Attaoui se convierte en el segundo espa?ol en una final ol¨ªmpica de 800m
El atleta c¨¢ntabro, de 23 a?os, pelear¨¢ el s¨¢bado (19.05) por la primera medalla espa?ola en la especialidad m¨¢s igualada
En la pista lavanda naufragan los dos relevos largos espa?oles y vuela de nuevo el maravilloso Letsile Tebogo, que apenas 14 horas despu¨¦s de proclamarse campe¨®n ol¨ªmpico de 200m (19,46s) lidera la exhibici¨®n botsuana con una primera posta de 44,4s, saliendo de tacos, que deja lejos a todos, sobre todo a Estados Unidos que, como una boutade, entrega la primera posta al ni?o de 16 a?os Quincy Wilson, un fen¨®meno medi¨¢tico y viral, que corre lastimosamente (47,30s), y obliga al veterano Vernon Norwood a emplearse a fondo (43,60s lanzado) como atleta para no quedar eliminados y luego como padre putativo del chico expuesto a un fracaso casi seguro abraz¨¢ndolo y d¨¢ndole sabios consejos para que supere el trago. Ni rastro de Noah Lyles, el campe¨®n de los 100m, quien tras anunciar que tiene covid renunci¨® a correr m¨¢s en Par¨ªs, ni el relevo corto ni el largo.
Y brilla Moha Attaoui, un espa?ol para la final de 800m.
Cuenta Moha Attaoui la semifinal y es el relato de un n¨¢ufrago al que una jueza severa quiere privar de un buchecito de agua antes de salir, y un belga testarudo le obliga a estirar el cuello todo lo que puede para sobrevivir. Un n¨¢ufrago fuerte y veloz, finalmente rescatado por su propio talento de la asfixiante isla violeta del Stade de France para convertirse el s¨¢bado (19.05) en el segundo espa?ol en una final ol¨ªmpica de 800m.
El agua, la botella abierta de la que llega dando peque?os tragos desde la c¨¢mara de llamadas a las 11.40 de la llamada, sol que pica, se la roba del bloque que marca su calle, la 5, antes de salir una jueza estricta, y tiene que perseguirla para que le d¨¦ otra, ya que se niega a darle la botella abierta. ¡°Joder, le tuve que decir, ?qu¨¦ m¨¢s da que me des la botella?¡±, explica. ¡°Me cabrea un poco. Fastidia un poco la concentraci¨®n, pero tampoco es para tanto¡±. La boca seca, el traguito, los nervios. No para de moverse antes de que den la salida, en su l¨ªnea¡°. Estaba muy nervioso. No s¨¦ a qu¨¦ se debe, pero tanto en la serie como en la semi, creo que en la vida me he puesto tan nervioso. He intentado hacer de todo, pero, nada, no hab¨ªa manera de calmarme¡±.
Despu¨¦s, corre, y suda. Sufre.
¡°He corrido mal, muy mal, y eso que ten¨ªa buenas piernas. He ido muy atr¨¢s y luego al toque de campana pude adelantar unas plazas por el interior, pero me encontr¨¦ un poco encerrado¡±, relata el atleta de Torrelavega, que a los 23 a?os sucede a Adri¨¢n Ben, el que abri¨® la puerta a la generaci¨®n, finalista (y quinto) en los Juegos de Tokio. ¡°S¨ª que podr¨ªa haberme salido y haber atacado a falta de 300, pero sab¨ªa que no ten¨ªa que hacer eso. Los rivales de hoy eran muy duros. Puede que cambiase y en los ¨²ltimos 50 metros me pasaran. Y bueno, en el ¨²ltimo 100, dec¨ªa, van a pinchar, van a pinchar y voy a poder colarme por el interior o por el centro. Y como no ve¨ªa un hueco, me tuve que abrir fuera y bracear, bracear todo lo posible y meter la cabeza para ganarle al belga Crestan la posici¨®n y colarme en la final¡±. Termina cuarto, y pese a haber corrido mal, como dice, con una marca magn¨ªfica (1m 43,69s) que le clasifica. ¡°Por la ma?ana, aunque haya hecho un 1.43 me sigue costando correr bien. Me despierto a las siete de la ma?ana, salgo a rodar cinco minutos, diez, para intentar despertarme un poco, pero a¨²n eso me sigue costando. Y por las tardes estos d¨ªas me encontraba con una energ¨ªa que dec¨ªa, joder, ojal¨¢ fuese por la ma?ana esta vitalidad... Creo que voy a plantear la carrera igualmente corriendo desde atr¨¢s. Y ya est¨¢. Creo que es cuando mejor lo hago, ya est¨¢¡±.
All¨ª se encontrar¨¢ con la cr¨¨me de la cr¨¨me de una prueba que vive una apoteosis de buenas marcas, a la que ¨¦l ha contribuido. Con ¨¦l, noveno mejor de todos los tiempos desde hace menos de un mes con su 1m 42,04s, estar¨¢n el 3? (el argelino at¨®mico Djamel Sedjati, otro mundo, 1m 41,46s), el 4? (el keniano Emmanuel Wanyonyi, 1m 41,58s) y el 5? (el franc¨¦s Gabriel Tual, 1m 41,63s), y otros dos que como ¨¦l han bajado de 1m 43s, el norteamericano Bryce Hoppel, campe¨®n del mundo en pista cubierta, y el canadiense Marco Arop, un armario, campe¨®n del mundo en Budapest. Y los dos que quedan son temibles, el ingl¨¦s de 22 a?os de gran clase al que las lesiones han frenado la progresi¨®n, y el botsuano de final el¨¦ctrico Tshepiso Masalela.
¡°La final va a ser brutal. El nivel que hay en el 8 ya lo hab¨¦is visto. Es incre¨ªble¡±, dice Attaoui despu¨¦s de terminar cuarto. ¡°Lo de la marca es secundario. S¨ª, te vale para decir, tengo 1.42, 1.43, pero luego tienes que correr igual que todo el mundo y estar ah¨ª. Yo creo que nadie en Gran Breta?a dar¨ªa un duro porque pasase Burgin y se quedase fuera Pattison, que es de 1.42, y as¨ª ha sido. La marca con la que vengas no vale para nada¡±.
Una final ol¨ªmpica es la ¨²ltima etapa de un viaje transformador que inici¨® Attaoui en enero. El atleta de Torrelavega, que comenz¨® en el 1.500m, y all¨ª acabar¨¢, se revel¨® al mundo plantando bombas, su cambio nuclear que pocos atletas de 800m poseen, seco, en el Mundial de Budapest, donde aunque no se lleg¨® a la final, logr¨® en la semifinal su mejor marca entonces (1m 44,35s). La actuaci¨®n deslumbr¨® a los responsables de On, la zapatilla que calza, que le ofrecieron un contrato de profesional de verdad. Debi¨® abandonar sus entrenamientos en Torrelavega con Ra¨²l Guti¨¦rrez, y enrolarse en largos campos de altitud en Sud¨¢frica y en Saint-Moritz la mayor parte del a?o. Aprender ingl¨¦s y esperar a que saltara la qu¨ªmica con su nuevo entrenador, un joven de Leipzig llamado Thomas Dreissigacker. Una progresi¨®n modelo que a¨²n no ha culminado. La final ol¨ªmpica es un paso m¨¢s.
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