambi¨¦n es partido para sinverg¨¹enzas, para descarados, para ilusos... No creer es, a menudo, la mejor manera de convencer y hay algo en las caras de los Yamal y los Cubars¨ª que invita a la esperanza para todo aquel que identifique al Real Madrid como el Imperio y a todos los dem¨¢s con la Alianza Rebelde. ¡°Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes¡±, dir¨ªa el maestro Yoda. Lo que no est¨¢ del todo claro es a qui¨¦n.