Lamine culmina el j¨²bilo del Bar?a
La actuaci¨®n del delantero internacional, autor del segundo gol, resulta decisiva para la clasificaci¨®n del Barcelona para la final despu¨¦s de derrotar a un Athletic mermado y desatinado en las ¨¢reas
La exquisitez y la frialdad de Lamine Yamal culminaron una jornada de j¨²bilo azulgrana en Yeda. A la euforia de Laporta, desatado por la cautelar concedida a Dani Olmo y Pau V¨ªctor, sigui¨® una actuaci¨®n virtuosa de la figura del Bar?a. Una derrota hubiera afeado el gesto de un presidente que necesita de las victorias del equipo para mantener su afrenta a LaLiga y a la Federaci¨®n. Lamine se encarg¨® de tramitar delicadamente el pase a la final de la Supercopa ante un Athletic tan jovial como inocente y equ¨ªvoco en las ¨¢reas, mermado por las ausencias y abatido despu¨¦s de una racha de 15 partidos invicto desde su ca¨ªda en octubre en Girona.
Los azulgrana gravitan alrededor de Lamine. El extremo atrae la pelota y orienta el juego con el exterior de su pie izquierdo, excelente con sus cambios de orientaci¨®n y decisivo en sus movimientos para facilitar la profundidad de Kound¨¦ y la percusi¨®n de Raphinha. El brasile?o es un demonio por su facilidad para atacar el espacio y el bal¨®n, muy dif¨ªcil de tapar y marcar, tambi¨¦n para una zaga sorprendentemente vulnerable como la del Athletic. Raphinha no acert¨® en un remate forzado y en cambio facilit¨® acto seguido el gol de Gavi con una recuperaci¨®n del cuero al que le dio continuidad Balde. El volante lleg¨® r¨¢pido y certero al centro del lateral por el costado de Lekue.
El gol subray¨® la llegada y pegada del Barcelona, superior en ocasiones, m¨¢s sometido en el juego por el Athletic, insistente por el costado izquierdo con Yuri y Berenguer, un tormento para Kound¨¦. Aunque el Athletic apretaba, su volumen de juego no ten¨ªa punto final, excesivamente ret¨®rico o poco clarividente ante Szczesny, igual de nervioso que Unai Sim¨®n. La precipitaci¨®n pod¨ªa a los dos equipos en un partido tenso, divertido y muy abierto, incapaz en cualquier caso de seducir a la afici¨®n si se tiene en cuenta las muchas localidades vac¨ªas del estadio de Yeda. Los barcelonistas, en cualquier caso, pasaron de ser los protagonistas del choque a estar m¨¢s pendientes del Athletic.
Al descanso se lleg¨® con una muy buena oportunidad de I?aki Williams, tapado por Cubars¨ª y Szczesny, despu¨¦s de que hubiera empezado en la meta de Unai Sim¨®n. La carga rojiblanca era constante y no hab¨ªa r¨¦plica del Bar?a. El juego azulgrana no ten¨ªa continuidad, condicionado seguramente por la ausencia de Olmo. El volante es el eslab¨®n perdido, el jugador que da sentido a la idea de Flick y cuya presencia permite que cada jugador recupere su puesto natural y su mejor versi¨®n, desde Cubars¨ª a Pedri. La l¨ªnea de pase se pierde, la zaga pasa a ser exigida y el portero tiene que intervenir con frecuencia, como constat¨® Szczesny, que respondi¨® a la titularidad concedida por Flick por una desatenci¨®n de Pe?a.
El portero titular se confundi¨® al parecer con el horario de la sesi¨®n de activaci¨®n previa al partido y el entrenador no soporta la impuntualidad como ya se vio tambi¨¦n con Kound¨¦. Szczesny manten¨ªa su arco cerrado mientras Raphinha continuaba err¨¢tico en el momento de armar el tiro ante Unai Sim¨®n. No fall¨® en cambio Lamine en una jugada armada a partir de la anticipaci¨®n de I?igo Mart¨ªnez. La pelota tocada por el central pas¨® por Pedri y Gavi antes de llegar a Lamine, excelente en la pausa, el control, el giro orientado y la definici¨®n para poner el 0-2. El 0-3 no lleg¨® poco despu¨¦s porque se equivoc¨® por poco Lewandowski. Las recuperaciones y las transiciones auparon al Barcelona.
El marcador provoc¨® la intervenci¨®n de Valverde. El Athletic ha dado un salto de calidad inequ¨ªvoco desde la conquista de la Copa. Todav¨ªa depende, sin embargo, de futbolistas que marcan la diferencia como Nico Williams, v¨ªctima de un golpe en un tobillo, y necesitado tambi¨¦n de jugadores indetectables como Sancet. Valverde tuvo que medir mucho la alineaci¨®n que sac¨® en el mismo escenario en que en 2020 se acab¨® su carrera como entrenador del Barcelona. La salida al campo de Nico coincidi¨® curiosamente con la retirada de su amigo Lamine. Los azulgrana se desenchufaron al tiempo que se inflaban los vascos y Flick acab¨® por sustituir como ya es costumbre a Lewandowski.
El Bar?a perdi¨® el sitio en la cancha, empez¨® a conceder campo y pelota, y las llegadas se sucedieron en el ¨¢rea de Szczesny. El error de costumbre de De Jong acab¨® con un gol de I?aki Williams que fue anulado por la intervenci¨®n del VAR. La jugada provoc¨® la dimisi¨®n del Athletic, tan esforzado como fatigado, falto de acierto frente a un Barcelona resolutivo m¨¢s que convincente, condicionado por Lamine. La reaparici¨®n del extremo coincidi¨® con la ausencia del descartado Ansu Fati en un partido muy delicado para Flick por la presi¨®n que supone la afrenta de Laporta.
La carga emotiva de la contienda pes¨® en la cita de manera que la tensi¨®n y la concentraci¨®n se impusieron a la fluidez y la brillantez en el Barcelona. Incluso la decisi¨®n de Flick con el cambio de portero por una falta de puntualidad a?adi¨® m¨¢s intranquilidad al partido antes de que se impusiera la sobriedad de Szczesny.
Los barcelonistas, que nunca supieron regular sus esfuerzos, actuaron pendientes del marcador, liberados por los goles y tambi¨¦n por el desatino del Athletic, menos bravo que el de la Liga. La final se supone que exigir¨¢ a un equipo m¨¢s estable despu¨¦s de cerrar provisionalmente la situaci¨®n de Olmo y de Pau V¨ªctor. Todo es muy precario todav¨ªa en el Bar?a.