Simone Biles, la gimnasta que?todo?lo?eclipsa
La deportista, la mejor de la historia en su disciplina, otra vez campeona ol¨ªmpica, se lleva todo los focos despu¨¦s de cambiar para siempre su deporte
Simone Biles, de nuevo campeona ol¨ªmpica, ha dinamitado la gimnasia. En los 11 a?os que lleva en la ¨¦lite no solo ha dominado su deporte como ninguna otra gimnasta en la historia (ni Nadia ni Olga ni Latynina ni Tourischeva, nadie) y se ha convertido en una estrella mundial que genera ingresos millonarios y una expectaci¨®n total (de Tom Cruise a Lady Gaga, pasando por Beyonc¨¦ y Taylor Swift), sino que ha reventado todos los tab¨²es que rodean su deporte: que solo es apto para ni?as cuya carrera dura apenas los cuatro a?os de un ciclo ol¨ªmpico; que las gimnastas no tienen vida m¨¢s all¨¢ de los en...
Simone Biles, de nuevo campeona ol¨ªmpica, ha dinamitado la gimnasia. En los 11 a?os que lleva en la ¨¦lite no solo ha dominado su deporte como ninguna otra gimnasta en la historia (ni Nadia ni Olga ni Latynina ni Tourischeva, nadie) y se ha convertido en una estrella mundial que genera ingresos millonarios y una expectaci¨®n total (de Tom Cruise a Lady Gaga, pasando por Beyonc¨¦ y Taylor Swift), sino que ha reventado todos los tab¨²es que rodean su deporte: que solo es apto para ni?as cuya carrera dura apenas los cuatro a?os de un ciclo ol¨ªmpico; que las gimnastas no tienen vida m¨¢s all¨¢ de los entrenamientos; que est¨¢n hechas para aguantarlo todo sin rechistar, entrenamientos implacables, la presi¨®n propia de la alta competici¨®n y hasta los abusos m¨¢s truculentos.
Pues en este mundo cerrado y misterioso se plant¨® Biles en 2013, a¨²n con brackets, y un primer elemento propio, un doble mortal en plancha con medio giro que nadie hab¨ªa realizado antes. Gan¨® el Mundial y todo empez¨® a cambiar. En el tapiz, donde ha sumado todos los t¨ªtulos posibles (seis t¨ªtulos absolutos, todos los que ha disputado, y una veintena larga de medallas por equipos y aparatos en los Mundiales; campeona ol¨ªmpica absoluta en R¨ªo 2016 y un par m¨¢s en Tokio 2020) e inventado varias acrobacias imposibles para cualquier otra mujer; y fuera de ¨¦l. Primero por el esc¨¢ndalo que llev¨® a la c¨¢rcel a Larry Nassar, uno de los fisios del equipo estadounidense culpable de abusar sexualmente de decenas de gimnastas, incluida Simone, y despu¨¦s cuando abandon¨® de forma prematura los Juegos de Tokio por un bloqueo mental y puso encima de la mesa un debate del que no se hab¨ªa hablado nunca tan abiertamente, la salud de las deportistas por encima de sus resultados.
Ahora las gimnastas son mayores, tienen voz propia y la utilizan cuando quieren. Se expresan con libertad en las redes, bailan para todos, salen, viven. Se tat¨²an y se pintan las u?as. Se celebran unas a otras en p¨²blico. En Par¨ªs son un ej¨¦rcito las que han superado la veintena, cuando hace una d¨¦cada las gimnastas adultas eran la excepci¨®n. No est¨¢ Chusovitina, la reina de las veteranas a punto de los 50 a?os, pero adem¨¢s de Simone (27 a?os) y tres de sus compatriotas, aqu¨ª est¨¢n la brasile?a Andrade (25), la canadiense Ellie Black (28) o la brit¨¢nica Becky Downie, clasificada para la final de paralelas a los 32. Y son solo los ejemplos m¨¢s exitosos.
Las gimnastas tampoco son ya una sombra silenciosa y misteriosa detr¨¢s de sus entrenadores, como lo fue la gran Nadia Comaneci. Las hay que incluso se casan y no pasa nada si deciden dejar un par de a?os los exigentes y largu¨ªsimos entrenamientos y volver luego a la ¨¦lite con opciones, como hizo Simone.
As¨ª que la gimnasia se ha vuelto multicolor, variada y excitante, gracias en buena parte al brillo de Biles y al buen rollo que desprende. Un brillo que, a veces, eclipsa todo lo dem¨¢s. Eclipsa a la brasile?a Andrade, un talento f¨ªsico y t¨¦cnico que no habr¨ªa tenido competencia en otras ¨¦pocas y que ahora se consuela con ganar cuando la estadounidense no est¨¢ (aunque en el ¨²ltimo Mundial fue mejor en el salto). Al magn¨ªfico equipo italiano, que igual lidera una de las hermanas D?Amato (Alice acab¨® la final individual en cuarta posici¨®n) que Manila Esposito (campeona de Europa) que la explosiva Andreoli y que ha logrado en Par¨ªs una emocionant¨ªsima e incuestionable plata ol¨ªmpica. A la maravillosa Kayla Nemour, que, peleada desde hace a?os con Francia, compite con Argelia y deber¨ªa convertirse en medallista el s¨¢bado en la final de paralelas. A la explosiva Jordan Chiles y la campeona ol¨ªmpica de Tokio Sunisa Lee, compa?eras de equipo. A la canadiense Black, que va por sus cuartos Juegos y es una gozada de ver en todos los aparatos. Al equipo chino, que mantiene su estilo de otro planeta y su t¨¦cnica depurada en barra y paralelas, tan diferente del resto¡ Incluso a la desgraciada escuadra francesa, que termin¨® entre l¨¢grimas los Juegos pero que tiene una de las estrellas m¨¢s excitantes del panorama mundial, M¨¦lanie de Jesus dos Santos. Hay tan buena gimnasia en Par¨ªs y tantas historias por contar que ni siquiera echamos de menos (o solo un poco) a Melnikova, Listunova y el resto de rusas.
As¨ª que, disfrutemos de Biles y de todo lo que representa. Su carrera durar¨¢ lo que ella quiera. Pero sus efectos han cambiado para siempre la gimnasia.
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