La Espa?a m¨¢s coral ya est¨¢ en semifinales

Parec¨ªa que ser¨ªa, una vez m¨¢s, el cuento de nunca acabar, que se repetir¨ªa la frase de que jug¨® como nunca y perdi¨® como siempre. Reminiscencias de las dos ¨²ltimas descabalgadas de Espa?a en las grandes citas, en el Mundial 2019 ante Estados Unidos y en la Eurocopa 2022 frente a Inglaterra, donde pusieron el f¨²tbol pero no la victoria. Result¨®, sin embargo, que Mariona primero y Salma en la segunda parte de la pr¨®rroga rebatieron a Michael Ende y su Historia Interminable, estiletes de una Espa?a que jug¨® y venci¨® a la espa?ola, el triunfo que reescribe su historia. La selecci¨®n disputa...

Parec¨ªa que ser¨ªa, una vez m¨¢s, el cuento de nunca acabar, que se repetir¨ªa la frase de que jug¨® como nunca y perdi¨® como siempre. Reminiscencias de las dos ¨²ltimas descabalgadas de Espa?a en las grandes citas, en el Mundial 2019 ante Estados Unidos y en la Eurocopa 2022 frente a Inglaterra, donde pusieron el f¨²tbol pero no la victoria. Result¨®, sin embargo, que Mariona primero y Salma en la segunda parte de la pr¨®rroga rebatieron a Michael Ende y su Historia Interminable, estiletes de una Espa?a que jug¨® y venci¨® a la espa?ola, el triunfo que reescribe su historia. La selecci¨®n disputar¨¢ por primera vez las semifinales del Mundial, y se medir¨¢ a Suecia el pr¨®ximo martes (10.00 h. La1). La otra semifinal saldr¨¢ del doble enfrentamiento de este s¨¢bado entre Australia - Francia (9.00 h. TVE) e Inglaterra - Colombia (12.00 h. TVE)

Decidi¨® Vilda dar continuidad a la revoluci¨®n, un equipo calcado al que abras¨® a Suiza en cuartos, con la excepci¨®n de la entrada de Mariona por Salma, una extremo con menos desborde y recorrido, aunque con m¨¢s brega y facilidad para guardar la pelota ante el cuadrado que formaban las tulipanes en el centro. Tambi¨¦n fue un acierto may¨²sculo porque la futbolista interpret¨® como nadie los espacios y el duelo, ya que la propuesta neerlandesa, que acumulaba jugadoras por dentro, exig¨ªa tocar de forma displicente y precisa, esa que defiende La Roja porque se prefiere el pase a la carrera y el toque al f¨ªsico, toda vez que las menudas o enjutas deben soltar el bal¨®n antes que recibir la tarascada. Y como el pie prevaleci¨®, Espa?a se signific¨®.

Si bien le costaba conjugar el bal¨®n desde atr¨¢s, atorada ante el acoso avanzado rival, a la que romp¨ªa la l¨ªnea llegaba con igualdad de piezas al campo contrario. Ed¨¦n para Mariona, que relat¨® su juego con carreras y centros, con f¨²tbol superdotado. En una de esas, encontr¨® a Esther para que trazara una pared con Jenni y quedarse sola ante Van Domselaar. Pero entre chutar o pasar, tartamudeo de pies, eligi¨® el camino intermedio y la ocasi¨®n se qued¨® en agua de borrajas. Aunque lat¨ªa Espa?a por la izquierda, Mariona al cuadrado, m¨¢s profunda que en otras ocasiones, toma centro para una Alba Redondo que, tras una diagonal, lo atac¨® con la cabeza; remate que la portera desvi¨® con la manopla, bal¨®n al palo. En el rechazo, forzada y con su pierna mala (la derecha), Alba volvi¨® a probar fortuna, a llevarse una cachetada de infortunio porque el poste, pu?etero, volvi¨® a escupir el esf¨¦rico hacia fuera.

No replicaba demasiado Pa¨ªses Bajos, acaso con las carreras de Lineth Bolt Beerensteyn, desnortadas todas en cualquier caso por la escasez de bal¨®n entre los pies, solo acentuadas con un acoso avanzado que s¨ª hac¨ªa tiritar en ocasiones a Espa?a, temblores de responsabilidad y presi¨®n. Como ese pase-piedra atr¨¢s a Cata que en vez de tirarla a la Conchinchina trat¨® de poner en juego, bola para el rival que bien podr¨ªa haber hecho diana, al final jugada anulada porque la pelota hab¨ªa salido por el fondo. O un brazo arriba de Laia Codina en un saque de esquina que casi toca el esf¨¦rico¡­ Pero poco m¨¢s porque La Roja amasaba la redonda y porque el duelo se jugaba al otro lado de la red, donde Jenni y Aitana hac¨ªan de quarterbacks, donde Esther y Mariona probaban el disparo de media distancia. Quedaba m¨¢s, efervescencia roja, espect¨¢culo de Mariona, que con un control a la media vuelta salt¨® otra l¨ªnea de presi¨®n y puso un nuevo centro para Alba, que le peg¨® con el interior y mal, pero al menos para una Esther que le puso el lazo para enviarla a la red. Era gol, pero no vali¨®, fuera de juego descifrado por el VAR. Muchas ocasiones para ning¨²n gol, eco de la manida frase del que perdona lo paga.

Todo empez¨® como acab¨® tras el entreacto, recorte de Esther ¨Cuna peque?a giganta que se pele¨® con el mundo para estirar el campo y generar espacios¨C y latigazo, bola que le hizo cosquillas al poste por fuera. M¨¢s de lo mismo y todav¨ªa menos de Pa¨ªses Bajos, que segu¨ªa sin encontrar a Jill Roord (acab¨® sustituida) ni a Martens, inopia total, penalizada porque Espa?a no bajaba de revoluciones, porque se llevaba todas las segundas jugadas. Aunque Pa¨ªses Bajos manten¨ªa su picante, las carreras hipers¨®nicas de Beerensteyn, susto morrocotudo el suyo porque gan¨® la carrera a las centrales y porque al notar contacto por detr¨¢s de Paredes, se tir¨® en el ¨¢rea para provocar penalti. El VAR, de nuevo, desacredit¨® al silbato, sigan, sigan, pues Paredes meti¨® el cuerpo con la posici¨®n ganada. Entendi¨® entonces Pa¨ªses Bajos que su f¨²tbol deb¨ªa configurarse con desplazamientos largos y a la espalda de la defensa rival, balones que, sin embargo, desactivaba Cata Coll con sus pies y sangre fr¨ªa. Suficiente para recobrar la pelota y la iniciativa, para gobernar otra vez en el centro del campo.

Y ya con Salma en el terreno, piernas para qu¨¦ te quiero, La Roja puso una marcha m¨¢s, quiebros y sprints, tambi¨¦n un centro que se convirti¨® en veneno porque Van der Gragt puso la mano y la inconsciencia, un penalti que no vio la colegiada, pero s¨ª el VAR porque la extremidad estaba dentro del ¨¢rea. Mariona, en combusti¨®n, le pidi¨® la bola a Jenni ¨Cfall¨® una ante Costa Rica¨C y ret¨® a Van Domselaar. Chut con la derecha cruzado y raso, al palo y a la red, la rebeli¨®n de Espa?a. O casi.

M¨¢s que nada porque Pa¨ªses Bajos adelant¨® las l¨ªneas y Espa?a, un tanto timorata, decidi¨® retrasar las suyas, al tiempo que Vilda opt¨® por el m¨²sculo ¨CIrene Guerrero por Aitana¨C antes que por el control. P¨¦rdida de la iniciativa para amarrar el resultado, p¨¦rdida del rumbo. Jauja para Pa¨ªses Bajos, siempre f¨ªsica y que corr¨ªa que se las pelaba, balones profundos que hac¨ªan m¨¢s que pupa a la defensa contraria. Tanto, que llegaron las ocasiones tulipanes, una de Beerensteyn, otra de Snoeljs y, una m¨¢s, la definitiva, de Van der Gragt, ruptura desde atr¨¢s y definici¨®n estupenda: empate en el tiempo a?adido. Volv¨ªan a aparecer los fantasmas de Espa?a, unas pesadillas ya vividas, pr¨®rroga a la vista.

Sin tantas piernas ni ox¨ªgeno, Espa?a pretendi¨® entonces jugar a lo que sabe, f¨²tbol que descascarillaba a una Pa¨ªses Bajos m¨¢s completa en lo f¨ªsico. Vilda, adem¨¢s, apost¨® por lo conocido, por volver a las ra¨ªces, por poner a Alexia para salvaguardar la pelota y catapultarla, tambi¨¦n para acelerarla en las zonas calientes con Eva Navarro. Y un centro suyo bien vali¨® el remate de Jenni y la estirada de Van Domselaar. Espa?a volv¨ªa a jugar, a sonre¨ªr. Pero Beerensteyn ten¨ªa m¨¢s gasolina, m¨¢s carreras por ofrecer, como esa que le plant¨® ante Cata, buena ocasi¨®n y mala definici¨®n. ?Holland, Holland!¡±, reverberaba el estadio. O¨ªdos sordos de Salma, que, atleta por vocaci¨®n y futbolista por devoci¨®n, mezcl¨® sus pasiones para hacer de Speedy Gonsalez, para recibir el bal¨®n a la carrera, inventarse un regate y soltar el disparo cruzado, de nuevo al poste aunque, esta vez s¨ª, adentro. As¨ª, Espa?a se estrenar¨¢ en una semifinal del Mundial. Gracias al juego coral, gracias a Mariona de Espa?a y gracias a una Salma con capa.

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