El Atl¨¦tico se exhibe como aspirante con una manita al Valladolid

El porrazo del Barcelona ante Las Palmas obligaba al Atl¨¦tico a presentar su condici¨®n de aspirante revivido ante el Valladolid. No defraud¨®. Gole¨® y marc¨® diferencias con el colista desde el momento en el que se asent¨® y supo interpretar c¨®mo hacerse con el gobierno del partido. No tard¨® mucho. Cuando se engras¨®, despleg¨® por segunda vez consecutiva otro gran partido para afirmar que puede pelear el t¨ªtulo. Despu¨¦s de tocar fondo con la derrota en el Benito Villamar¨ªn y situarse a diez puntos del Barcelona, ha cosido cinco victorias ligueras consecutivas, siete en total contando al Vic y al PSG. El Atl¨¦tico merodea la cabeza de la tabla. Ha regresado al lugar que se le debe exigir no abandonar hasta el final del campeonato. Que lo gane o no es otra cosa, pero al menos pelearlo hasta el final. El triunfo del Atl¨¦tico supuso la destituci¨®n del entrenador del Valladolid, Paulo Pezzolano, en la madrugada del s¨¢bado al domingo. El conjunto pucelano es colista, con nueve puntos, a cuatro de la salvaci¨®n. El Valladolid lleva cinco partidos seguidos sin ganar (cuatro derrotas) y solo ha ganado un choque de los ¨²ltimos 14.

Simeone empez¨® a salvar la crisis de resultados del curso con el recetario de correr pocos riesgos y ahora apunta a que tambi¨¦n est¨¢ resolviendo la del juego. En Zorrilla, como en Praga, el Atl¨¦tico transmiti¨® la fortaleza que emana del centro del campo que parece haber encontrado su entrenador. Una mezcla que buscaba hace tiempo. F¨ªsico en sus cuatro componentes para morder con y sin la pelota y el buen pie de Barrios y De Paul. El cuarteto que completan los pulmones y el percutir de Giuliano y Gallagher refuerzan tanto lo gran¨ªtico como lo din¨¢mico. Y todos tienen gol. Una l¨ªnea muy completa que pudo sostener que Gim¨¦nez y Lenglet invadieran el campo contrario, que Llorente y Gal¨¢n perforaran por sus carriles y que Griezmann y Juli¨¢n Alvarez amasen la sociedad que tanto ha buscado su entrenador.

Entre los dos construyeron un monumento al gol en el cuarto que marcaron los rojiblancos, iniciado por otra cabalgada mete¨®rica y poderosa de Giuliano. Los dos atacantes edificaron una pared en el lugar que los cl¨¢sicos se?alan como m¨¢s complicado, la frontal del ¨¢rea. Donde menos espacio, m¨¢s piernas y m¨¢s atenci¨®n defensiva hay, el tuya m¨ªa acab¨® con Griezmann girando y orient¨¢ndose el remate arrastrando la espuela y superando a Hein con una picadita a la altura de la jugada.

El Atl¨¦tico fue demasiado para un Valladolid instalado en la crispaci¨®n social hacia Ronaldo Nazario, su propietario, y en la fragilidad de sus l¨ªneas. Solo un par de p¨¦rdidas iniciales de Gim¨¦nez parecieron agitarle. Quiso el equipo de Pezzolano imprimir un ritmo lento en su salida del bal¨®n y el Atl¨¦tico le esperaba en un repliegue medio. Eso s¨ª, en cuanto el Valladolid jugaba hacia atr¨¢s, se abalanzaba feroz a presionar. As¨ª obtuvo el mando del juego que propici¨® un torrente de ocasiones y goles. Llorente sac¨® una rosca a las agujas despu¨¦s, entre la frontal del ¨¢rea peque?a y el portero, que caz¨® Lenglet.

Por ese costado, el Valladolid comprob¨® la capacidad para atacar los espacios tanto de Llorente como de Giuliano. Este ya hizo un gol anulado por media bota antes de volver a protagonizar otra de sus especialidades. Convertir disputas a la carrera de balones sueltos en controles orientados que le permiten pisar ¨¢rea con la cabeza levantada para ver la llegada de Griezmann. El disparo del galo lo rechaz¨® Hein y lo remach¨® Juli¨¢n Alvarez, en plena crecida goleadora y de darle continuidad y picante al juego de ataque. El tercero fue otra jugada bien ligada. Una penetraci¨®n de Gal¨¢n prolongada a un toque por Juli¨¢n Alvarez y un centro raso del extreme?o que dej¨® pasar Griezmann y coloc¨® en un rinc¨®n De Paul. Otro gol para llenar el ojo de Simeone, un obseso de la llegada de la segunda l¨ªnea como jugador y ahora como entrenador. Otro gol para confirmar que en dos partidos el Atl¨¦tico ha ganado y ha jugado muy bien. Como el ¨²ltimo de Sorloth tras una gran acci¨®n colectiva y el pase letal de Correa.