La explotaci¨®n por Renfe del nuevo ferrocarril, un problema para el usuario
Si en el cap¨ªtulo anterior se valoraban los aspectos positivos del nuevo ferrocarril Aluche-M¨®stoles, hoy toca exponer los aspectos negativos que le acompa?an.Los primeros, y graves problemas, derivan de la atribuci¨®n a Renfe de la explotaci¨®n del nuevo ferrocarril. En principio, la explotaci¨®n parec¨ªa que iba a corresponder a Feve (Ferrocarriles de V¨ªa Estrecha) e incluso se habl¨® de que se iba a conceder a la Compa?¨ªa Metropolitano, de modo an¨¢logo a como se le concedi¨® la explotaci¨®n del suburbano Plaza de Espa?a-Carabanchel, que tambi¨¦n es propiedad del Estado. Sin embargo, cuando ya estaba constru¨ªda la infraestructura, se decidi¨® que la explotaci¨®n se atribu¨ªa a Renfe, lo que oblig¨® a levantar los ra¨ªles para adaptar, el ancho de v¨ªa a la red de esta compa?¨ªa.
El nuevo ferrocarril presta un servicio urbano o, si se quiere, metropolitano, pues es evidente que no se utiliza para desplazamientos espor¨¢dicos, sino cotidianos, especialmente para los desplazamientos entre el domicilio y el trabajo, as¨ª como para acceder al comercio especializado o a los equipamientos urbanos de los que la periferia madrile?a es tan deficitaria.
Las consecuencias de una decisi¨®n administrativa
Sin embargo, la explotaci¨®n no se ha incorporado a la red del Metro, que es el ferrocarril urbano por excelencia, sino que se ha atribuido a Renfe, cuyo ¨¢mbito propio de actuaci¨®n parece que hasta ahora se limitaba a los ferrocarriles interurbanos. Esta decisi¨®n parece que implica una consideraci¨®n diferente de este ferrocarril y del Metro, siendo as¨ª que la mayor parte de los usuarios del nuevo ferrocarril realizan un trayecto combinado en el cual ¨¦ste es s¨®lo una parte del trayecto, que se prolonga por la red del Metro. Estos usuarios sufren las consecuencias de esta decisi¨®n administrativa, tan graves como:
-Una complejidad innecesaria en el transbordo, pues se obliga a los usuarios a pasar por un control intermedio que hace perder un tiempo muy valioso, especialmente en las horas punta, donde las taquillas y controles de la estaci¨®n de Aluche son totalmente insuficientes.
- Un precio, once pesetas, muy superior al de la red del Metro. Adem¨¢s, en los desplazamientos combinados se obliga a pagar dos tarifas, como si se tratara de dos viajes diferentes y no de dos partes de un mismo viaje. Conviene apuntar a este respecto que la tarifa llamada combinada (diecisiete pesetas) deb¨ªa llamarse m¨¢s bien tarifa ?sumada?, pues no produce ning¨²n ahorro para el usuario.
- La tarifa que aplica Renfe es su tarifa normal, sin considerar que el servicio Aluche-M¨®stoles es un servicio urbano, con frecuencia y calidad de servicio muy diferente a las exigibles en los viajes de cercan¨ªas, que son de mayor duraci¨®n y para los que est¨¢ prevista esa tarifa.
- La tarifa de Renfe est¨¢ establecida para una media ponderada de diez kil¨®metros de recorrido, que es evidentemente falsa, pues si estudiamos la distribuci¨®n de las estaciones en la l¨ªnea, para creernos esa medida habr¨ªa que pensar que m¨¢s de la mitad de los viajeros hacen el. recorrido M¨®stoles-Aluche y el resto Alcorc¨®n-Aluche, y que ninguno monta en las estaciones intermedias.
La multiplicaci¨®n de competencias
Resulta claro que los problemas anteriores, alguno de los cuales roza la estafa, tienen que ver de uno u otro modo con la atribuci¨®n a Renfe de la explotaci¨®n del ferrocarril, como si fuera algo distinto y separable de la red del Metro, de la red de ferrocarriles urbanos.
Exist¨ªa el precedente del suburbano Plaza de Espa?a-Carabanchel que, aunque propiedad del Estado, fue integrado en la red del Metro mediante la concesi¨®n de su explotaci¨®n a la Compa?¨ªa Metropolitano, hasta tal punto que -pasados pocos a?os- hubieron de integrarse las tarifas y horarios de ambos. Sin duda, en este caso pudieron existir dudas sobre la conveniencia de atribuir a una compa?¨ªa privada la explotaci¨®n de una infraestructura y un material m¨®vil de propiedad p¨²blica, pero este problema desaparecer¨ªa hoy en la medida en que parece que el Estado se va a hacer cargo del Metro a corto plazo.
?Se crear¨¢n as¨ª dos empresas estatales diferentes para la explotaci¨®n de dos partes :de una misma red de transporte? ?Se repetir¨¢ el caso con la Empresa Municipal de Transportes que, al fin y al cabo, es tambi¨¦n de propiedad p¨²blica? Hay quien opina que es aqu¨ª donde est¨¢ el nudo del problema, en la medida en que as¨ª se favorece una compartimentaci¨®n de los trabajadores del transporte p¨²blico que les hace muy dif¨ªcil emprender acciones unitarias, al enfrentar a cada sector con patronos distintos, al menos en apariencia.
Para otros, la clave hay que buscarla en la necesidad para Renfe de enjugar parte de su d¨¦ficit mediante la explotaci¨®n de l¨ªneas suburbanas, de demanda asegurada.
Sean cuales sean la razones de esta irracionalidad, es evidente que no se busca con ello favorecer a los usuarios. Al contrario, se est¨¢ discriminan do profundamente a los ciudadanos que, por disponer de menos ingresos, se han visto obligados a buscar vivienda m¨¢s lejos del centro del ¨¢rea metropolitana. Estos usuarios no s¨®lo se ven obligados a perder una gran parte de su tiempo en interminables desplazamientos, sino que se ven obligados a pagar mucho m¨¢s por estos desplazamientos que los que pueden acceder a una vivienda m¨¢s c¨¦ntrica.
Para terminar con este problema de gesti¨®n, conviene decir que su importancia supera el caso concreto de una l¨ªnea, pues es probable que, si nadie lo remedia, si no se empieza a dar la voz de alarma, se generalice el mismo sistema de gesti¨®n cuando los restantes ferrocarriles de larga distancia, pr¨®ximos a Madrid, se transformen para su utilizaci¨®n como l¨ªneas suburbanas, tal y como prev¨¦ el Plan Especial de Infraestructura de Transporte, aprobado por Coplaco en 1976.
La localizaci¨®n de las estaciones
Otro problema importante para los eventuales usuarios del ferrocarril Aluche-M¨®stoles.es la localizaci¨®n de sus estaciones. Aunque parecer¨ªa l¨®gico que las estaciones estuvieran situadas en' una localizaci¨®n central con respecto a las zonas que pretenden servir, no es as¨ª, porque la l¨ªnea pasa tangencialmente a los n¨²cleos de San Jos¨¦ de Valderas, Alcorc¨®n y M¨®stoles, probablemente porque no ha existido una excesiva coordinaci¨®n entre los responsables de la planificaci¨®n de la l¨ªnea, que han aprovechado sin m¨¢s la infraestructura heredada, y los promotores del desarrollo urbano, que han edificado donde mejor conven¨ªa a sus intereses. En M¨®stoles est¨¢n hoy en desarrollo acelerado promociones de nuevas viviendas, en la zona situada a la derecha del ferrocarril, como el Parque Estoril. No ser¨ªa extra?o que en un plazo corto se empiecen a construir los terrenos situados a la derecha del ferrocarril en Alcorc¨®n y San Jos¨¦ de Valderas, una vez que la apertura del ferrocarril los ha: revalorizado considerablemente.
El problema que plantea a los vecinos la situaci¨®n perif¨¦rica de las estaciones, cuya distancia a muchas de las nuevas urbanizaciones supera el cuarto de hora andando, se agrava por la falta de autobuses locales que faciliten un desplazamiento r¨¢pido. El coste en tiempo y dinero del trayecto combinado autob¨²s-ferrocarril-metro disuade as¨ª a muchos potenciales usuarios del ferrocarril, que se ven obligados por razones econ¨®micas a viajar en autob¨²s hasta Campamento y all¨ª tomar el suburbano, aunque el viaje sea m¨¢s largo e inc¨®modo. Otros muchos se ven obligados al paseo matinal de quince o m¨¢s minutos hasta la estaci¨®n.
Capacidad insuficiente
Otro conjunto de problemas que sufren los usuarios son los derivados de los l¨ªmites de capacidad actual, que afectan parcialmente al nuevo ferrocarril, pero sobre todo a su conexi¨®n con la red del Metro y suburbano.
Los viajeros de las horas punta de la ma?ana, aqu¨¦llas en que la concentraci¨®n de empleos en el centro urbano provoca una afluencia masiva de residentes perif¨¦ricos hacia el centro, comprueban diariamente que el ferrocarril ha sido inaugurado con un c¨¢lculo bastante ajustado de su capacidad, es decir, que los trenes viajan bastante llenos, al completo. Tan llenos que en Las Aguilas o en Fanjul es corriente tener que dejar pasar alg¨²n tren sin poder materialmente subir. En cualquier caso, el problema tiene f¨¢cil soluci¨®n: o aumentar la frecuencia de los trenes o poner m¨¢s unidades por tren en esas horas.
Para los usuarios de la nueva l¨ªnea los problemas de capacidad m¨¢s graves empiezan, sin embargo, al llegar a la estaci¨®n de Aluche. A partir de ese momento sus problemas son los mismos que los que afectan a los vecinos de Carabanchel, Aluche o Bat¨¢n.
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