Argentina a la final: Diego, Daniel y todos los Lioneles del mundo
Una relatora de f¨²tbol quiere ponerle el nombre de Messi a su futuro hijo pero su novio dice que no, que todos los chicos se van a llamar as¨ª; de cosas como esta se habla en Argentina a d¨ªas de la final
Ahora, cuando estoy escribiendo esto, vos no sab¨¦s nada de lo que te espera, nada del mundo en el que naciste. No sab¨¦s nada del f¨²tbol y la alegr¨ªa que invade nuestro mundo hoy, cuando empezamos la cuenta regresiva para jugar una final en la Copa del Mundo. Y yo no s¨¦ casi nada de vos. Hasta ahora intento descifrar lo que me quer¨¦s decir cuando llor¨¢s o cuando me mir¨¢s o cuando mov¨¦s tus bracitos y la cabeza al mismo tiempo o cuando sonre¨ªs sin saber todav¨ªa que te est¨¢s riendo. Faltan cuatro d¨ªas para el d¨ªa m¨¢s feliz de nuestros d¨ªas y, pase lo que pase el domingo, creo que la vida, dure lo que dure, es fuerte e inquebrantable, que te va a ir bien y que ser¨¢s un ni?o que le podr¨¢ contar a todos sus amigos que vio a Argentina finalista de un Mundial y a un pa¨ªs desbordar de felicidad por un equipo de f¨²tbol. Que lo podr¨¢ hacer leyendo estas cartas. Desde que nos enteramos de tu llegada, Gino ¡ªy planificamos la compra de esta televisi¨®n gigante en la que desde hace casi un mes s¨®lo miramos f¨²tbol¡ª, la abuela repite que el mejor momento para una mujer es el embarazo y quiero serte sincera: no coincido en absoluto. A veces pienso que se debe a que la abuela nunca jug¨® al f¨²tbol. Creo que no logra decodificar las emociones que pueden generar una gambeta como la de Lionel Messi a Josko Gvardiol. Vos no lo viste, pero quedate tranquilo que lo tenemos registrado para pas¨¢rtelo una y otra vez: la resistencia a los manotazos para no perder el eje del cuerpo, el quiebre de cintura, el amague hacia un lado para despu¨¦s salir hacia el otro y el pase atr¨¢s, la solidaridad hecha jugada, para que Juli¨¢n Alvarez marcara el gol. Evidentemente la abuela no sabe que, en este juego con pelota que nos apasiona, pod¨¦s sentir electricidad en el pecho cuando mir¨¢s el pase magistral de Enzo Fern¨¢ndez a Juli¨¢n Alvarez, una conexi¨®n de potrero entre dos jovencitos, para que uno, el delantero, arremeta, insista, no pierda el arco como objetivo y tenga tambi¨¦n la dosis de suerte para llenarse la boca de ¡°o¡±. La ¡°o¡± de gooool, Gino, que ya aprender¨¢s a cantar, la ¨²nica vocal de la palabra monos¨ªlaba que estiramos y gritamos fuerte, bien fuerte, mientras vos dorm¨ªs en el living de casa.
?Y si est¨¢s so?ando con un Messi campe¨®n del mundo? Maldita sea, que l¨¢stima no poder tener una m¨¢quina que nos permita indagar en el origen de tu sonrisa de ni?o dormido. ?Ser¨¢ este Mundial el est¨ªmulo? No me hagas caso, no s¨¦ si por el 3 a 0 o porque esta selecci¨®n fue de menos a m¨¢s o porque estamos viendo al mejor Messi de todos, que me gana la ansiedad y ya quiero que hables y que patees, as¨ª jugamos a ser Lionel, el rey de la gambeta, en los jardines de un lugar. Son d¨ªas intensos, hijo, pasionales, reflexivos, verborr¨¢gicos. Te llevo en el cochecito por el barrio y seguramente escuch¨¢s que Dar¨ªo, el almacenero, hincha de Col¨®n, me pregunta c¨®mo veo a la Selecci¨®n. Es el que ahora toca el bombo en la esquina, mientras los autos pasan a puros bocinazos, mientras los colectivos van repletos de gente vestida de celeste y blanco que canta y baila en un transporte p¨²blico como si estuviera en una fiesta de cumplea?os a las 3 de la ma?ana. Nos vamos a abrazar con Dar¨ªo y con Noelia, de la verduler¨ªa, que sabe que siempre llevamos un kilo de bananas s¨ª o s¨ª, pero tambi¨¦n que sos de Boca y lo sabe incluso antes de que vos lo sepas. O con Diego Daniel, del restaurante de las mejores milanesas de Buenos Aires, que se llama as¨ª por Maradona y por Passarella ¡ªya te voy a hablar sobre esa combinaci¨®n tan rara¡ª, y que ahora festeja tambi¨¦n, como cada una de las personas de este barrio, de este pa¨ªs que te rodea.
Que quede claro, hijo, no es que no haya disfrutado el embarazo. Pero es que el f¨²tbol es tan grande. Para que te des una idea, nunca se me olvida la primera vez que llor¨¦ por este juego: ten¨ªa 11 a?os. Colombia hab¨ªa goleado a Argentina 5 a 0 en el camino hacia el Mundial de Estados Unidos 1994 y lo dej¨® al borde de la imposibilidad de jugar esa Copa. Yo estaba en un living como este, apagaba y prend¨ªa la tele, incr¨¦dula y con mi angustia a cuestas. Golpe¨¦ paredes de la bronca y llor¨¦, llor¨¦, hasta que Argentina jug¨® el repechaje con Australia y se meti¨® en el torneo que m¨¢s nos gusta. Y ahora, estas l¨¢grimas de emoci¨®n.
Para que te des una idea, hasta la t¨ªa Sol, que no sabe las reglas de juego, se pone contenta. Le gusta de este equipo la sensibilidad, esas expresiones que muestran a los jugadores como personas sensibles. La conmueve ver a Scaloni abraz¨¢ndose con sus hijos, a Messi festejando goles con el pu?o apretado y la mirada en el palco donde est¨¢ su familia, a De Paul diciendo en las c¨¢maras de televisi¨®n que est¨¢ enamorado. ¡°Miralo ¡ªme dir¨¢¡ª No tiene dramas en contar ante los ojos del mundo que est¨¢ enamorado y una ac¨¢ se cruza con cada bobo que no te tira un ¡®te amo¡¯ ni aunque les pagues¡±.
No quiero olvidarme de contarte que este d¨ªa, el del triunfo en semifinales contra Croacia, cuando el equipo demostr¨® una superioridad futbol¨ªstica que hasta aqu¨ª no hab¨ªa podido plasmar, Laura, la amiga de mam¨¢ que es relatora, intent¨® que su novio prometiera ponerle Lionel a un futuro hijo de ambos. De estos temas se habla hoy, a minutos del final del partido. Envi¨® reci¨¦n, al grupo de WhatsApp, la discusi¨®n que tuvieron y la conclusi¨®n de su pareja: ¡°No podemos ponerle de primer nombre Lionel ¡ªle dijo¡ª porque todos los ni?os del mundo se llamar¨¢n as¨ª. Se van a dar vuelta todos los pibes cuando lo nombren¡±.
Ac¨¢, antes del inicio de este Mundial, elegimos llamarte Gino. No quer¨ªamos una denominaci¨®n con carga futbolera y ca¨ªmos en un homenaje a los anarquistas Gino Gatti y Gino Luchetti. Nos convenci¨® el significado del nombre: Gino, el ¡°guerrero glorioso¡±. Ya nos cuestionar¨¢s esta y otras tantas decisiones.
Pero dejame que te confiese: hay instantes de estos d¨ªas en los que me apeno. Son mil¨¦simas de segundos en las que pienso que no pod¨¦s vivir realmente lo que esto significa. Que no pod¨¦s ya mismo guardar en tus recuerdos esta imagen de ¨¦xtasis colectivo, un pa¨ªs sonriendo por una nueva final en un Mundial. Por eso estas cartas, hijo. Por eso soy feliz al tipear, desde ahora y para siempre, como nuestro amor para toda la vida, que s¨®lo soy una mam¨¢ meciendo a su hijito y cont¨¢ndole que Argentina est¨¢ en la final de una Copa del Mundo. Y es cierto, todav¨ªa no te conozco del todo, pero ahora que te miro creo que s¨¦ qu¨¦ me quer¨¦s decir. Y coincido, ten¨¦s toda la raz¨®n del mundo. Nadie puede ser tan cruel con nosotros, el f¨²tbol no puede tan inhumano, tan desalmado, de dejar a Messi ¡ªde dejarte a vos¡ª sin una Copa del Mundo.
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