Espa?a, un lustro de avances y un ¨²ltimo a?o muy turbulento
El buen Mundial de La Roja afianza un camino de mejoras en un deporte al alza sacudido por el choque entre jugadoras y federaci¨®n
Hace seis a?os no ten¨ªan nada. No ten¨ªan en qui¨¦n mirarse, ni campos decentes en los que entrenarse. Cuando jugaban con la camiseta de Espa?a, ni siquiera luc¨ªan su nombre a la espalda. Solo un n¨²mero. Hace cuatro a?os, cuando se celebr¨® el ¨²ltimo Mundial femenino de f¨²tbol y La Roja cay¨® en octavos de final ante EE UU, no hab¨ªa convenio colectivo alguno, ni estaba sobre la mesa la necesidad de reconocer los derechos laborales de las futbolistas.
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Hace seis a?os no ten¨ªan nada. No ten¨ªan en qui¨¦n mirarse, ni campos decentes en los que entrenarse. Cuando jugaban con la camiseta de Espa?a, ni siquiera luc¨ªan su nombre a la espalda. Solo un n¨²mero. Hace cuatro a?os, cuando se celebr¨® el ¨²ltimo Mundial femenino de f¨²tbol y La Roja cay¨® en octavos de final ante EE UU, no hab¨ªa convenio colectivo alguno, ni estaba sobre la mesa la necesidad de reconocer los derechos laborales de las futbolistas.
Hoy, Espa?a est¨¢ entre las cuatro mejores selecciones del mundo. Despu¨¦s de un a?o convulso en el que las exigencias de un grupo de deportistas de ¨¦lite abri¨® un cisma en una de las federaciones de f¨²tbol m¨¢s poderosas del planeta. Ellas, acostumbradas muchas a los lujos de clubes como el Barcelona, demandaban m¨¢s profesionalizaci¨®n en Las Rozas. Y m¨¢s empat¨ªa. Despu¨¦s de tantos a?os en la sombra, las futbolistas espa?olas quer¨ªan que el f¨²tbol espa?ol, sus dirigentes, sus t¨¦cnicos, estuviera a la altura. A la altura de una Bal¨®n de Oro, de unas campeonas de la Champions, de una Liga cada d¨ªa m¨¢s emocionante en la que, al fin, entraron a competir los clubes grandes y le dieron el m¨²sculo econ¨®mico que le faltaba.
Tras a?os en permanente conflicto, se iniciaba la revoluci¨®n. Y cuando se sumaron los equipos y las federaciones, ellas, convertidas ya en referentes, se esforzaron porque no se quedaran a medias. La trayectoria del equipo espa?ol en Australia y Nueva Zelanda demuestra que el camino, espinoso, no ha sido en balde.
¡°?Qu¨¦ necesitas?¡±, le pregunt¨® Luis Rubiales al asumir la presidencia de la federaci¨®n espa?ola en mayo 2018 a Rafa del Amo, vicepresidente federativo y presidente del f¨²tbol femenino. ¡°De todo¡±, respondi¨® este. Desde entonces, en cinco a?os y al sprint, han cambiado muchas cosas. La secci¨®n femenina ya es un departamento exclusivo de la federaci¨®n ¡ªhasta entonces se desligaba del juvenil¡ª que ha contabilizado ¨¦xitos sin parar y que ahora tiene a la absoluta en la semifinal del Mundial. ¡°Rafa, ?qu¨¦ est¨¢is haciendo que gan¨¢is todo en las inferiores?¡±, le pregunt¨® en el pasado Mundial sub-20 el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, que reconoci¨® a Espa?a como la mejor en formaci¨®n, ya con 10 t¨ªtulos en cinco cursos, siete Eurocopas y tres Mundiales, adem¨¢s de dos subcampeonatos planetarios.
La desventaja hist¨®rica de La Roja con otros pa¨ªses siempre fue notoria. Y sigue si¨¦ndolo en parte. Por ejemplo, en pa¨ªses como Noruega y Dinamarca se presentan los mismos presupuestos para el equipo masculino que para el femenino; en Suecia, hace cinco a?os, cuadriplicaban las licencias de Espa?a; y en Estados Unidos se cre¨® la ley federal Title IX en 1972 que prohib¨ªa la discriminaci¨®n en base al sexo en los programas de educaci¨®n apoyados por el Estado, lo que oblig¨® a las universidades a crear programas exclusivos para las mujeres. Pasos que impulsaron su ¨¦xito y convirtieron a esos pa¨ªses en potencias al tiempo que en Espa?a reinaba el amateurismo. El f¨²tbol femenino no se reconoci¨® hasta 1983 y la primera competici¨®n nacional lleg¨® en 1988. ¡°Ahora se ha igualado todo a nivel f¨ªsico, todas son atletas, se cuidan y buscan la excelencia. As¨ª que los equipos solo se diferencian por el talento. Y en eso en Espa?a somos de las mejores¡±, resuelve Ana ?lvarez, directora del f¨²tbol femenino de la federaci¨®n desde 2022, antes directora de marketing. Un cambio radical en Espa?a ¡ª¡±antes iba a los colegios y nadie me daba un nombre de una de nuestras jugadoras; hoy se las saben casi todas¡±, explica Del Amo¡ª que se ha construido casi de la nada.
¡°Pues no tengo despacho¡¡±, se lament¨® el seleccionador Jorge Vilda en el primer d¨ªa de trabajo de Del Amo, ojipl¨¢tico porque ese despacho todav¨ªa pertenec¨ªa a su predecesor Ignacio Quereda, obligado a dimitir m¨¢s de un a?o antes tras ser acusado de abuso de poder y desconsideraci¨®n constante hacia las jugadoras. Era 2015 y todo era un guirigay. ¡°Si se necesitaba un preparador de porteros, se cog¨ªa del masculino. O cualquiera del cuerpo t¨¦cnico. Las equipaciones entalladas no llegaron hasta 2019, solo hab¨ªa tres patrocinadores y ahora ya son 16¡¡±, enumera Ana ?lvarez. Todo estaba por hacer. En 2018, por ejemplo, en la Copa de la Reina participaron ocho equipos y ahora lo hacen m¨¢s de 50; no se celebraba la Supercopa desde el a?o 2000... ¡°Hasta que se cre¨® el departamento de f¨²tbol femenino, en el que cada a?o se suma gente. Ya es algo global, pues todo est¨¢ relacionado (y especializado en f¨²tbol femenino) con comunicaci¨®n, con marketing, servicios jur¨ªdicos, viajes, operaciones, competiciones¡¡±, rese?a la directora del femenino. ¡°Por eso se ha pasado de un presupuesto de menos de tres millones a 27¡å, remarca.
Adem¨¢s, las reuniones en Las Rozas de todas las categor¨ªas son hoy m¨¢s habituales. ¡°Hasta hace poco hab¨ªa convocatorias residuales, una vez al a?o¡±, confirma ?lvarez. Pero desde hace cinco cursos las ni?as de 13 a?os ya se suman a la sub-15 y hay categor¨ªas secuenciales hasta la absoluta, incluso con las sub-15 y sub-23, que son oficiosas. ¡°No compiten, pero las concentramos casi cada mes y les hacemos jugar contra otros pa¨ªses para prepararlas¡±, expone la directiva. Todas las federaciones auton¨®micas est¨¢n guiadas bajo el mismo modelo y sistema, tambi¨¦n aconsejadas para aplicar la metodolog¨ªa, lo que facilita trabajar la base, competir en un contexto ideal y, de paso, mejorar el sistema de captaci¨®n. ¡°Es complicado que se nos escape alguna jugadora¡±, conviene Del Amo. Y eso que en cinco cursos se ha pasado de algo m¨¢s de 30.000 licencias a las 100.000 de ahora, y se supone que el impacto de este Mundial volver¨¢ a tener un fuerte tir¨®n.
Todos los cambios, sin embargo, parecieron insuficientes tras la pasada Eurocopa, cuando 15 jugadoras renunciaron a la selecci¨®n por discrepancias con la federaci¨®n. Quer¨ªan m¨¢s. Y tras meses de ruptura, la situaci¨®n se empez¨® a desencallar el pasado marzo. Hubo mucho di¨¢logo, con Vilda y con Rubiales, impulsadas las conversaciones por la hasta entonces capitana Irene Paredes. Se les pidi¨® a las futbolistas que quisieran regresar a la selecci¨®n que se retractaran con una nueva misiva en la que volvieran a postularse como convocables. Algunas lo hicieron. Algunas de ellas volvieron, como la propia Paredes, Bonmat¨ª o Caldentey; otras, no, caso de la portera Sandra Pa?os; y otras, como Mapi Le¨®n, Patri Guijarro o Claudia Pina, no dieron marcha atr¨¢s y est¨¢n siguiendo el Mundial a distancia. Pese a todo, el vestuario parece unido y las relaciones con el cuerpo t¨¦cnico son cordiales. Ninguna de las partes ha vuelto a alzar la voz. Los esfuerzos est¨¢n puestos hoy en el c¨¦sped. Y en hacer historia. Nunca antes la selecci¨®n hab¨ªa pasado de cuartos. Ahora persiguen alcanzar la final.
En esa carrera, la RFEF ha invertido y ha ayudado tambi¨¦n a los clubes y a ese ambicioso proceso de profesionalizaci¨®n. ¡°No se ha obligado a los clubes de Primera y Segunda a crear una secci¨®n femenina, pero la inversi¨®n debe ser correspondida. No es a cambio de nada¡±, se?ala Del Amo, que apunta que la federaci¨®n pone 2,5 millones para los campeonatos nacionales.
Aunque queda todav¨ªa por mejorar en la Liga F. ¡°Es profesional porque sale en el nombre de la competici¨®n, pero no es as¨ª¡±, lamentaba Aitana Bonmat¨ª, reivindicando que los campos no son siempre los adecuados, entre otras cosas. Adem¨¢s, la Liga pretende permitir nueve licencias de jugadoras extranjeras por equipo, extremo con el que choca la Federaci¨®n. ¡°Hay que creer, remar en la misma direcci¨®n y ver que con nuestras chicas hay potencial de sobra¡±, se?alan.
La evoluci¨®n y profesionalizaci¨®n del f¨²tbol jugado por mujeres y de la selecci¨®n absoluta es tremenda, tal y como se ha visto en Nueva Zelanda, donde hay m¨¢s de 60 personas que acompa?an al equipo cuando hace unos a?os apenas eran la mitad. Pod¨®logo, nutricionista, fisios, m¨¦dicos, responsables de comunicaci¨®n, de viajes, de operaciones, de seguridad¡
¡°?Qu¨¦ necesitamos?¡±, sigue preguntando Rubiales. Pero la respuesta ha cambiado. ¡°Pues ahora un gol m¨¢s que Suecia¡±, responden Del Amo y ?lvarez. Eso valdr¨ªa una plaza en la final del Mundial.
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