Pedri y su pi?a en el fondo del mar
El futbolista canario, que sali¨® del campo aclamado por su afici¨®n y admirado en silencio por todas las dem¨¢s, nos recuerda, en cada partido, la importancia del contexto correcto y las virtudes de las herramientas sencillas
Ni siquiera se ha cumplido el primer aniversario de aquel momento, terrible a todas luces, en que una parte importante de la afici¨®n le retir¨® su confianza a Pedri y sentenci¨® lo que mucho antes ya se hab¨ªa sentenciado tras los primeros traspi¨¦s de futbolistas tan at¨ªpicos como Xavi Hern¨¢ndez o Andr¨¦s Iniesta: que el f¨²tbol moderno no es un patio de colegio y el f¨ªsico importa tanto o m¨¢s que la t¨¦cnica, el instinto o la inteligencia. Siempre ...
Ni siquiera se ha cumplido el primer aniversario de aquel momento, terrible a todas luces, en que una parte importante de la afici¨®n le retir¨® su confianza a Pedri y sentenci¨® lo que mucho antes ya se hab¨ªa sentenciado tras los primeros traspi¨¦s de futbolistas tan at¨ªpicos como Xavi Hern¨¢ndez o Andr¨¦s Iniesta: que el f¨²tbol moderno no es un patio de colegio y el f¨ªsico importa tanto o m¨¢s que la t¨¦cnica, el instinto o la inteligencia. Siempre a rebufo de los triunfos del Real Madrid (y de su relato, que pocas veces escatima en conclusiones inquietantes), no fueron pocos los espantados ante un futuro en el que el Bar?a acudir¨ªa a las grandes batallas con una infanter¨ªa que se identifica por diminutivos para enfrentar a colosos como Valverde, Camavinga, Bellingham o Tchouameni.
Asustarse con el qu¨¦ dir¨¢n forma parte de un ADN blaugrana que, en demasiadas situaciones, se deja arrastrar al fango de la inmediatez por pura aprensi¨®n. Tambi¨¦n por no cuidar la naturaleza del m¨¦todo e insistir en f¨®rmulas vac¨ªas que una vez funcionaron, como entregar las riendas a una leyenda en formaci¨®n elegida al azar porque, cuenta la leyenda, improvisar sobre las cenizas de un hermoso recuerdo suele ser el camino m¨¢s recto hacia el ¨¦xito. Luego ocurre lo contrario, claro, pues casi nunca lo es. Y tambi¨¦n suele ocurrir que por el camino salen magullados aquellos futbolistas que apenas encajan en la cultura de entreguerras, los que siempre buscan la pausa o desatan el v¨¦rtigo en base a conceptos puramente futbol¨ªsticos, jam¨¢s en la b¨²squeda del aplauso gratuito, que es la patria del interior populista.
A Pedri, que encadenaba lesiones con partidos tibios, casi de relleno (el m¨¢s sobrepasado de todos los centrocampistas por aquel caos sencillo de dar siempre la pelota a Demb¨¦l¨¦ y esperar, a ver qu¨¦ romp¨ªa), se le invent¨® una leyenda negra por la cual despreciar¨ªa la cultura catalana, comer¨ªa de pena y se dejar¨ªa ver con demasiada frecuencia en los desmadres de la noche barcelonesa, un combinado frecuente cuando de echar tierra sobre los vivos se trata. En esta ocasi¨®n, por fortuna para un club de nuevo sostenido por el andamiaje afectivo del f¨²tbol, la leyenda y pesadilla de Pedro Gonz¨¢lez termin¨® el mismo d¨ªa en que Hansi Flick tom¨® las riendas y devolvi¨® al primer equipo del Bar?a ciertos visos de profesionalidad, sentido com¨²n y audacia. ¡°Trabajamos mucho m¨¢s que antes¡±, advirti¨® Pedri a principios de septiembre. Y es que ni en el f¨²tbol abundan ya los grandes misterios.
El regista, que este martes sali¨® del campo aclamado por su afici¨®n y admirado en silencio por todas las dem¨¢s, nos recuerda, en cada partido, la importancia del contexto correcto y las virtudes de las herramientas sencillas. Ejecuta acciones incre¨ªbles el 8 del Bar?a, entregado con naturalidad a su talento de gato callejero, pero combin¨¢ndolas con otras igual de asombrosas por su l¨®gica, decisiones sorprendentes, en un deporte a veces disparatado, como detenerse cuando correr no resulta necesario, pasar en lugar de trasladar, levantar la cabeza y buscar lejos lo que no encuentras cerca... Tampoco hablamos del Renacimiento, ni de los movimientos contraculturales de los a?os 60, pero algo de revolucionario debe tener la persistencia en el sentido com¨²n y esa est¨¦tica sencilla tan apta para todos los p¨²blicos, muy al estilo de Bob Esponja. Porque si alguien puede vivir dentro de una pi?a en estos tiempos de caras largas y agresividad gratuita, tambi¨¦n en el f¨²tbol, ese debe ser Pedri: el nuevo antih¨¦roe de los dibujos animados.