?Viva mi desgracia!
El escritor argentino Mart¨ªn Caparr¨®s y el mexicano Juan Villoro mantienen una correspondencia durante todo el torneo y constatan que el bal¨®n sabe tambi¨¦n mucho de amistad
Mart¨ªn querido:
Antes de mostrar mi taquicardia, respondo a dos pases que mandas en profundidad. Arremetes con justicia contra los jueces digitales y sus varvaridades. Los goles anulados han sido tantos, que en forma parad¨®jica produjeron un gol inesperado. En el partido contra Serbia, el centro delantero de Camer¨²n, Vincent Aboubakar, recibi¨® un bal¨®n que lo dej¨® solo en el eje de ataque. Un defensa se apresur¨® a marcarlo y el representante de los Leones Indomables actu¨® con la calma de quien ejerce el arte por el arte. Hizo una finta que mand¨® al suelo al ¨²ltimo defensor y resolvi¨® el mano a mano ante el portero tech¨¢ndolo con un globo aerost¨¢tico. Seguramente pens¨® que la jugada ser¨ªa invalidada, pues no la resolvi¨® con el apremio de quien tiene el marcador 1-3 en contra, sino como quien se divierte en un entrenamiento. De manera previsible, el ¨¢rbitro y el abanderado cancelaron la jugada; sin embargo, por una vez, el VAR sirvi¨® de algo y convalid¨® el prodigio para sorpresa del propio anotador.
El otro tema que adelantas es la sensatez de Scaloni. Argentina exporta al mundo m¨¢s entrenadores que bifes (M¨¦xico ha tenido tres a cargo de la selecci¨®n y a un sinf¨ªn en las ligas, incluyendo a Diego en los Dorados de Sinaloa). Desde que Osvaldo Zubeld¨ªa dot¨® de m¨ªstica al vestuario de Estudiantes de La Plata, los t¨¦cnicos argentinos han sido un vendaval ret¨®rico. Baste recordar los aforismos de Menotti, que van del quehacer en la cancha (¡°El f¨²tbol es el ¨²nico lugar donde me gusta que me enga?en¡±) a los h¨¢bitos privados (¡°El cigarrillo es la soledad que uno elige¡±).
Pep Guardiola encontr¨® su revelaci¨®n ¡ªvariante futbolera del camino de Damasco¡ª cuando Bielsa le prepar¨® un asado en Rosario y dedic¨® catorce horas de digesti¨®n a explicarle los secretos del oficio.
En un ¨¢mbito donde todos est¨¢n al borde de un ataque de nervios, Lionel Scaloni es tan exc¨¦ntrico que ejerce el sentido com¨²n. En situaciones cr¨ªticas prefiere que su tocayo Messi tome la palabra ante los jugadores. La exaltada albiceleste necesitaba un entrenador que operara como un ansiol¨ªtico. Despu¨¦s de la ins¨®lita derrota ante Arabia Saud¨ª, los tuyos est¨¢n en la siguiente ronda. ?Felicidades!
Paso ahora al drama mexicano. El meme m¨¢s comentado de ayer era: ¡°No todo est¨¢ perdido: todav¨ªa nos falta perder con Arabia Saud¨ª¡±. Nuestra vocaci¨®n de derrota se cocinaba a fuego lento para cantar como Javier Sol¨ªs ¡°?Viva mi desgracia!¡±.
Sin embargo, el Tri confirm¨® su condici¨®n bipolar. Despu¨¦s del bloqueo mental ante argentina, descubri¨® que existe la porter¨ªa contraria y gener¨® una veintena de opciones de ataque. El equipo tricolor fue una marea verde, no siempre ordenada, pero siempre enjundiosa, y por un momento acarici¨® la clasificaci¨®n. Henry Martin anot¨® a una distancia de cuchillero, con un remate de ¨¢rea chica, y Luis Gerardo Ch¨¢vez cobr¨® un tiro libre de excepcional punter¨ªa.
Con el 2-0 a favor se dio una circunstancia tr¨¢gica que s¨®lo acontece a los pa¨ªses nacidos para cosas dif¨ªciles. Polonia perd¨ªa 0-2 ante Argentina y eso nos emparejaba en puntos y promedio de goles. ?Pero la suma de tarjetas amarillas nos eliminaba! ?Una naci¨®n que vive para hacer tr¨¢mites y presentar documentos foliados estaba a punto de ser aniquilada por un expediente!
Nuestras oraciones partieron hacia dos rumbos del cielo: ped¨ªamos que Argentina anotara otro gol o que lo hicieran los nuestros, honrando los tres colores de la bandera.
As¨ª estaban las cosas cuando lleg¨® el tiempo de compensaci¨®n. Era el momento de darle sentido ¨¦pico a una de nuestras m¨¢s arraigadas costumbres:
La impuntualidad. No en balde, el fil¨®sofo popular de M¨¦xico, Jos¨¦ Alfredo Jim¨¦nez, inmortaliz¨® en la canci¨®n ranchera la tardanza de los h¨¦roes: ¡°No hay que llegar primero, pero hay que saber llegar¡±.
Sin embargo, est¨¢ visto que si de perfeccionar ca¨ªdas se trata, M¨¦xico juega a otro nivel. El Tata Martino sac¨® jugadores defensivos y mand¨® toda la carne al asador en un noble intento de conseguir el gol trigarante. La intenci¨®n era magn¨ªfica, pero la retaguardia se convirti¨® en un terreno de alquiler. Vino una descolgada, Arabia Saud¨ª lanz¨® paredes sin obst¨¢culo y Al-Dawsari, que ya hab¨ªa mostrado su peligrosidad ante Argentina, acab¨® para siempre con las ilusiones de un pa¨ªs cuyo mayor tesoro son las ilusiones.
Perdona que no hable de otra cosa, pero es el peor resultado de nuestra selecci¨®n desde Argentina 78. Sab¨ªamos que pod¨ªa pasar. Lo dijimos, lo escribimos, lo so?amos en amargas pesadillas. Pero nada de eso acababa con nuestra fe.
Hasta el ¨²ltimo segundo aspiramos al milagro de ser distintos.
No lo fuimos.
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