Kissinger y Callaghan volver¨¢n a hablar de ?frica

Antes de entrevistarse con el primer ministro sudafricano en Suiza el pr¨®ximo s¨¢bado, el secretario de Estado norteamericano, Kissinger, se reunir¨¢ en Londres con James Callaghan, jefe del Gobierno brit¨¢nico. Ambos hablar¨¢n de los temas que Kissinger discutir¨¢ luego con Vorster. Ninguno de los dos difiere en cuanto a la actitud a tomar con relaci¨®n a Namibia y Rodesia, que son los objetivos principales de las conversaciones.

Gran Breta?a considera que no debe avanzar un paso con respecto a Rodesia, hasta que el r¨¦gimen legal de lan Smith no declare su intenci¨®n de permitir un Gobierno de la mayor¨ªa en el plazo de 18 meses.

Mientras no se haga espec¨ªfica esa declaraci¨®n de Smith, Londres seguir¨¢ el boicot contra Rodesia, decidido cuando Smith proclam¨® unilateralmente la independencia del todav¨ªa territorio de la corona inglesa.

Para explicar y ratificar esa actitud, un representante del Ministerio de Asuntos Exteriores brit¨¢nico ha viajado estos d¨ªas por los principales Estados africanos que tambi¨¦n se oponen al r¨¦gimen de lan Smith.

La visita sigui¨® a la que unos ayudantes de Henry Kissinger hicieron a la misma zona unas semanas antes.

La entrevista de Kissinger con ir Callaghan se centrar¨¢ en el tema rodesiano que en las ¨²ltimas semanas se ha agravado y ha hecho necesarias sugerencias in¨¦ditas que ambos estadistas apoyan. Tanto Callaghan como Kissinger ven con buenos ojos la iniciativa norteamericana de subvencionar a los blancos que se quieran ir de Rodesia en el caso de que pueda establecerse all¨ª un Gobierno negro que, por otro lado, tambi¨¦n contar¨ªa con ayuda anglo- norteamericana.

Kissinger y Callaghan discutir¨¢n tambi¨¦n la posici¨®n de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas (ONU) con respecto al territorio de Namibia, ocupado ilegalmente por Sud¨¢frica. Ayer expir¨® el plazo que la ONU le dio a Vorster para que retirara de Namibia las tropas sudafricanas presentes all¨ª. Estados Unidos y Gran Breta?a no anulan la posibilidad de apoyar sanciones de car¨¢cter econ¨®mico contra el Gobierno sudafricano en el caso de que la resoluci¨®n de la ONU con respecto a la independencia de Namibia no sea tomada en cuenta por John Vorster.

Sin embargo. Kissinger estar¨ªa dispuesto a reconsiderar esas sanciones si Vorster le promete, en Zurich, el pr¨®ximo s¨¢bado, que va a romper sus relaciones con el r¨¦gimen blanco de lan Smith, que, de este modo, se quedar¨ªa completamente aislado y abocado, sin m¨¢s remedio, a aceptar las propuestas que Gran Breta?a y Estados Unidos vienen haciendo para evitar lo que los dos Gobiernos consideran como la amenaza de una guerra continental que complicar¨ªa incluso al Kremlin y al Pent¨¢gono.