El Atalanta se le indigesta al Barcelona en Montju?c

El Bar?a cedi¨® un indigesto empate final en su fant¨¢stico viaje desde la cola hasta la cabeza de la Champions. La racha victoriosa de los azulgrana se par¨® en mal momento, justo cuando hab¨ªa perdido el Liverpool y ten¨ªan el liderato a tiro si ganaba a un Atalanta apremiado por mantener su puesto en el Top-8. La igualada no sirvi¨® de nada a los italianos y dej¨® al Barcelona tal como estaba, segundo clasificado, un puesto que parec¨ªa imposible cuando arranc¨® el torneo con una derrota en M¨®naco.

La ausencia del goleador Lookman y la alineaci¨®n de Flick complicaron el reto de Gasperini. El Barcelona, en cambio, form¨® con los titulares a excepci¨®n de Cubars¨ª y Casad¨®. Jugaban Araujo y Eric como centrales y De Jong mezclaba en la medular con Pedri y Gavi. El Atalanta nunca repara en la n¨®mina de futbolistas contrarios, sino que siempre aplica marcas individuales y presiona hasta empotrar al rival en su ¨¢rea, una sensaci¨®n de agobio permanente que desnaturaliz¨® al Bar?a. A los azulgrana les costaba salir con la pelota y la sensaci¨®n de peligro rondaba continuamente el marco de Szczesny, que se sacaba el bal¨®n como pod¨ªa ante la inquietud de la hinchada de Montju?c.

El recurso barcelonista fue el de buscar a Lamine. El extremo era el ¨²nico capaz de desestabilizar a la defensa montada por Gasperini. La afici¨®n empez¨® a comprender que el partido ser¨ªa largo y muy pesado, nada que ver con los disputados con el Benfica o el Valencia. El f¨²tbol se localizaba en campo de un equipo barcelonista cohibido y comprimido, destensado e inc¨®modo, sin posibilidad de apretar en la medular ni de robar el cuero, alejado del arco de Carnesecchi. Los italianos torpedeaban la l¨ªnea de pase y no hab¨ªa manera de profundizar ni de encontrar al jugador libre en el bando del Bar?a. No se contaba ni una ocasi¨®n y el marcador quedaba a expensas de cualquier concesi¨®n, un error, un detalle o un gesto t¨¦cnico de Lamine. El gol no cay¨® del lado italiano porque el VAR detect¨® fuera de juego de Zappacosta cuando aprovech¨® un pase filtrado para batir a Szczesny. Impreciso en ataque, el Bar?a achicaba en defensa sin saber c¨®mo da?ar al Atalanta.

Los azulgrana despabilaron en el descanso despu¨¦s del reencuentro con Flick porque nada m¨¢s salir a la cancha marcaron en una excelente jugada rematada por Lamine. A un toque, la pelota viaj¨® de campo a campo hasta llegar al extremo, habilitado por un centro de Raphinha despu¨¦s de una excelente maniobra de Lewandowski. El Atalanta nada tuvo que oponer a la velocidad y la precisi¨®n del Barcelona. El gol aup¨® moment¨¢neamente al Bar?a al liderato por la derrota del Liverpool. Los barcelonistas hab¨ªan encontrado por fin el hilo al partido y el equipo reactivo pas¨® a ser el de Gasperini. El segundo gol no lleg¨® de inmediato porque Lamine remat¨® forzado y Lewandowski tropez¨® ante Carnesecchi.

No lleg¨® el 2-0 sino el 1-1 en un tiro desde la frontal del ¨¢rea de Ederson, excelente en el momento de armar el remate y de chutar ante Gavi. El acierto ofensivo del Atalanta contrast¨® con su descuido defensivo cuando permiti¨® cabecear solo en el segundo palo a Araujo un saque de esquina botado por Raphinha. El central no estuvo en cambio despierto en el momento de tirar la l¨ªnea de fuera de juego y habilit¨® a Pasalic para que empatara 2-2.

La vulnerabilidad defensiva del Bar?a se mantiene a pesar del cambio de portero que ha decidido Flick. A cambio, mantiene su fluidez y una capacidad goleadora que en cualquier caso no le permitieron derrotar al Atalanta. El marcador ya no se movi¨® a pesar de la carga ofensiva azulgrana y de la excitaci¨®n de una hinchada muy pendiente del carrusel de los 18 partidos en juego para saber el posible rival de octavos, que finalmente ser¨¢ el M¨®naco, el Brest, el PSG de Luis Enrique o el Benfica. El control del juego y de las emociones parece dif¨ªcil en el actual Bar?a.