Muerte, resurrecci¨®n y ¨¦xtasis de Espa?a, que derrota a Colombia y jugar¨¢ las semifinales ol¨ªmpicas

Espa?a caminaba a la pata coja y a ciegas sobre el precipicio de los Juegos. A su obituario ol¨ªmpico, redactado por una Colombia que parec¨ªa inabordable, solo le faltaba el matasellos. Espa?a regres¨® a la vida desde un lugar muy lejano para acabar la tarde en las semifinales, que disputar¨¢ el pr¨®ximo martes a las 21.00 en Marsella contra Brasil, que derrot¨® a Francia (0-1). Igual¨® un 0-2 a partir del minuto 80, Irene Paredes se redimi¨® en el 97 y todav¨ªa tuvo que acudir a la tanda de penaltis (4-2) para abatir a una selecci¨®n cafetera poderosa, emocionante y ag¨®nica que primero tuvo a Espa?a asfixiada y luego resisti¨® todo lo que le vino encima. Menos la tanda de penaltis. La parada de Cata Coll a Usme en el primer lanzamiento y el fallo de Salazar en el tercer turno contrast¨® con la pericia de las espa?olas desde los 11 metros. Mariona Caldentey, Eva Navarro, Salma Paralluelo y Aitana Bonmat¨ª no fallaron.

Fue una tarde abrasiva e interminable: 150 minutos entre el tiempo inicial, la pr¨®rroga y los infinitos descuentos. Pero toda esta eternidad no le alcanz¨® a Espa?a para imponerse sin recurrir al thriller de las penas m¨¢ximas. Su angustia fue enorme frente al equipo de la delantera Mayra Ram¨ªrez, una gigante por la que el Chelsea pag¨® hace meses medio mill¨®n de euros. Nadie le pudo echar el lazo. Solo la insistencia y ese punto extra de las campeonas del mundo les permiti¨® sobrevivir a un duelo al l¨ªmite. La sesi¨®n result¨® tan inacabable que a Paredes le dio tiempo a flojear peligrosamente atr¨¢s y a atrapar el empate en el descuento como esos viejos centrales que se lanzan arriba como el ¨²ltimo salvavidas.

El f¨ªsico ligero y el f¨²tbol bailar¨ªn de Espa?a choc¨® en las desangeladas tribunas de Lyon con la roca colombiana. Un equipo recio, amargo y muy musculado que meti¨® a la selecci¨®n en un estrecho pasadizo. Quien primero lo padeci¨® fue Alexia Putellas. A los pocos minutos, la azulgrana sufri¨® una emboscada de dos rivales, le levantaron el bal¨®n y las sudamericanas encontraron en dos toques a Mayra Ram¨ªrez, m¨¢s r¨¢pida que Paredes y muy h¨¢bil ante la enmascarada Cata Coll.

El 0-1 ilustr¨® todo lo que le quedaba por sufrir a la cuadrilla de Montse Tom¨¦. Colombia hac¨ªa valer su idea gregaria y sus r¨¢pidas salidas. Espa?a trataba sin ¨¦xito de darle velocidad a la pelota. Una tendencia que se fue consolidando con el paso de los minutos. Las cafeteras eran un hueso.

Un disparo potente a la media vuelta de Paralluelo, todav¨ªa con empate, y una volea centrada de Bonmat¨ª fue todo lo que pudo producir la selecci¨®n hasta el intermedio. El tiempo fue encapotando su f¨²tbol, sin rendijas por donde colarse mientras Colombia aprovechaba la m¨ªnima para tirarse al cuello. Pavi, que se march¨® lesionada y en l¨¢grima viva al borde del descanso, amenaz¨® a Coll con un centro que peg¨® en el palo. El ce?o fruncido de Montse Tom¨¦ era la imagen de la selecci¨®n.

Paralluelo de lateral

El intento de darle otra vez m¨¢s velocidad a la circulaci¨®n despu¨¦s de la pausa choc¨® pronto con la realidad que a esas alturas todav¨ªa se impon¨ªa. Linda Caicedo sac¨® de rueda a Ona Batlle, su disparo violento lo rechaz¨® Coll y a Paredes la pillaron blanda. Leicy Santos se cobr¨® el 0-2.

La hegemon¨ªa f¨ªsica de Colombia a¨²n qued¨® retratada m¨¢s claramente por una acci¨®n de Mayra Ram¨ªrez en la que hizo lo que quiso y con quien quiso. Solo Coll evit¨® el siniestro total. No lo pareci¨® entonces, pero ese fue el cambio de agujas de la tarde. Al instante, Jenni Hermoso pill¨® un bal¨®n suelto y abri¨® un butr¨®n en la fortaleza cafetera: 1-2.

Tom¨¦ agit¨® el avispero, y la f¨®rmula de Eva Navarro por la derecha, Paralluelo de lateral izquierdo y Tere Abelleira manejando los hilos le dio r¨¦ditos. Con el colch¨®n del descuento infinito, la carga ya fue total de Espa?a, hasta que Paredes caz¨® un centro de Paralluelo.

Colombia se hab¨ªa quedado sin Ram¨ªrez ni Linda Caicedo y su amenaza arriba mengu¨®, pero su resistencia no se agriet¨® en los 50 minutos que dur¨® el tiempo extra m¨¢s las prolongaciones. No hubo manera de que Espa?a inclinara el choque en acciones de jugada. Solo los penaltis la aliviaron despu¨¦s de una tarde de perros. Las campeonas del mundo contin¨²an en la pelea por la gloria ol¨ªmpica.

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