No hay conciliaci¨®n entre Chirac y el presidente franc¨¦s
Ayer, a las cinco y cuarto de la tarde, se consum¨® la ruptura entre el presidente Giscard d'Estaing, y su ex primer ministro Jacques Chirac, a causa del mantenimiento definitivo de la candidatura de este ¨²ltimo a la alcald¨ªa de Par¨ªs. La presidencia de la Rep¨²blica hizo p¨²blico a esa hora un comunicado en el que inform¨® sobre la anulaci¨®n de una entrevista que el presidente le hab¨ªa concedido a Chirac para hoy a las diez de la ma?ana.
Los acontecimientos se precipitaron como consecuencia de la publicaci¨®n por Chirac de las cartas que hab¨ªa intercambiado con el primer ministro, Raymond Barre. Estas misivas, conocidas en la tarde de ayer, revelaron a los franceses las divergencias profundas que dividen a la derecha que representa el presidente y la que encabeza el presidente del RPR gaullista.En la primera carta, dirigda por Chirac a Barre el jueves ¨²ltimo, el jefe gaullista se quejaba de las agresiones y de la mala fe, contra m¨ª, por parte de algunos de sus ministros. El antiguo primer ministro ped¨ªa que el propio presidente de la Rep¨²blica le explicase las razones por las cuales el Gobierno se opone a mi candidatura.
Barre contest¨® reproch¨¢ndole a su antecesor el haber decidido su candidatura sin contar con las diversas instancias de la mayor¨ªa gubernamental. De ah¨ª, a?adi¨®, que esta actitud haya sido interpretada como un desaf¨ªo al presidente de la Rep¨²blica. En resumen, para la candidatura, Chirac podr¨ªa conducir a una crisis institucional. En ¨²ltima instancia, el primer ministro le recordaba a Chirac una frase del general De Gaulle: Retirarse puede ser un servicio al Estado.
El mismo jueves por la noche el primer ministro le envi¨® una segunda carta a su antecesor, anunci¨¢ndole que Giscard d'Estaing estaba dispuesto a recibirlo, pero dej¨¢ndole entender claramente que dicha entrevista no pod¨ªa tener m¨¢s que un objeto: Aceptarla opini¨®n del presidente sobre el problema de la alcald¨ªa de Par¨ªs.
Por fin, ayer, viernes, Chirac escribi¨® una ¨²ltima carta al primer ministro para hacerle saber que la invitaci¨®n al El¨ªseo, para que el presidente le explicase por qu¨¦ su candidatura le molestaba personalmente. Ten¨ªa que hab¨¦rmela hecho el mismo presidente. Chirac ironiz¨® al asombrarse de que su candidatura pudiese atentar contra las instituciones, en un momento en el que se prev¨¦ que podr¨ªan funcionar con Mitterrand como primer ministro.
En vista del desacuerdo total, la secretar¨ªa de Chirac anuncio que su candidatura es definitiva. Poco momento despu¨¦s, el El¨ªseo anunci¨® la anulaci¨®n de la entrevista de los dos protagonistas de esta lucha fratricida, cuyas consecuencias se consideran imprevisibles.
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