Un Valencia enlutado golea al Betis
Los tantos encienden a una afici¨®n de Mestalla que comenz¨® el partido encogida por la emoci¨®n del homenaje a las v¨ªctimas de la dana
El f¨²tbol, tras la desgracia, se abri¨® paso en Mestalla como esos ni?os que, hace unos d¨ªas, en una ma?ana soleada, tiraron un bal¨®n al barro de Aldaia, uno de los pueblos barridos por el agua, y se pusieron a jugar. No hay m¨¢s. El sol vuelve a salir. La vida sigue. El bal¨®n rueda otra vez. Tres semanas dur¨® el duelo del Valencia en la Liga. Pero tocaba abrir las puertas de Mestalla para retomar la competici¨®n y el equipo demostr¨® estar a la altura de las circunstancias por actitud e incluso con acierto en una tarde sobrecargada de emociones en la que el Valencia gole¨® al Betis (4-2).
Primero hab¨ªa que rendir homenaje a las v¨ªctimas de la dana mientras sonaba ¡®Mi tierra¡¯, el cl¨¢sico de Nino Bravo, y los aficionados iban acomod¨¢ndose mientras se preparaba todo y los jugadores intentaban calentar como si fuera un d¨ªa normal. No lo era. Tres semanas antes una riada arras¨® media provincia, una pu?alada l¨ªquida de oeste a este que dej¨® decenas de muertos, miles de valencianos arruinados y coches volteados por todas partes.
La presentaci¨®n, un cuidado homenaje a las v¨ªctimas de la dana y especialmente a sus m¨¢s de 220 muertos, fue conmovedora. Nunca el f¨²tbol fue m¨¢s triste en Mestalla. ¡°El partido es lo de menos¡±, dec¨ªa Joaqu¨ªn despu¨¦s de visitar Alfafar por la ma?ana. Pero el f¨²tbol tambi¨¦n son las l¨¢grimas de Gordillo, a su lado, al ver de primera mano la dimensi¨®n de la cat¨¢strofe. Y el f¨²tbol, a veces tan sobrado de odio e ira, tambi¨¦n es el brazo tierno que Marc Bartra le pasa por los hombros a Hugo Duro, un compa?ero al lado de otro, sin importar los colores, durante el homenaje.
El club organiz¨® casi un funeral cargado de sensibilidad y emotividad. Roi Ortol¨¢, uno de esos j¨®venes que ha demostrado que no son de cristal, qu¨¦ van a serlo, llev¨® hasta Mestalla la canci¨®n que, emocionado al ver lo que hab¨ªa pasado, compuso en su casa y, impulsada por las alas de las redes sociales, se acab¨® convirtiendo en el himno de la dana. Ortol¨¢, con su voz rasgada y una guitarra, acompa?ado por una chica que acariciaba el violonchelo, estremec¨ªa a la afici¨®n valencianista mientras los jugadores llevaban un enorme cresp¨®n negro junto a la ¡®senyera¡¯ gigantesca que el Real Madrid, m¨¢s se?or que nunca, regal¨® a los clubes valencianos tras extenderla en se?al de respeto en el Bernab¨¦u.
El Valencia tir¨® mano de los s¨ªmbolos de esta tierra a la que le cantaba Nino Bravo. Y son¨® la ¡®dol?aina¡¯ y el ¡®tabalet¡¯. Y tambi¨¦n hubo tiempo para un minuto de silencio desgarrador. A esas alturas Mestalla entero lloraba de tristeza y emoci¨®n. Son d¨ªas duros que han tocado el ¡®coret¡¯ de los valencianos, un corazoncito encogido por la desgracia. El valenciano est¨¢ hecho de p¨®lvora y mecha corta. No hay otro pueblo capaz de festejar m¨¢s o enfadarse m¨¢s. Seg¨²n lo que toque en cada momento. Pero Valencia es tambi¨¦n el mensaje tierno de Ca?izares a todos esos equipos de pueblo que se han quedado sin un campo donde darle patadas al bal¨®n. O el discurso certero e indignado de Santiago Posteguillo a su legi¨®n de lectores despu¨¦s de sentirse abandonado en Paiporta, como Ferran Torrent, otra gloria de las letras valencianas, que sufri¨® el golpe de la dana en Sedav¨ª. Los valencianos son tambi¨¦n los espectadores que el jueves por la noche lloraban cuando, acabada de la obra, Lolita, colosal sobre las tablas del Teatro Olympia un rato antes, se acercaba hasta la orillita del escenario y, con el coraz¨®n en la mano, daba un discurso tr¨¦mulo y sentido que conmovi¨® a todo el mundo.
As¨ª es la vida de los valencianos, que cada d¨ªa salen llorados de casa para ir a trabajar mientras piensan, angustiados, c¨®mo ayudar a esa pobre gente a la que se le ha parado la vida rodeada de barro y podredumbre. Y el s¨¢bado vuelven a salir de casa para comer ¡®de sobaquillo¡¯ en Mestalla, volver a emocionarse y ver qu¨¦ demonios le depara este Valencia an¨¦mico que transita por la Liga desde lo m¨¢s bajo de la clasificaci¨®n. C¨®mo puede tener un pueblo tan grande y tan bravo un equipo tan chico. Y cuando ya nadie espera nada, llegan los goles. El primero de C¨¦sar T¨¢rrega, un chaval de Aldaia, uno de los pueblos heridos. Y en la segunda parte, 45 minutos de apoteosis y tres goles m¨¢s. Este Valencia enlutado, completamente de negro, logra sellar una victoria, la segunda de la temporada. Mientras, el p¨²blico, ya totalmente espont¨¢neo y sin guion, cant¨® a capela el himno de su tierra. Un min¨²sculo brote de alegr¨ªa en Valencia.
Clasificaci¨®n | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
16
|
13 | 14 | 4 | 1 | 9 |
17
|
12 | 14 | 3 | 3 | 8 |
18
|
10 | 12 | 2 | 4 | 6 |
19
|
10 | 13 | 3 | 1 | 9 |
20
|
9 | 14 | 2 | 3 | 9 |
Clasificaci¨®n | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
7
|
21 | 13 | 6 | 3 | 4 |
8
|
20 | 13 | 5 | 5 | 3 |
9
|
20 | 14 | 5 | 5 | 4 |
10
|
18 | 13 | 5 | 3 | 5 |
11
|
18 | 14 | 5 | 3 | 6 |