Objetivo: rescatar una causa fallida, la de Emma Raducanu

A punto de marcharse el escoc¨¦s Andy Murray, sin cuerda ya el veterano, Reino Unido se entrega a una cuesti¨®n de fe, de convicci¨®n, de enmendar el error colectivo. Un asunto patrio, pr¨¢cticamente, en tanto que desde hace mucho el deporte se convirti¨® en mucho m¨¢s que deporte para ejercer como uno de los embajadores troncales de un pa¨ªs. As¨ª que, ?volver¨¢ Emma Raducanu? ?recuperar¨¢ el rumbo insinuado? La l¨®gica invita a pensar que s¨ª, porque al fin y al cabo tiene solo 21 a?os y margen m¨¢s que de sobra para darle la vuelta a la situaci¨®n; pero muy delicada esta, dicho sea de paso. ...

A punto de marcharse el escoc¨¦s Andy Murray, sin cuerda ya el veterano, Reino Unido se entrega a una cuesti¨®n de fe, de convicci¨®n, de enmendar el error colectivo. Un asunto patrio, pr¨¢cticamente, en tanto que desde hace mucho el deporte se convirti¨® en mucho m¨¢s que deporte para ejercer como uno de los embajadores troncales de un pa¨ªs. As¨ª que, ?volver¨¢ Emma Raducanu? ?recuperar¨¢ el rumbo insinuado? La l¨®gica invita a pensar que s¨ª, porque al fin y al cabo tiene solo 21 a?os y margen m¨¢s que de sobra para darle la vuelta a la situaci¨®n; pero muy delicada esta, dicho sea de paso. La estruendosa explosi¨®n de hace tres a?os en Nueva York ¡ªconquist¨® el US Open con solo 18, sin ceder ning¨²n set en 10 partidos y procedente de la fase previa, hito in¨¦dito¡ª tuvo un alt¨ªsimo precio que hoy todav¨ªa paga la joven tenista, quien ahora renueva el ¨¢nimo y sonr¨ªe, pero que hasta hace nada lloraba. Y mucho.

¡°A veces pienso que desear¨ªa no haber ganado ese torneo¡±, ha llegado a decir, consumida por un ¨¦xito hasta cierto punto contraproducente, porque le concedi¨® fama y contratos millonarios, pero al mismo tiempo muy da?ino. Todo fue demasiado r¨¢pido y la gesti¨®n demasiado err¨¢tica: los titulares, los elogios y los abundantes ceros en la cuenta corriente. El producto, demasiado atractivo para firmas comerciales, agentes y medios, antes que la tenista. As¨ª que el batacazo fue sonado. ¡°Cuando era ni?a, mi padre me forz¨® a jugar a este deporte, pero a m¨ª no me gustaba; despu¨¦s, conforme fui haci¨¦ndome mayor, empez¨® a ser una prioridad en mi vida y comenc¨¦ a presionarme mucho a m¨ª misma¡±, reconoce. Lleg¨® entonces el pelotazo de Nueva York, y despu¨¦s una pronunciada cuesta abajo que naci¨® en lo psicol¨®gico y deriv¨® luego en lo f¨ªsico.

Operaciones de ambas mu?ecas, tambi¨¦n de un tobillo. Resultados muy pobres y demasiadas expectativas frustradas. El precio de la sobreexposici¨®n. Un fil¨®n mercadot¨¦cnico primero ¡ªinglesa nacida en Toronto, de padre rumano y madre china¡ª y una profunda decepci¨®n despu¨¦s, cuando se le exig¨ªa ganar y las ca¨ªdas tempraneras eran la constante. Raducanu, un bluf, lamentaban los brit¨¢nicos. Y un entrenador tras otro en el banquillo, cinco en dos temporadas. ¡°No soy ninguna diva, simplemente hago las cosas a mi manera¡±, contesta al diario The Times, que ahora se pregunta si ser¨¢ capaz de remontar el vuelo y enderezar una carrera que ha desembocado m¨¢s en lo publicitario que en lo deportivo; pero ella, advierte ahora, quiere dar un volantazo: tenis primero, y luego lo dem¨¢s.

Cinco torneos disput¨® el a?o pasado, los suficientes para alcanzar los 15 millones de d¨®lares en patrocinios (13,8 de euros) y figurar como la cuarta deportista (mujer) que m¨¢s ingresa por este concepto. Ahora, sin embargo, ella ¡ªcitada este domingo con Lulu Sun en los octavos del grande londinense¡ª enfoca hacia el trabajo diario y la pista, y confirma que la estrategia ha cambiado: salud y f¨ªsico, y a partir de ah¨ª, que sea lo que tenga que venir. Antes, quir¨®fanos y muchos meses en la reserva. Tres cirug¨ªas en diez d¨ªas. Proyecto fallido. ¡°De alguna manera, me siento renacida, m¨¢s fresca y feliz; es bueno no tener que llevar tres yesos en el cuerpo¡­¡±, dec¨ªa en diciembre, una vez que ya hab¨ªa dado el golpe de tim¨®n para dirigirse hacia el lugar pretendido; esto es, la competici¨®n regular y, por qu¨¦ no, m¨¢s triunfos como el conseguido en el US Open en 2021.

No ha superado la segunda ronda de ning¨²n Grand Slam desde entonces, pero ella conf¨ªa. ¡°S¨¦ que voy a necesitar un tiempo para alcanzar mi m¨¢ximo nivel, pero tambi¨¦n tengo claro que soy demasiado buena como para no conseguirlo si trabajo de forma constante. He salido reforzada mentalmente de todo lo que me ha ocurrido¡±, comenta. ¡°No es que Emma haya hecho todo al rev¨¦s, lo que hizo fue saltarse cada paso del camino. Gan¨® el US Open con 18 a?os y cuando fue al siguiente torneo, ni siquiera sab¨ªa d¨®nde estaba la sala de jugadores ni siquiera las pistas de entrenamiento¡±, razona su agente, Max Eisenbud, optimista: ¡°Puedo asegurar es que es una jugadora muy trabajadora, estoy seguro de que ganar¨¢ m¨¢s grandes¡±.

La jugadora, en cualquier caso, dice haber aprendido del proceso y prefiere ir paso a paso. Desde la posici¨®n 135?, trata de disfrutar del trayecto, y no apuntar ¨²nicamente al destino. ¡°Ahora mismo, sentirme bien es mi mayor victoria¡±, indica. ¡°Y se ha reavivado una luz en mi interior. Me encanta el tenis y este estilo de vida; estoy muy agradecida por sentir esta sensaci¨®n de nuevo, era algo que sent¨ªa que hab¨ªa perdido. Estuve tratando de averiguar el porqu¨¦ de todo esto, pero ahora me encanta lo que estoy haciendo¡±, advert¨ªa antes de aterrizar en Wimbledon, donde hoy brilla y representa la gran esperanza para los brit¨¢nicos. Invitada por la organizaci¨®n ¡ªno ten¨ªa acceso al cuadro por ranking¡ª, ya ha dejado atr¨¢s a Alexandrova, Zarazua, Mertens y Sakkari.

Desde un perfil distinto, piedra a piedra, Raducanu intenta levantarse e ilustra en sus redes sociales: de julio a julio, de las escayolas al ¨²ltimo triunfo. ?Aprendizaje? El tiempo lo dir¨¢.

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